El pedido de Aguas Santafesinas (Assa) al gobierno provincial de un aumento tarifario del 48 por ciento para 2016 hizo mucho ruido. Desde la Legislatura, junto a organizaciones de defensa al consumidor, cuestionaron la solicitud señalando que el guarismo se encuentra altamente por encima de la inflación. Además, mencionaron que el plan de inversiones al que se viene comprometiendo año a año la compañía no se está cumpliendo en tiempo y forma.
La nota que se conoció este jueves enviada por el presidente de Assa, Sebastián Bonet, al ministro de Aguas y Servicios Públicos santafesino, Antonio Ciancio, establece una propuesta de aumento del 26 por ciento a aplicar en la facturación del segundo bimestre de 2016, un 11 por ciento en el tercer bimestre y otro 11 en el cuarto. Voceros de la empresa señalaron que ese 48 por ciento no tiene en cuenta la inflación sino los costos operativos e insumos. Como dato, mencionaron que entre 2014 y 2015 esos gastos crecieron un 79 por ciento, cifra muy inferior al aumento pretendido.
“Estamos solicitando un ajuste racional. Si el Enress y el gobierno provincial conceden una suba por debajo de lo solicitado, hay dos opciones: o se reciben más subsidios del Estado o se resiente el servicio”, advirtió Bonet en el escrito.
Según el presidente del directorio de Aguas Santafesinas, “la factura bimestral promedio de los usuarios en 2015 es de 140 pesos”. De prosperar el aumento pedido saltará a 190 pesos.
Disconformes
Como se esperaba, la propuesta trajo polémica y ya comenzó a ser rechazada.
El presidente de la comisión de Obras y Servicios Públicos de la Cámara de Diputados santafesina, Mario Lacava, dijo que el incremento luce desproporcionado. Incluso, fue más atrás en el tiempo para comparar.
“No hay inflación que registre tamaño porcentaje. Desde 2008 la empresa subió la tarifa entre un 500 y un 700 por ciento. Eso está por encima del aumento de precios general en ese período, que fue de entre 350 y 380 por ciento”, señaló el legislador justicialista.
Tras eso, hizo eje en los niveles de obra. “En 2008 Assa representaba el 1 por ciento del gasto total del gobierno provincial. Mientras que en 2014 eso bajó al 0,3. Esto muestra que los sucesivos incrementos de la factura no fueron a inversiones”, razonó Lacava.
Para el diputado provincial, esa supuesta desinversión se expresa, entre otras cosas, en el escaso avance en la colocación de medidores.
“La empresa se compromete anualmente a colocar una determinada cantidad de medidores y después nunca lo cumple. Y no lo hace porque saben que si los ponen bajará la recaudación, ya que la gente cuida el agua. En el último incremento que se otorgó el mismo Enress pidió que se ponga en marcha un plan de obras. Ese fue el fundamento con el que se concedió la suba escalonada. Sin embargo, esas tareas luego no se realizan. Todos los años esto se repite”, cuestionó Lacava.
En tanto, Juan Marcos Aviano, el titular de la ONG Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), pidió que antes de otorgar cualquier tipo de incremento se dé a conocer el estado financiero de la empresa Assa.
“También sería necesario saber cuál es el plan de inversiones para los próximos cuatro años y qué va a pasar con la ley de Agua y Saneamiento. Además, desde el año 2007 la empresa, cuyo Estado provincial es el dueño del 51 por ciento de las acciones y el resto pertenece a los municipios, está con un contrato precario de concesión. Es decir, está en emergencia. Y hay que definir cómo va continuar esta cuestión”, agregó Aviano.
El dirigente valoró luego algunas inversiones, como la nueva plata potabilizadora de Granadero Baigorria. Pero mencionó de inmediato que la obra es un tercio de lo prometido. “No está funcionando a pleno”, sostuvo.
“Además, el plan de cloacas para Rosario está atrasado. Y los que no estamos retrasados somos los contribuyentes, que si ya tenemos ese servicio pagamos esa obra todos los meses con la factura para quienes no la tienen. En agua y saneamiento lo que no se hace en un año después lleva dos en completarse. Hay muchos problemas y dificultades. Y sin embargo se sigue poniendo el carro delante del caballo”, cargó Aviano.
Lo que viene
Luego de que la empresa entregara su pedido de aumento, se aguarda ahora que el Ente Regulador de Servicios Sanitarios convoque a usuarios, organizaciones no gubernamentales y legisladores a la audiencia pública que se realiza ante cada solicitud para debatir el asunto.
Assa pretende que las audiencias, que se realizarán en Rosario y Santa Fe, se efectúen antes de que finalice el año. Luego el directorio del Ente emitirá un dictamen, no vinculante, sobre el planteo de la empresa de agua potable y saneamiento y las posiciones de los consumidores.
Así, la última palabra la tendrá el gobernador electo de la provincia, Miguel Lifschitz, quien asumirá el próximo 10 de diciembre.
“El flagelo de la inflación”
En declaraciones radiales hechas ayer, Bonet volvió a justificar el pedido de incremento de la tarifa en los desfasajes ocasionados por inflación desde fines de 2013.
“Estamos tratando de recomponer la capacidad de compra que tenía la empresa a principios de 2014 para poder prestar el servicio de un modo correcto”, señaló el funcionario.
“Nosotros tenemos una matriz de consumo de energía, de químicos, sueldos y componentes materiales que han subido mucho en dos años. El aumento que estamos pidiendo es mucho menos que eso. Con lo que solicitamos sólo lograríamos reconstituir nuestra capacidad de compra”, añadió.
Tras eso, insistió en que “no se está tratando de aumentar las ganancias de la empresa sino recuperar el valor que la moneda ha perdido”, generando el supuesto atraso tarifario.
“Toda la comunidad ha sufrido el flagelo de la inflación. Nosotros no somos la excepción y tenemos la obligación de mantener el servicio”, dijo en declaraciones a la emisora local LT8.
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