Ciudad

¿Cómo es en números la llamada “guerra del helado”?

El municipio evalúa buscar asesoramiento antes de decidir. El tope podría quedar en 25 bocas por cadena.

Desde hace ya algunos meses, la ciudad viene siendo escenario de un conflicto que ha tomado un desarrollo inesperado. Desde finales de año pasado, la cámara que nuclea a unas 83 firmas heladeras de la ciudad viene manteniendo una dura puja con la cordobesa Grido, la más importante del rubro en el país. Los números de la firma mediterránea son impactantes. La empresa maneja sólo en la capital cordobesa 140 de las 180 heladerías que hay allí y ya cuenta con 800 franquicias a lo largo de todo el país, además de otras en Chile. Grido se instaló en Rosario, la última ciudad argentina que quedaba por “explorar”, en diciembre de 2009. La estrategia fue la misma que utilizó en todos lados; ingresar con precios muy por debajo de la media.

En febrero de este año, Grido ya tenía otorgadas 14 franquicias en Rosario. Sin embargo, al poco tiempo se conoció que en realidad, y dado el “buen recibimiento del público rosarino” (según la propia versión de la empresa), la idea era llegar a las 60. Esa iniciativa fue lo que disparó la reacción de los socios de Cicha, (Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal), quienes a mediados de julio  pidieron al intendente Miguel Lifschitz y a los concejales que pongan freno a la situación y no habiliten a más de 14 negocios de los cordobeses  hasta que se regule la comercialización. Y, el 29 de julio pasado, el Concejo suspendió la habilitación de heladerías por dos meses.

Los números por dentro

Si bien mucho se ha hablado en torno a la polémica, casi nada se discutió sobre los números. En diálogo con El Ciudadano, el titular de la cadena mediterránea, Lucas Santiago, estimó que abrir un local de la marca conlleva una inversión inicial para el franquiciado de entre 60 y 200 mil pesos, dependiendo esto de la ubicación y la superficie del lugar. “Nosotros lo que hacemos es proveer todo lo necesario para el armado del local”, se limitó a decir sin ahondar más sobre esta cuestión puntual el empresario. Algunas fuentes consultadas por El Ciudadano relataron que una parte importante de toda la estructura del negocio se sustenta con este aporte inicial que debe hacer cada nuevo representante de la marca y que los ingresos posteriores que cada franquiciado va transfiriendo mensualmente luego de echar a andar el negocio ocupan un lugar secundario.

En tanto, el contrapunto más caliente de las discusiones se da sin lugar a dudas en  torno a la hora de hacer público los costos y los márgenes de ganancia. Santiago remarcó que en todas las heladerías del país de los 22 pesos por kilo en que se comercializa el producto al público, la empresa se queda con 8 pesos (dijo además que le cuesta menos de 5 pesos producirlo) y el franquiciado, con 14. “¿Cuántos negocios hay en el país que tengan el costo del producto de sólo el 35 por ciento?”, repite a quien le consulte el titular de Grido. El empresario concluyó que luego de pagar todos los gastos,  sus franquiciados tienen una utilidad neta mensual promedio de 10 mil pesos. “Para una familia completa que lo trabaje es un buen negocio”, conjeturó.

En tanto, en la ciudad actualmente hay 173 heladerías y las firmas locales que más locales tienen son Bajo Cero, Yomo y Smart. Según el titular de la Cámara, ninguna supera en Rosario los 14 locales.

El titular de Cicha, Alberto Offman,  se rehusó a dar cifras sobre el costo de producción ya que estimó dependen de la calidad y, por ende, varía según la marca, aunque sí conjeturó que por cada kilo de helado vendido 8 pesos van para la mano de obra y otro tanto se destina al pago de impuestos. Offman planteó además en torno al negocio de Grido es difícil sostenerse con los márgenes que plantean los cordobeses. “Si fuese como dicen, nosotros le estaríamos robando a la gente. En todas partes del país el helado se vende en promedio a más de 30 pesos”, sostuvo. “Hoy las 14 heladerías que abrieron no están en el interior de los barrios de la periferia”, dijo el dirigente empresarial. Según datos que manejan en la institución, el 80 por ciento de las ventas de los comercios del rubro se efectúan después de las 21 horas. “Es difícil instalar este tipo de negocios en los barrios”, expresó Offman.

Voces estatales

En tanto, desde el Ejecutivo están atentos a las consecuencias que pueda tener la resolución final que se adopte en la opinión pública. Basta sólo repasar los foros de opinión en sitios web para notar el rechazo que genera en muchos rosarinos la posibilidad de limitar el desembarco cordobés dado el ahorro que implica la nueva oferta a sus bolsillos. Pero lo más importante tiene que ver con las potenciales secuelas jurídicas. Fuentes consultadas por este medio relataron que en la primera reunión celebrada el viernes último en la comisión mixta integrada  por ocho concejales y tres representantes del ejecutivo para analizar el tema se evaluó la posibilidad de contratar a un prestigioso constitucionalista.

En el palacio de los Leones también ya están advertidos de que otras cámaras patronales locales están observando con atención lo que aquí se resuelva. Los almaceneros y supermercadistas locales acaban de solicitar en el Concejo que también se suspenda por dos meses las habilitaciones en el sector. Al mismo tiempo, si bien no lo han hecho público, desde el Ejecutivo la idea que tiene mayor consenso de sectorizar la ciudad estableciendo a lo largo y ancho distintas áreas comerciales. Esto le permitiría a Grido ampliar algo más su negocio e instalar una sucursal en cada uno de esos espacios que se establezcan. Con esta medida, el límite quedaría en no más de 25 bocas de expendio por cadena. “Con la ley que prohíbe la instalación de grandes superficies, todo se concentró y los únicos mayoristas beneficiados fueron Rosental y Micropack. No queremos que acá pase lo mismo”, confió  una fuente que participó de la reunión. La misma, también sostuvo que “en el rubro indumentaria, hoy en muchos comercios de barrios están vendiendo más que en el centro. La asignación por hijo y la mejora en la situación laboral está incorporando mucha gente al consumo”. “¿Por qué le vamos a prohibir que consuman un helado aceptable a un precio más razonable”, confió una alta fuente municipal?”, se preguntó finalmente.

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