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“El robo del milenio”

Los boqueteros del Banco Macro violentaron 218 cajas y dejaron una leyenda burlona: “Este no es el robo del siglo, es el robo del milenio”.

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Los boqueteros que asaltaron la sucursal Congreso del Banco Macro violentaron con barretas y mazas la totalidad de las 218 cajas de seguridad que había en la entidad, según pudo determinar hoy la Policía.

Además, se pudo establecer que sólo 138 de las cajas se encontraban ocupadas con distintos valores, mientras que también se supo que los delincuentes dejaron un mensaje con tono burlón luego de dar el espectacular golpe.

“Este no será el robo del siglo, pero sí el del milenio”, rezaba la leyenda escrita con aerosol, según detallaron los investigadores.

Luego de recibir las noticias sobre el robo concretado este fin de semana, una importante cantidad de clientes de la entidad se hizo presente esta mañana en la sucursal, con tono de fastidio y preocupación.

El personal de la sucursal derivó a la gente a la casa central del banco, situada en Sarmiento 401, para iniciar los trámites para declarar los valores que poseían en las cajas.

Los efectivos de la Policía Federal abocados al caso y personal del banco se encontraban trabajando para determinar qué clase de objetos, dinero, joyas y otros valores poseían las cajas violentadas.

Según pudo determinarse, los delincuentes, para concretar el robo que recién fue descubierto el domingo por la mañana, en primer lugar redujeron a un sereno de la Escuela Superior de Higiene y Seguridad, que se encuentra ubicada en el piso superior del edificio que ocupa el banco y cuya entrada se encuentra al costado del mismo. Además, los asaltantes redujeron al hijo del sereno.

Ambos rehenes fueron encerrados en una oficina y no fueron liberados hasta la mañana siguiente, según alcanzaron a declarar a la Policía.

Una vez que dos integrantes del grupo cumplieron esa tarea, se sumaron otros cómplices y realizaron un boquete desde el piso superior para acceder por medio de una escalera al banco. Cuando ya se encontraban en el interior de la entidad realizaron un boquete muy pequeño por el que pasaron al subsuelo, en el que se encontraba la bóveda de la entidad, para violentar cada una de las cajas.

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