Espectáculos

Una voz subversiva y desafiante

Hernán Peña y Cielo Pignatta, al frente de Bondi. Colectivo Teatral, dirigen a una versión de la emblemática “Antígona Vélez” de Leopoldo Marechal, basada en la tragedia clásica de Sófocles. El viernes, en La Sonrisa de Beckett.


La poética de Leopoldo Marechal (Buenos Aires, 1900-1970) pareciera acechar desde un presente continuo que se origina en su impronta política y, al mismo tiempo, se retroalimenta en la inagotable visceralidad y belleza de sus palabras. A comienzos de los años 50, Marechal dio a conocer Antígona Vélez, una singular versión del clásico de Sófocles que traslada la historia de muerte y desarraigo a la pampa argentina, en el contexto de la llamada Conquista del Desierto.
Esta noche, después de un largo recorrido de búsqueda y experimentación grupal, se materializará el estreno de una versión de esta obra a cargo de Bondi. Colectivo Teatral, grupo de estudio y montaje de la Escuela de Actores de La Comedia de Hacer Arte, con dirección de Hernán Peña y Cielo Pignatta, y la actuaciones de Dannae Abdalla, Angie Ambrogi, Karina Ayerza, Claudio Benítez, Gisela Bernardini, Hilda Bryndum, Julia Castillo, Lucas Cristofaro de Vincenti, Daniel Feliú, Facundo Fernández, Verónica Leal, Julia Logiódice, Vicky Olgado, María Eugenia Perasso, Franco Perozzi, José Pierini, Ebelyn Rita, Nicolás Terzaghi, Mónica Toquero, Marita Vitta y Natalia Zatta. La cita será, a las 22.30, en La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051), espacio donde continuará en cartel los viernes de junio y los sábados de julio.
Leopoldo Marechal recrea con densidad poética un mito clásico y lo piensa en la pampa argentina, durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando en la frontera sur indios y blancos se disputaban el derecho al territorio. Hermano contra hermano, muertos los dos en la pelea, uno será sepultado y el otro, “el desobediente”, por castigo, será dado a los pájaros carniceros para que su cuerpo despedazado sirva de escarmiento, como advertencia contra la sublevación. Así, la voz de Antígona grita por enterrar a su hermano. Y su voz, “subversiva y desafiante”, es la de cada mujer rebelde, la de aquellas que desafían la ley cuando es injusta. Es así como se desata la rebelión de una sola, “una que podría haber sido cualquiera”.
“Este es un estreno importante porque hace más de dos años que venimos desarrollando con Hernán (Peña) esta experiencia pedagógica en la ciudad (ver aparte). En el comienzo de este recorrido, decidimos trabajar el género tragedia y el punto central estuvo en cómo abordar colectivamente esta obra, porque fue un abordaje que hicimos entre todos, de manera colectiva, y lo planteamos como un desafío, porque son 21 actores en escena”, adelantó Cielo Pignatta, a lo que Peña agregó: “Se trata de actores profesionales o estudiantes avanzados, y lo bueno es que pudimos trabajar en conjunto y con un mismo tópico, colaborando para la puesta desde una postura activa. Por eso hay dos versiones de la obra; vamos alternando las escenas, porque si bien todos los actores trabajan en todas las funciones les toca hacer distintos personajes según la función que vea cada uno”.

