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Otra vez balas de teflón

Un móvil policial que estaba destinado a la custodia de la jueza Cosgaya encontró a dos jóvenes con una pistola 22 modificada y balas de alto impacto de distinto calibre cerca de la vivienda de la magistrada.

Una patrulla de la Unidad Regional II, que custodia la cuadra en la que vive la jueza de instrucción Raquel Cosgaya –que en el mes de febrero fue amenazada en el marco de una investigación en la que estaba involucrado el ahora fallecido Pimpi Camino– detuvo en el mediodía de ayer, y a pocos metros de la vivienda de la magistrada, a dos jóvenes que cargaban con una pistola calibre 22 modificada y más de 60 municiones de distintos calibres, entre ellas balas trazantes y de punta hueca.

Según fuentes policiales, cerca de las 11.30 de ayer dos jóvenes de 19 y 21 años fueron detenidos en las inmediaciones de Ocampo al 300 por personal del Comando Radioeléctrico que realizaba un patrullaje en la zona.

De acuerdo a los pesquisas, los jóvenes, que se movilizaban en bicicleta, avistaron el patrullero y se acercaron a un contenedor de residuos simulando estar cirujeando. En ese instante, los uniformados observaron que habían tirado un objeto dentro del basurero.

Según los voceros, luego de requisar a los jóvenes, los policías encontraron dentro del basurero un estuche color verde. En el mismo había una pistola calibre 22 modificada, que según fuentes del caso, poseía la apariencia de una ametralladora automática Uzi. También había 60 municiones de distintos proyectiles, entre ellos, las denominadas “balas de alto impacto”. Por esta razón, la Policía detuvo a los jóvenes, que fueron trasladados y alojados en la comisaría 4ª.

Los pesquisas aseguran que el caso no está vinculado con la magistrada y sostienen que se trató de una casualidad que los mismos fueran encontrados armados hasta los dientes en esa misma cuadra. Sin embargo tampoco pudieron precisar por qué portaban ese armamento, ni cuál era su objetivo.

Entre las municiones secuestradas ayer por la Policía, y puestas a disposición del Juzgado de Instrucción 12ª que investiga el caso, se encuentran las denominadas balas trazantes. Las mismas emiten un haz de fuego rojo al dispararse, que acompaña la trayectoria del proyectil hasta impactar. También formaban parte del “arsenal” balas de punta hueca o teflón de 9 milímetros –como comúnmente se las conoce–, que al impactar expanden su cuerpo y logran ocasionar un daño mucho mayor que su espesor nominal.

Los voceros indicaron que un “arsenal” de esa calidad es poco común de encontrar, dado que su venta, aún para la caza, no está permitida.

En tanto, los detenidos fueron identificados como Norberto P., de 19 años, y Claudio G., de 21 años, ambos con domicilio en zona sur; y puestos a disposición del Juzgado de Instrucción Nº12.

Balas de teflón.

La aparición de este tipo de proyectiles comenzó a hacerse visible en distintos operativos que se realizaron el año pasado. Entre noviembre y diciembre ocurrieron un par de hechos delictivos que mantuvieron en alerta a todo el cuerpo policial porque en ambos casos –uno en una fábrica de colchones de la zona sudoeste y otro en barrio Pichincha– se encontraron cartuchos de pistola 9 milímetros con puntas de teflón, las cuales, si son completamente de este material, tienen la capacidad de atravesar los chalecos antibalas. Sin embargo, un experto en balística dialogó con El Ciudadano y dijo que muchas veces los alcances y las aptitudes de estos cartuchos están sobrevalorados, aunque también admitió que no existen controles para el uso de los mismos y que “las variables de tipo delictivas pueden ser infinitas”.

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