El inglés Lewis Hamilton ganó de punta a punta el GP de Bahrein, aunque la sorpresa fue el segundo puesto de Kimi Raikkonen (Ferrari), tras 560 días de ausencia de un podio, quien evitó el uno-dos de Mercedes.
“Fue difícil administrar el consumo de las gomas y, sobre el final, apareció un recalentamiento de los frenos que me preocupó, pero todo salió perfecto”, declaró Hamilton, quien se sinceró y aceptó que “parece abierto” el camino a su tercer título mundial.
Hoy ganó su tercera de las cuatro carreras del año de punta a punta, sin ver siquiera a rivales en los espejos retrovisores y demostrando que las protestas de Nico Rosberg en China por un presunto favoritismo de Mercedes a Hamilton no tienen asidero.
La pista lo confirmó hoy cuando, en la penúltima vuelta, y puesto bajo presión de un Raikkonen que venía lanzado y le descontaba 2 segundos por vuelta, se fue de largo en una curva y permitió al ferrarista atrapar el segundo puesto que merecía.
“Un verdadero mastín”, definió a Raikkonen Maurizio Arrivabene, el nuevo “capo” de Ferrari.
El finlandés no subía a un podio desde el GP de Corea 2013, cuando corría para Lotus y fue segundo de Sebastián Vettel.
Pero el resultado premió también a una estrategia diferente, por lo audaz, de Ferrari con Raikkonen: apostó a tres pit-stop, en vez de los dos de la mayoría, y con las gomas blandas para el stint final su auto fue un misil e incluso podría haber intentado un asalto a Hamilton en la vuelta decisiva.
El reverso de la moneda en Ferrari fue Vettel, quien admitió que hizo “una carrera pésima”, con un quinto puesto detrás de Valttery Bottas (Williams), consecuencia de dos graves errores, el segundo de los cuales lo obligó a entrar a boxes a cambiar el ala delantera.
Fue heroica la carrera de Felipe Massa, cuyo auto no arrancó cuando se ordenó el giro de reconocimiento y obligó al brasileño a una carrera toda en remontada que lo premió con un décimo puesto obtenido tras duras luchas.
Superó, entre otros, al español Fernando Alonso, que con un pobre McLaren-Honda llegó undécimo, a un giro del ganador, en tanto su compañero Jenson Button ni siquiera pudo largar. “Aunque más lentamente de lo que esperábamos, estamos creciendo”, se consoló el ibérico.
El australiano Daniel Ricciardo, sexto, salvó el honor, pero Red Bull sigue sufriendo la falta de potencia del power-unit de Renault, tanto que se especula un divorcio a fin de año (el otro piloto, el ruso Daniil Kvyat, fue noveno).
De los pilotos latinoamericanos, el mejor clasificado (octavo) fue el mexicano Sergio Pérez (Force India), premio a su coraje por haberse atrevido a largar, al revés de los top ten”, con las gomas duras que le impusieron tres paradas.
Venía séptimo a 17 vueltas del final Pastor Maldonado, tras una serie de peripecias, incluído un “stop” de 5 segundos cuando hizo su primer cambio de gomas, pero al entrar a boxes le explotó el turbo Renault de su Lotus y debió abandonar.
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