Ciudad

Dos choferes denuncian discriminación gremial

Por Agustín Aranda. Aseguran que los relegaron en sus trabajos por afiliarse a la Unión de Conductores de la República Argentina.

“Soy el primer chofer en hacer guardia en una boletería en la Terminal (de ómnibus Mariano Moreno)”. Indignado, Ángel González, chofer de la empresa El Rosarino, denunció un conflicto que según él, se extiende a todos los empleados de transporte que desde 2009 se sindicalizaron en la Unión de Conductores de la República Argentina (Ucra) y deriva en sistemáticas situaciones de discriminación de quienes no integran la Unión Tranviarios Automotor (UTA). La persecución llegó a su punto de ebullición el viernes pasado por la tarde, cuando Ángel denunció haber sido amenazado de muerte por el apoderado del grupo Rutamar, que reúne a las líneas de media y larga distancia El Rosarino y El Mendocino. Tras las denuncias en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la denuncia penal, Ángel espera en un régimen de servicios acotados y menos horas, en un galpón “de descanso” para el sólo, sin techo y sin posibilidad de salir. En la casa de al lado, sus compañeros, nucleados en UTA, esperan al calor de la calefacción un nuevo servicio que salga de Rosario. En tanto, Rubén Barchiesi, otro chofer pero de la empresa Monticas, denunció haber sido desplazado del diagrama de servicios a pesar de sus 25 años de antigüedad.

El conflicto de tinte gremial comenzó a la par de la puesta en funcionamiento de la delegación Rosario de la Ucra en diciembre del 2009. Desde ese momento, quienes se afiliaban al gremio comenzaron a sufrir distintos actos de discriminación por las empresas de transporte de media y larga distancia que llegan a la ciudad.

El año pasado, la problemática se avivó cuando Ángel González, el único chofer de la empresa El Rosarino afiliado a Ucra, fue citado por el jefe de personal en las oficinas de Buenos Aires. “Allí, me invitó a que me retire con una indemnización. Me negué y eso los molestó. El resto de los choferes está afiliado a UTA (Unión Tranviarios Automor) pero no comulgo con su estilo de política y sé que es mi derecho elegir mi sindicato”, recordó el transportista. De acuerdo con González, la empresa empezó a darle servicios con la excusa de que no tenía libreta de trabajo. “Desde la empresa se emitió una nota que indicaba que todos los choferes debían dejar sus libretas en las oficinas de tráfico y, en caso de Rosario, la boletería. Dicen que la perdí, pero sé que está en la boletería. Ahora me hicieron una nueva, con la que puedo empezar a trabajar recién el 1º de julio”, argumentó el chofer. Durante esta última semana, González trabaja turnos de 8 horas, mientras que el resto hace 12, con servicios regulares y hasta dobles, que consisten en cuatro viajes entre Rosario y Buenos Aires por día. Luego llegó la exclusión directa. “Me confinaron al galpón sin techo y con un baño sin puerta, ubicado en Alsina 2493, que aloja a los transportes no habilitados para viajes. Está al lado de la casa en la que descansan el resto de los choferes de la flota, equipada con cocina, calefacción, televisor y otras comodidades”, explicó González. La denuncia de estos hechos fue radicada en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia de Santa Fe.

El conflicto derivó en una denuncia penal, esta vez, contra el jefe de boletería y apoderado de la empresa Rutamar, Néstor Pereyra, quien el viernes 24 de junio a las 15.30 habría amenazado de muerte al chofer cuando González, acompañado por una escribana que se encontraba constatando las condiciones del lugar donde descansaba el conductor, estaba en la puerta. “La escribana le tomó la chapa patente al auto de Pereyra y él me amenazó: «Este es el auto de mi mujer. Si llego a tener algún problema, cazo la pistola y te pego un tiro a vos, tu mujer y tu hijo»”.

Actualmente, González se encuentra como “disponible”, que consiste en un acortamiento de los días a trabajar. Según explicó, redujeron sensiblemente los servicios y por consiguiente el dinero en su sueldo.

Otro caso

Rubén Barchiesi trabaja como chofer de la empresa Monticas hace 25 años. Su recorrido habitual era, hasta hace poco, hacia Río Cuarto. Durante la mayor parte de su tiempo en la empresa estuvo afiliado a UTA, pero hace tres años se desafilió y recién con la conformación de la Ucra volvió a participar de un sindicato, esta vez, como vocal de la comisión directiva. “Entonces, se lo comuniqué a la empresa y ahí empezó la discriminación. Pasó más de un año y a la hora de diagramar los servicios, que se otorgan por antigüedad, me sacaron de la lista junto a los choferes Héctor Michelini –que tiene 27 años de antigüedad– y Darío Sansone, que tiene 20 años de antigüedad”. De acuerdo con Barchiesi, le quitaron las horas extra debido a que “la empresa había sido apretada por UTA para marginar a quienes no estaban afiliados al gremio”. Actualmente, los tres empleados de Monticas afiliados a Ucra se encuentran haciendo servicios de refuerzo sin viáticos. “No nos dejan trabajar las 122 horas que tenemos por convenio y a los demás les dan horas extra”, detalló. Según el chofer, la empresa no se presentó ante las reiteradas citas pedidas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad de la provincia de Santa Fe. “En los próximos días, junto a Ucra Rosario presentaremos en el Ministerio de Trabajo una denuncia de discriminación y otra por falta de descanso. Fijate que hay un servicio a Río Cuarto que hacen los choferes en 15 horas sin descanso, cuando por ley debés tener 12 horas en el medio”, adelantó Barchiesi.

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