La rebelión como relato

Una tragedia a cielo abierto, un dolor imposible de soslayar, el del cuerpo insepulto del hermano “exiliado”, dejado de lado. Así, el estreno de Antígona Vélez abre una serie de cajas de resonancia. En primer lugar, porque ese cuerpo insepulto y rebelde puede ser, al mismo tiempo, la metáfora que llega del pasado acerca de los miles de desaparecidos en la Argentina a manos de la última dictadura cívico-militar. Pero también el coro en homenaje a aquellos otros actores locales, que al mismo tiempo que vislumbraban el desembarco de esa misma dictadura, estrenaba en Rosario esta misma obra, con dirección del recordado Norberto Campos, al frente de la Comedia Provincial de Teatro, creada en 1974 y “desaparecida” dos años después.
“Una de las cosas que más nos conmovió grupalmente, y sobre todo en estos tiempos, fue el tema de la rebelión: Antígona decide subvertir la ley por injusta, ella decide que no será así, porque es una ley injusta que opaca sus derechos. Entonces, la idea se multiplica y son muchas las Antígonas; es una la que lleva el acto pero podría ser cualquiera. La acción de enterrar a su hermano es un acto de rebelión; ella no se queda con los brazos cruzados y la cabeza baja, sino que arremete, y esa idea marcó la puesta desde un comienzo, fue un sustento dramático muy importante”, relató Peña, al tiempo que Pignatta completó: “Ese hermano rebelde es el que quedó exiliado, el que quedó afuera de donde las cosas «andan bien»; en ese punto, la obra refleja la realidad que vivimos hoy, porque es un excluido que no podrá entrar más al mundo al que perteneció, porque eligió defender a los más débiles, los indios, que querían hacer creer que eran los malvados, sin entender que esos hombres débiles no son precisamente los que van a hacernos daño”.

Político y conmovedor

A lo largo de estos años, La Comedia de Hacer Arte ofreció una serie de propuestas vinculadas con un teatro político, de fuerte raíz antropológica, que ha marcado toda su impronta. Y esta versión no es ajena a esta particularidad, aunque tiene sus variantes. “Si bien nosotros guiamos el proceso, dejamos un poco en la temperatura del actor el trazo de este recorrido. Y dar esa posibilidad al actor también es una idea política de cómo hacer teatro; aquí, cada actor propone su mirada sobre la escena y entre todos construimos un lenguaje común. Por eso, si se quiere, es una creación colectiva aunque a partir de una dramaturgia ya escrita, y muy rica, de un gran vuelo poético y con un fuerte discurso político, pero sobre todo maravillosa, por el lenguaje que utiliza Marechal, por la posibilidad del coro (tradición de toda tragedia clásica), la idea de lo grupal, con mucha gente observando lo que está pasando”, analizó Peña, y Pignatta aportó: “En el teatro, lo político no es sólo el panfleto. Hay cosas que no hay que aclarar porque lo político está siempre, está en lo social, pero también desde lo artístico, en cómo se aborda determinado tema; esa siempre es una decisión política. Y si bien aquí buscamos que este colectivo de trabajo encontrara su propia poética, a nosotros, a La Comedia de Hacer Arte, siempre nos interesó lo político”.
Finalmente, y más allá de que el cambio en el paradigma de país posterior al 10 de diciembre último se dio cuando el montaje estaba en su etapa final, el presente revela en la puesta otras particularidades. “La realidad nos modifica constantemente, el recorrido de cada uno, más allá de que actúe o dirija, está atravesado por la realidad que nos toca vivir. Siempre nos pasa con las obras de La Comedia de Hacer Arte, como por ejemplo Moreira Delivery (sobre el mito de Juan Moreira) o Patagonia y olvido (versión de La Patagonia Rebelde), que se vuelven una caja de resonancia de lo que le pasa a la gente que está en la platea”.

Acerca de “Bondi”

Bondi. Colectivo Teatral es un grupo de estudio y montaje local que comenzó a gestarse en 2013, a partir de las sucesivas experiencias de formación ofrecidas por la Escuela de Actores de La Comedia de Hacer Arte, equipo surgido en la ciudad en 1997. Creadas y dictadas por Hernán Peña (Buenos Aires) y Cielo Pignatta (Rosario), en esas experiencias de actuación se transitaron diferentes géneros, registros y poéticas, tales como la tragedia, la comedia, el melodrama y el grotesco. Este atractivo proceso de aprendizaje y entrenamiento actoral, cifrado en la profesionalización del oficio y la labor colectiva, devino en la construcción de un lenguaje común, una dinámica de trabajo y una búsqueda estética propia, que terminó en el estreno de Antígona Vélez, el emblemático texto de Leopoldo Marechal.

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