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¿San Salvador o Sancti Spiritus?

Por: Ruben Adalberto Pron

El hallazgo en Uruguay de evidencias que se cree dan cuenta del lugar donde Sebastián Gaboto estableció el “puerto de las naos”, como lo llamó, abrió una polémica sobre cuál fue el primer asentamiento europeo en la cuenca del Río de la Plata, como tradicionalmente fue considerado el fuerte Sancti Spiritus, en la confluencia de los ríos Carcarañá y Coronda, pocos kilómetros al norte de Rosario, donde actualmente existe la localidad de Puerto Gaboto.

Restos de materiales náuticos, una cerámica de pasta indígena “pero con tecnología occidental, de torno, traída por los europeos” y “una estructura arquitectónica de ladrillo, piedra y argamasa”, fueron hallados en el departamento oriental de Soriano, donde desemboca el río San Salvador.

San Salvador fue precisamente el nombre que Gaboto dio al asentamiento, un atracadero en un puerto natural que él llamó “de las naos”, concebido como astillero para la atención de las naves de la flota y referencia previa en su exploración de los ríos de la cuenca que esperaba que lo condujeran al mítico país del Rey Blanco, donde abundaba la plata según los relatos que los codiciosos españoles iban armando con los comentarios que recibían de los aborígenes con que tomaban contacto en sus desembarcos en las costas del Brasil y del Mar Dulce de Juan Díaz de Solís.

Gaboto dejó en el lugar a una decena de sus hombres encargados de reparar las averías de las naves de su expedición y desde allí partió hacia el noroeste para embocar en el río Paraná y remontar su curso. En el trayecto enfiló por el Coronda y donde desagua el Carcarañá fundó el fuerte Sancti Spiritus, centro de sus exploraciones posteriores hasta el río Paraguay y las fuentes del río Tercero, en las Sierras Grandes de Córdoba. En el estuario del río San Salvador, pocos kilómetros al norte de la desembocadura del río Uruguay en el de la Plata dos aficionados al buceo descubrieron accidentalmente “una estructura náutica sumergida” que resultó ser aparentemente un navío del siglo XVI.

Tras comunicárselo a las autoridades, en enero pasado varios arqueólogos descubrieron bajo el agua “componentes náuticos correspondientes a cabos y calabrotes de cáñamo y clavos de hierro forjado”, según un informe elaborado por Alejo Cordero, un experto de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación del Uruguay.

Según la publicación, los investigadores también dieron con “restos de contenedores cerámicos de tamaño medio, cuyas bases cónicas, cuerpo y boca representan una tipología característica de la estiba (carga) marítima para el siglo XVI”.

Los expertos creen que la embarcación, sumergida a unos seis metros de profundidad, pudo tener veinte metros de eslora y cinco de manga. En San Salvador, Gaboto había dejado dos embarcaciones y una decena de hombres a los que recogió en 1529, cuando regresó a España tras la destrucción de Sancti Spiritus por los aborígenes de las proximidades.

Los investigadores orientales señalan que el principal obstáculo para las tareas que han emprendido han sido las aguas turbias del río San Salvador, que obligan a trabajar a tientas y usar referencias en la superficie, como boyas. Pero paradójicamente, esas aguas marrones favorecen la conservación de los barcos sumergidos, al impedir los sedimentos el paso de la luz solar y la proliferación de microorganismos que destruyen la madera y otros materiales perecederos.

Cordero indicó que al salir del agua para realizar las primeras inspecciones en tierra, los arqueólogos se toparon con “una ocupación prehispánica muy desarrollada, del año 1000 al 1400”, con cerámicas de “tres fases culturales diferenciadas” del período precolombino y “cuatro enterramientos guaraníes con sus urnas”.

A unos metros de allí identificaron también “una cerámica de pasta indígena pero con tecnología occidental, de torno, traída por los europeos”.

Por último encontraron “una estructura arquitectónica de ladrillo, piedra y argamasa”, prueba de que hubo “un momento de ocupación occidental de la primera mitad del siglo XVI”, añadió.

Alejandra Otati, colega de Cordero, confiesa que todavía no pueden asegurar completamente que hayan dado con el lugar exacto donde estuvo emplazado el “puerto de las naos” y que están tratando de “juntar el mayor número de crónicas y hallazgos materiales para confirmar esa teoría”.

Pero José López Mazz, ex director del Departamento de Arqueología de la uruguaya Universidad de la República, ya afirmó que “el primer lugar que se fundó es San Salvador y desde allí Gaboto funda Sancti Spiritus”.

Queda para la polémica definir si una simple instalación utilitaria puede invocar el carácter de una “fundación”, pero tampoco Sancti Spiritus fue “fundado” según los ritos y procedimientos usuales en la época, aunque el hecho de que allí se haya construido un fuerte, ranchos para los tripulantes y una edificación de mayor solidez para guarda del tesoro y arsenal de los exploradores indica una voluntad de poblamiento inequívoca, interrumpida sólo con la destrucción del lugar por los aborígenes que tras una convivencia pacífica con los europeos terminaron atacándolos luego de sufrir maltratos que les hicieron comprender bien pronto que los blancos no eran tan buena gente como ellos habían pensado.

Entre el primer desembarco en San Salvador y la erección de Sancti Spiritus pasaron apenas unas cuantas semanas, en 1527. Cuál de estos actos tuvo mayor significación como para ser considerado como la primera fundación en el Río de la Plata, es otra discusión que une y a la vez enfrenta a orientales y argentinos. Como el caso de la patria de origen de Carlos Gardel, pero un poco menos anecdótica.

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