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“Muchachos, lo que quiero es que ganen mucha plata”

Alfonsín emuló a Pepe Mujica en una charla con empresarios de la región, donde tocó temas de agenda.

Por: Daniel Zecca

“Lo que quiero es que ganen mucha plata muchachos, y que paguen todos los impuestos que puedan para poder dar respuestas a la salud, a la educación, a la seguridad, en fin, que ganen plata, eso es lo que quiero”. Con estas palabras, copiadas del discurso del presidente uruguayo José Mujica –a quien le reconoció los derechos de autor–, el diputado Ricardo Alfonsín dio por terminada la charla de más de una hora que tuvo el viernes pasado con empresarios de Rosario y la región, como parte de su intensa agenda en la ciudad y la provincia de Santa Fe.

En el diálogo con los empresarios, Alfonsín no le escapó a ningún tema de la agenda económica: seguridad jurídica, créditos para las pymes, plan ferroviario, inflación, Banco Central, Fondo Monetario Internacional, planes sociales, retenciones, crédito para la producción, federalismo, ley de entidades financieras, participación de los empleados en las ganancias, cotización del dólar, y varios temas más formaron parte del extenso y franco encuentro que tuvo con los hombres de negocios locales.

En la introducción, el precandidato del Acuerdo Cívico y Social se mostró optimista en cuanto al futuro de la Argentina en términos económicos, en primer lugar por cuestiones políticas, entre las que destacó “el reclamo de seriedad, sensatez y cordura” de la sociedad, “al que el radicalismo puede dar respuesta”, y “por lo que ocurre en el mundo, donde hay un escenario amigable para la Argentina, y algunos dicen que continuará siendo así por lo menos durante 5 o 10 años”.

A la hora de reconocer las dificultades que podría enfrentar en el plano económico un futuro gobierno suyo, Alfonsín, como en varios pasajes de la charla, se ocupó de traer al presente el fantasma del fracaso de las políticas económicas de los anteriores gobiernos radicales, en especial asumiendo la defensa de su padre: “Que nadie crea que soy inocente, que no sé con los problemas que me voy a encontrar. Sé que tenemos problemas con la inflación, y estoy preocupado porque no se toman las decisiones adecuadas para ponerle freno. Sé que esto afecta el tipo de cambio, sé que existen problemas de confianza en el mundo, sé que tenemos problemas con la energía y con los subsidios, pero estos problemas son infinitamente menos complicados que los que enfrentamos en la década del 80”, se atajó.

Y continuó: “Ojalá hubiéramos tenido el valor de los productos primarios que tienen ellos (el gobierno) hoy, las tasas de interés que hay hoy, la economía mundial en expansión como les ha tocado a ellos. De todas maneras, por si alguien piensa que en los 80 y en el 99 –allí sí puedo admitir más discrepancias– se hubieran podido hacer mejor las cosas, les digo que no son los mismos hombres. Los hombres no son los mismos y todos hemos aprendido”.

Entre los planes que están en estudio en los equipos técnicos del radicalismo, Alfonsín nombró dos. El primero fue la promoción de la pequeña y mediana empresa: “Son un millón en el país y tienen que multiplicarse por dos o por tres”, dijo. En este sentido habló de discutir la posibilidad de que se dispongan “mil millones de dólares del Banco Central para apoyar con créditos al sector”.

El otro proyecto sobre el que dijo estar trabajando es un plan ferroviario. “Que resuelva parte del problema de transporte que tenemos en la Argentina. Llevar de Jujuy a Buenos Aires una tonelada de cualquier material cuesta como de Buenos Aires a Turquía. Se necesita una inversión de 15 mil millones de dólares. Podemos solicitar préstamos para hacerlo”, sostuvo.

Al hablar de inflación, Alfonsín dijo que “pretender frenarla de la noche a la mañana es una ilusión” y que los “primeros dos años de gobierno tienen que tener por objeto, en materia de evolución de los precios, frenar la inflación”. Asociado a eso insistió con la reforma del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos): “Yo no sé que es más grave, si la inflación o las mentiras del Indec. Las dos cosas combinadas son explosivas. Nosotros no podemos ir a una corrección gradual de la inflación si no corregimos el Indec”.

Sobre la autonomía del Banco Central, no se apartó demasiado del actual gobierno: “Habría que encontrar un manejo institucional que lo ponga a salvo de cualquier manejo irresponsable, pero también nos ponga a salvo de manejos que pretendan absolutamente independizarse de la visión que pueda tener el gobierno de la política económica. Una institución absolutamente independiente existe sólo en la literatura, en realidad no existe en ningún lado”, aclaró.

Con relación al Fondo Monetario sí marcó diferencias claras con el gobierno: “Creo que una de las razones por la que nosotros tenemos dificultades para acceder al mercado financiero es el artículo cuarto (que prevé las revisiones periódicas del FMI a la economía del país, resistido por la administración kirchnerista) y el Club de París (con quien Argentina todavía mantiene una deuda). Yo sé que decir estas cosas en estas circunstancias puede complicarnos en términos electorales, pero nosotros tenemos que permitir la revisión de las cuentas, porque eso no nos establece condiciones, sino que simplemente es información que tiene el Banco Central y el Estado nacional.  Tenemos que resolver esta situación para recuperar el acceso al mercado financiero”.

En el esperado punto sobre las retenciones a los granos, Alfonsín le bajó el tono al reclamo por una disminución en los aranceles: “Sé que se trata de un impuesto distorsivo. Todos los impuestos son distorsivos. Ahora, ¿cómo quieren que se financie el registro de la propiedad, la Justicia, los tribunales, las escuelas y las universidades? Ojalá pudiéramos vivir sin impuestos, ojalá nos regalaran las escuelas, los caminos, los ferrocarriles, pero se necesitan recursos”.

También aclaró que no aliviará las cuentas del Estado nacional la quita de las asignaciones familiares, que las compras de divisas deberían hacerse con superávit fiscal, y que intentará volver a la relación de coparticipación de los 80, “cuando el 60 por ciento del total recaudado iba a las provincias. No el 25 como ahora”.

Por último, el precandidato radical se refirió al proyecto presentado en el Congreso nacional que busca reglamentar la participación de los empleados en las ganancias de la empresa: “Yo no le voy a regalar esa bandera al kirchnerismo. Creo que ellos presentan ese proyecto porque querían colocarnos en una situación impopular. ¿Por qué no lo presentaron cuando tenían mayoría en las dos cámaras? ¿Eso quiere decir que se podía aprobar? No, pero quiero discutirlo. No nos van a correr por el lado popular”, advirtió.

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