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Transporte: la tarjeta sin contacto será “personal”

Por Guillermo Correa.- En los próximos 120 días los usuarios deberán hacer el trámite de titularización. Se habilitarán más puntos.


Con identidad. De ahora en más y también hacia atrás, todos los usuarios de tarjetas para el transporte urbano de pasajeros, la llamada “tarjeta sin contacto”, deberán personalizarla o titularizarla, es decir que cada plástico estará vinculado al nombre, apellido y  número de documento de su poseedor. Así lo dispuso ayer el Concejo Municipal, al aprobar una modificación a la ordenanza 8.498, que en 2010 había empujado al Departamento Ejecutivo a implementar sin más demoras el “sistema prepago alternativo por medio de tarjeta inteligente”. Ahora, con la tarjeta vigente –y transformada en una de las estrellas del transporte local– la modificación establece que en los próximos 120 días todos los usuarios deberán cumplir con el trámite de personalización, cosa que, pese a las ventajas de hacerlo, hasta ahora era voluntario y sólo lo habían concretado 12 de cada 100 personas que usan el sistema.

“Ahora son cuatro las oficinas donde se puede realizar el trámite, pero la idea es lanzar en julio y agosto una fuerte campaña, y abrir puntos en los seis centros municipales de distrito”, anticipó a El Ciudadano la gerenta general del Ente de Transporte Rosario, Mónica Alvarado.

La funcionaria, que días pasados ratificó que la intención del municipio es que en el mediano plazo dejen de existir las tarjetas de cartón para que la modalidad de pago del boleto sea sólo a través de los plásticos –y, marginalmente, con el pasaje ocasional– barajó que además de ampliar los puntos para el trámite se implementarían puestos móviles en lugares  y fechas de alta concentración de público.

De igual modo, las cuentas parecen complejas. La norma aprobada por el Concejo plantea 120 días para que el operativo esté concretado. “Es un plazo razonable”, insistió a este diario el edil de Encuentro por Rosario Osvaldo Miatello, vicepresidente del ETR y autor de la iniciativa junto a su compañero de bloque Diego Giuliano.

Empero las cuentas son complejas: según graficó Alvarado ya son 162.200 las tarjetas sin contacto que están en manos de los usuarios, pero de ellas sólo unas 20 mil están “personalizadas”. Es decir que para que se cumpla el plazo de 120 días –84 días hábiles–, unas 1.920 personas por día deberían concurrir a alguno de los puntos a titularizar su tarjeta. La cifra augura largas colas, aún multiplicando los lugares para hacer el trámite.

“No es tan complejo. –insistió Miatello–. En el Amba, con 7 millones de usuarios, se implementó en menos tiempo”.

El concejal explicó que precisamente la tarjeta Sube, vigente en la llamada Área Metropolitana de Capital Federal y Gran Buenos Aires para el pago de transporte de pasajeros –colectivos, subtes y trenes–, es uno de los motivos que impulsaron su proyecto. Es que el plan del gobierno nacional, explicitado en la página web de la Secretaría de Transporte, es ir ampliando hacia el interior el Sube, al que considera clave para la asignación de subsidios al transporte de pasajeros, por la fuente de información que representa.

Miatello explicó que el Sube es personalizado desde el vamos, a diferencia de la tarjeta sin contacto local.

“El otro motivo es el beneficio que representa para el propio pasajero”, agregó el edil. Es que la personalización de la tarjeta rosarina garantiza, a todos los que hasta ahora hicieron el trámite, que en caso de robo o de extravío del plástico puedan recuperar el saldo que tenían. Para ello deben hacer la denuncia en el Centro de Atención al Usuario –Santa Fe 1043–, abonar un nuevo plástico –8 pesos– y así recuperará la carga que había realizado hasta ese momento, quedando anulado el plástico sustraído o extraviado.

El edil marcó, además, una tercera razón, que son distintos proyectos que ya están barajando los concejales y que plantean ampliar las capacidades de la tarjeta sin contacto, como el pago de taxis, estacionamiento medido y otros bienes y servicios, lo que la asemejarían –y diferenciarían– a otras herramienta como las tarjetas de débito y de crédito.

Aunque para eso falta, lo cierto es que involucraría mayores montos de prepago, que harían indispensable la “personalización” ya planteada.

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