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Fuego, muerte y muchas dudas

Por: Agustín E. Shcoler.- Familiares de Vanesa Celma, una joven de 27 años embarazada de 8 meses que en 2010 murió a causas de quemaduras en gran parte de su cuerpo, piden que se investigue al marido de la víctima. La causa penal fue caratulada como “incendio”.


Vanesa Soledad Celma tenía 27 años, estaba embarazada de 8 meses y, hasta el día en que fue llevada al Heca con gran parte de su cuerpo quemado, vivía junto a su pareja y su hijo de 5 años. Según cuentan sus familiares, la violencia familiar era moneda corriente entre los cónyuges. Como suele pasar en estos casos, ella, entre una profunda angustia y un miedo que la acompañó a la tumba, nunca denunció nada de lo que pasaba. La noche del 29 de junio de 2010, el hijo de la pareja salió desesperado de su casa, ubicada en Humberto Primo al 2000, al oeste de barrio Industrial, para pedir ayuda a los vecinos. Su mamá estaba prendida fuego, tirada en la vereda, tapada con una frazada. Su marido dijo que no la socorrió porque se estaba bañando. El 22 de noviembre de 2010, Vanesa murió y hasta hoy la causa penal por el hecho está caratulada como “incendio”.

“Esa noche nos vino a avisar un vecino lo que estaba pasando. Cuando llegamos, nos encontramos con mi hermana tirada en la calle, quemada, tapada con una frazada. Calculamos que estuvo prendida fuego cerca de media hora”, contaron a El Ciudadano familiares de Vanesa Celma, quienes señalaron que, a pesar de las heridas, la chica logró dar a luz a una beba pocas horas después de ser internada, a través de una cesárea.

Al ser interrogado por personal de la URII, Omar O., la pareja de la víctima, declaró que su esposa se tiró alcohol encima y se prendió fuego cuando él le anunció que la iba a dejar. Lo que no pudo explicar es qué ocurrió en el espacio de tiempo entre que Vanesa se prendió fuego y su entrada al baño. Es que el hombre sostuvo que no asistió a su esposa porque se estaba bañando.

“Omar tenía una amante que hostigaba todo el tiempo a Vanesa. De hecho esta chica vive con él ahora, en la misma casa que lo hacía con mi hermana. Nosotros le entregamos el celular de Vane a la Policía, donde había mensajes amenazantes”, señaló Andrea, hermana de la fallecida, quien agregó: “Una noche durante su internación Vanesa se soltó a hablar, y le contó todo lo que pasó a una enfermera. Le dijo que Omar la había quemado durante una discusión. Ella nunca nos lo confesó a nosotros, porque él la tenía amenazada y tenía miedo que mate a los chicos”.

Los peritos policiales realizaron su trabajo en el lugar de los hechos, buscaron pruebas para intentar esclarecer lo ocurrido y se llevaron evidencia, que fue trasladada a la comisaría 12ª. La causa fue tomada por el Juzgado de Instrucción de la 12ª Nominación, a cargo de la Jueza Mónica Lamperti, quien caratuló el hecho como “incendio”.

Según los familiares de Vanesa, desde un principio el caso tuvo irregularidades. Los expertos que trabajaron en la casa donde se quemó Vanesa declararon ante la Justicia que no se acordaban de lo que habían visto. Las pruebas levantadas en el lugar desaparecieron misteriosamente de la comisaría 12ª, explicaron los allegados a la joven embarazada. “No sólo desaparecieron las pruebas, sino que el abogado que contratamos en primera instancia nos dijo que él trabajaba para la Policía y que nunca se pondría en contra de ellos”, señalaron los familiares de la chica.

La reconstrucción de los hechos nunca se realizó por diferentes cuestiones burocráticas. Los hermanos de Vanesa decidieron buscar nuevas pruebas que incriminaran a quien fue su cuñado: “Fuimos a hablar con parejas anteriores de Omar y nos dijeron que las maltrataba; pero no se animan a declarar. Lo mismo con los vecinos. Las amigas de Vanesa también sabían que había violencia en la casa, nuestra hermana vivía con mucho miedo”, se lamentaron.

Hoy, la familia Celma pide que el caso se investigue. “No queremos incriminar a nadie, pero esto no puede aparecer como un simple incendio. Queremos que la Justicia se haga cargo del hecho”, remarcó Eva, cuñada de Vanesa.

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