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Lo que vendrá

Advierten los costos de querer imitar al modelo australiano

Expertos dicen que se debe encarar transformación productiva estructural con fuerte foco en el agro, la minería y los servicios; trascendió que, a pedido de Macri, se analiza un proyecto económico basado en el país de Oceanía.


La Argentina deberá encarar una transformación productiva estructural con fuerte foco en el agro, la minería y los servicios relegando a la industria si pretende imitar el modelo económico de Australia, un país que lleva 25 años de crecimiento sostenido.

Así lo advirtieron los economistas Eduardo Luis Fracchia y Carlos Marcelo Belloni, de la Universidad Austral, al opinar sobre la viabilidad de que la Argentina imite el modelo de desarrollo económico australiano, una instancia que se ve amenazada por los conflictos sociales ante el repliegue industrial.

El análisis responde a que trascendió que el presidente Mauricio Macri ordenó a sus funcionarios que armen un proyecto económico para aplicar en el corto, mediano y largo plazo, para lo que algunos ministros estarían estudiando el modelo del país de Oceanía.

Fracchia y Belloni advirtieron que uno de los aspectos a considerar es la transformación hacia una economía más intensiva en servicios.

En Australia, la participación del sector servicios lidera la economía contribuyendo con el 70% del PIB y empleando el 70% de la población activa. En la Argentina, en cambio, ese sector contribuye con alrededor del 65% del PIB apoyado fuertemente por la industria.

Por otro lado, el gran factor del crecimiento australiano fueron las exportaciones de bienes dominadas por los sectores agrícolas y mineros, en particular este último, que representa cerca del 20% del PIB. Además de exportar minerales, Australia es uno de los principales exportadores mundiales de lana, carne, trigo y algodón.

En cuanto a las importaciones, Australia es un país importador de productos transformados.

“Para replicar este camino, Argentina debería volver a poner el foco fuerte en las exportaciones primarias y mineras, algo ya evidenciado por la reducción de las retenciones”, coincidieron los economistas.

Otro aspecto fundamental donde Argentina está muy por debajo de Australia –un país de 23 millones de habitantes, casi la mitad que la Argentina– es la competitividad, un concepto clave si se quiere aspirar a una economía de crecimiento basada en las exportaciones, dijeron los economistas.

De acuerdo con los resultados del último informe de competitividad global publicado por el World Economic Forum (WEF), Argentina se ubica en el puesto 104 de 138, mientras que Australia detenta el puesto 22.

El desempeño de Australia en este sentido es notable, ya que no baja del puesto 28 en los 12 pilares, incluso aparece en el top ten en tres de ellos: Desarrollo del mercado financiero, Educación superior y capacitación, y Salud y educación primaria.

La Argentina, en cambio, se ubica entre los peores países en cuanto a pilares básicos como Instituciones (130/138), Entorno macroeconómico (130/138) y Eficiencia en los mercados de bienes (135/138) y de Trabajo (130/138).

Una referencia más que importante son las instituciones: En el libro ¿Por qué la Argentina no fue Australia? de Pablo Gerchunoff y Pablo Fajgelbaum, los autores revelan cómo las instituciones influyeron en el desempeño de los dos países a pesar de poseer características estructurales comunes. Por ejemplo, ambos son países de colonización reciente, con altas ventajas relativas al resto del mundo en la producción de bienes primarios y escasamente poblados, con geografías relativamente similares e igualmente alejados de los centros económicos mundiales.

Los autores señalan el impacto de la crisis de 1890 como punto de inflexión principal que llevó a ambos países a tener presentes tan disímiles: las políticas distributivas y proteccionistas que llegaron a Australia desde entonces, recién se materializaron en Argentina desde 1945.

Los economistas Fracchia y Belloni dijeron que si el plan de desarrollo es seguir el ejemplo de la economía australiana, surgen al menos algunos interrogantes.

A pesar de presentar características similares en cuanto a sus ventajas comparativas para la producción de commodities, las exportaciones australianas no sólo se basan en los productos agropecuarios sino también descansan en los minerales, generando así cierto grado de diversificación que la Argentina no posee.

“Tener como referencia a la economía australiana implicaría también fomentar el sector agropecuario y de servicios en detrimento del sector industrial local, emergiendo conflictos sociales. Tal vez el aspecto más relevante a mejorar si se quiere seguir el camino de Australia es la calidad de las instituciones”, concluyeron.

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