Sin mayores sobresaltos, un grupo de ladrones se llevó 600 mil pesos de un galpón de Rosario Bus. El golpe ocurrió ayer por la mañana, cuando la empresa de transporte planeaba realizar el pago de horas extra a sus empleados. Los asaltantes se hicieron pasar por choferes, redujeron a tres trabajadores, los usaron como escudos humanos y se alzaron con todo el dinero que había en la administración. Al ser consultados por El Ciudadano, tanto allegados a la empresa como investigadores aseguraron que los ladrones trabajaron con información certera sobre lo que iban a buscar; ambas partes también marcaron la falta de medidas de seguridad en el lugar.
El robo tuvo lugar en el galpón desde donde salen los coches de Rosario Bus, ubicado en el extremo sur de Villa Gobernador Gálvez, sobre la ruta provincial 21. El predio tiene un enorme tinglado, perimetrado por un alambrado, al cual se ingresa por un portón que no cuenta con medidas de seguridad: es una calle más. “En Rosario Bus trabajan 2.500 personas; es imposible llevar un registro de quién entra o sale del lugar”, aseguró un empleado.
De acuerdo con fuentes de la investigación, habían pasado unos minutos de las 8.30 de ayer cuando cuatro hombres entraron al predio vestidos como choferes (con una camisa blanca) y se dirigieron hacia el interior del galpón, como cualquier empleado. Allí, mezclados entre la multitud, desenfundaron armas de fuego, redujeron a tres empleados, para luego maniatarlos con precintos.
Arrastrando consigo a los choferes cautivos, el cuarteto de ladrones se dirigió hasta la puerta de la administración del lugar y obligó a que los empleados abrieran la puerta, bajo amenaza de que, si no lo hacían, matarían a los rehenes. “En el galpón hay muy pocos empleados de seguridad y ninguno estaba en esa zona. Además, la plata no estaba en una caja fuerte o algo por el estilo, sólo tienen una caja registradora, como la de un súper chino”, señaló un allegado al caso.
En total, el cuarteto se alzó con 600 mil pesos en efectivo y abandonó el predio caminando, como había llegado apenas 5 minutos antes. “Obviamente contaban con información desde adentro. De todas maneras mucho esfuerzo no hicieron. En la sala de choferes había un cartel enorme que decía que hoy (por ayer) se pagaban las horas extra; tampoco se tuvieron que disfrazar mucho ni nada. Estaba regalado el robo”, señaló a El Ciudadano un vocero de la investigación, quien señaló que, sólo para la mañana de ayer, Rosario Bus esperaba el paso de 600 empleados por sus instalaciones.
Hasta anoche no había detenidos ni sospechosos por el robo. “En el predio hay cámaras de seguridad, pero algunas no funcionan. De todas maneras es un trabajo minucioso revisar cara por cara y separar empleados de ladrones, entre un mar de personas”, explicó un allegado a la pesquisa.
El caso es investigado por la Policía de Investigaciones, a las órdenes de la Unidad Especial de Flagrancia de la Fiscalía Regional.
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