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“Un cuento chino”, Goya al mejor film iberoamericano

“¡Joder!”, exclamó Ricardo Darín, su protagonista, al abrir el sobre que contenía el nombre del ganador.

La película argentina Un cuento chino, dirigida por Sebastián Borensztein y protagonizada por Ricardo Darín, fue galardonada ayer en Madrid con el premio Goya del cine español a la mejor película iberoamericana de 2011.

En la 26ª edición de los premios anuales del cine español los miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España eligieron el film argentino por sobre la película cubana Boleto al paraíso de Gerardo Chijona, la chilena Violeta se fue a los cielos de Andrés Wood y la mexicana Miss Bala de Gerardo Naranjo.

“¡Joder!”, exclamó Darín, quien fue el encargado de abrir el sobre que contenía el nombre del ganador y anunciar el galardón. El actor agradeció el premio en nombre de Borensztein (hijo del inolvidable Tato Bores), quien no pudo acudir a Madrid. Darín, uno de los actores argentinos más conocidos en España, asistía ayer a su primera gala de los Goya.

Los premios Goya son los más importantes del cine hispanoparlante y fueron entregados en el Palacio Municipal de Congresos, en Madrid, en su 26° edición. En la Argentina, la ceremonia se transmitió a través del canal internacional de Televisión Española.

Un cuento chino se perfilaba con buenas posibilidades de consagrarse como mejor película iberoamericana, un galardón que las producciones argentinas se habituaron a ganar en los últimos años.

Escrita por el propio Borensztein, la película narra el encuentro entre Roberto, un hosco y maniático ferretero argentino interpretado por Ricardo Darín, y un joven chino, Jun (Huang Sheng Huang), que deambula por Buenos Aires en busca de su único pariente vivo.

Desde la puerta trasera de un taxi, Jun irrumpe de repente en la vida de Roberto, que vive recluido en su casa y colecciona historias curiosas recortadas de los periódicos. Pero desde antes de este encuentro ambos están unidos por un extraño destino surgido de una de esas noticias insólitas.

Director y guionista de La suerte está echada (2007), Borensztein trabajó también como actor en las películas argentinas Futuro Perfecto (2007), El delantal de Lili (2003), La Mitad Negada (2003) y Chicos Ricos (2000).

La gran ganadora de la noche

En tanto, No habrá paz para los malvados fue ayer la gran triunfadora de la 26ª edición de los premios Goya, considerados los Oscar del cine español, con seis galardones, incluidos mejor película y mejor director, desbancando a La piel que habito de Pedro Almodóvar que partía como favorita.

El director de la cinta, el vasco Enrique Urbizu, de 49 años, autor de películas como Cachito (1995), La caja 507 (2002) y La vida mancha (2003), recogió emocionado la estatuilla de manos de los cineastas Isabel Coixet y Álex de la Iglesia.

Su protagonista, José Coronado, fue asimismo galardonado con el Goya al mejor actor por su interpretación de Santos Trinidad, un corrupto inspector de policía que se ve implicado en un triple asesinato. Coronado, de 54 años, se alzó así con su primer Goya, imponiéndose en el Palacio de Congresos de Madrid a Antonio Banderas (La piel que habito), Luis Tosar (Mientras duermes) y el germano-español Daniel Brühl (Eva).

Mejor guión original, mejor montaje y mejor sonido completaron las recompensas a No habrá paz para los malvados.

Con 14 nominaciones, el filme de Urbizu partía como segundo favorito, precedido por la película de Almodóvar, que aspiraba a 16 premios, pero tuvo que conformarse con cuatro.

La protagonista de La piel que habito, la actriz española Elena Anaya, fue premiada por su interpretación de Vera Cruz, una misteriosa mujer, prisionera de un cirujano sin escrúpulos –encarnado por Antonio Banderas– que la utiliza como cobaya humana para desarrollar una revolucionaria piel sintética.

“Siempre me has emocionado locamente”, le lanzó Anaya a Almodóvar desde el escenario al recoger la estatuilla. “Siempre me he quedado enganchada viendo a esos personajes fuertes, libres, luchadores y valientes como tú; que yo haya podido hacer un personaje así ha sido cumplir un sueño”, aseguró.

El más internacional de los cineastas españoles vio así cómo se les escapaban los galardones de mejor película y mejor director con los que podía haber sellado la reconciliación con la Academia de cine de su país, de la que estuvo alejado durante años por desavenencias sobre el sistema de votación.

En otro orden, la afamada película francesa The Artist, del director Michel Hazanavicius, se consagró con el premio a la mejor película europea. Se impuso así a la coproducción europea Un dios salvaje (Carnage) del franco-polaco Roman Polanski, a la danesa Melancolía de Lars von Trier y a la británica Jane Eyre de Cary Fukunaga.

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