Un casino clandestino que funcionaba en la parte trasera de un club de la ciudad de Rufino fue desbaratado durante la noche del sábado por efectivos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), quienes cumplieron órdenes del juzgado de Instrucción, Correccional y Faltas de esa localidad santafesina, ubicada en el departamento de General López. Voceros del caso dijeron que al momento de la irrupción había una veintena de apostadores, dos de los cuales reclamaban que se les pague un premio que acababan de ganar. La sala de juegos funcionaba dentro de las instalaciones del Club Círculo Italiano, que cuenta con habilitación para levantar apuestas de hipódromo pero no para la instalación de las 34 computadoras que fueron incautadas, por lo que los directivos de esa entidad quedaron arrestados.
Fuentes policiales informaron que la medida judicial se desarrolló durante la noche del sábado pasado en Manuel Roca 143, sede del club mencionado ubicado en la localidad de Rufino, donde fueron incautadas 34 computadores con pantallas LCD y programas específicos de juegos de azar. Además, se secuestraron 11 mil pesos en efectivo y documentación de interés para la causa. Por el mismo procedimiento, 19 personas fueron demoradas y conducidas a sede judicial por presuntas violaciones a los artículos 94 y 95 del Código de Faltas.
Los pesquisas agregaron que también quedaron en calidad de arrestadas otras cinco personas, entre las que figura el presidente del club, el secretario y una administradora del negocio, quien cumplía la función de pagar a los ganadores. La misma suerte corrieron dos clientes, quienes al momento del operativo exigían a viva voz cobrar un premio de 600 pesos que acababan de ganar, todo pese a encontrarse ya frente a la secretaria del juzgado y a los comisarios de las TOE.
Los pesquisas explicaron que los clientes realizaban apuestas prohibidas por medio de computadoras de escritorio que tenían instalados juegos como la ruleta, y que las mismas estaban conectadas a dos servidores monitoreados por una de las detenidas, que realizaba los pagos. También advirtieron que era “alevoso” el funcionamiento clandestino del casino, ya que su actividad era conocida por toda la ciudad y el local solía ser concurrido por numerosos vecinos.
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