El Equipo de Antropología Forense identificó los restos de Gustavo Bruzzone, un santafesino que en 1977, a la edad de 22 años, fue secuestrado en la ciudad de Rosario y fue asesinado y enterrado como NN en el cementerio La Piedad.
“Soñé con él. Hacía mucho tiempo que no me pasaba. Soñé que lo encontraba, que hablaba con él. Hace mucho tiempo entendí que no voy a volver a verlo, pero necesito saber qué le pasó. Creo que volver a soñar con él es como una señal”, dijo hace algunos meses su madre, Irma Godone, cuando se exhumaron 29 tumbas del cementerio municipal de Laguna Paiva, ubicado a 37 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, sostiene Nicolás Lovaisa, del portal Infojus.
Por el momento no se encontraron restos de desaparecidos, pero esa investigación sigue abierta. Pero el cuerpo de su hijo apareció en la ciudad más importante de la provincia. Los restos de Gustavo Bruzzone fueron hallados en el cementerio La Piedad de Rosario, ciudad donde fue secuestrado el 19 de marzo de 1977, cuando se disponía a volver a Santa Fe para festejar el cumpleaños de su madre.
El Equipo Argentino de Antropología Forense comenzó a trabajar en el cementerio ubicado en la zona oeste desde hace casi tres años, específicamente en 120 tumbas que, se presumía, podrían corresponder a desaparecidos.
Primero se realizó un paciente trabajo de identificación de inhumaciones NN entre 1976 y 1983; luego se averiguó cuáles correspondieron a muertes violentas y, en algunos casos, la constancia en los registros de una intervención del Comando del II Cuerpo de Ejército o de la policía santafesina.
A partir de esa investigación el EAAF, a cargo de Miguel Nieva, comprobó que Gustavo había sido trasladado a El Pozo, el centro clandestino de detención que funcionó en el ex Servicio de Informaciones de Rosario (Dorrego y San Lorenzo).
Cinco días después de su detención lo sacaron de allí junto con otros dos detenidos. Los tres cayeron en un supuesto “enfrentamiento” en la madrugada del 24 de marzo, en Córdoba al 5600.
“Necesitábamos cerrar la historia. Yo lo llevo en mi corazón, pero es muy duro poder verlo sólo en una foto. Se lo llevaron cuando era un pibe. Tenía apenas 22 años. A mi hermano no lo dejaron vivir”, afirmó Rodolfo Bruzzone.
“Ahora ya puedo partir tranquila. Sé donde está y va a descansar junto a sus compañeros”, agregó Irma.
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