Por Daniela Barreiro
Un joven Skay Beilinson emprende junto a su hermano Guillermo un viaje a Europa. “Van unos meses después del Mayo Francés y se encuentran con un ambiente político y social muy convulsionado. Se ven envueltos en algunas revueltas callejeras, los detienen y los deportan a Inglaterra. En Londres descubren a Hendrix y a Los Beatles, que hoy son clásicos pero que en aquella época se estaban abriendo camino en el rock. Entonces, vuelven a Argentina con un montón de experiencias, con la psicodelia a flor de piel, con la cabeza cambiada”. Así comienza, según adelantan sus realizadores, el relato del documental El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Un viaje iniciático, la piedra basal de una agrupación que marcó un antes y un después en el rock argento.
El film invita a sumergirse en los primeros pasos de la banda que supo liderar el Indio Solari y así descubrir las razones que la llevaron a ser un fenómeno. Con testimonios de allegados a la banda e imágenes de archivo inéditas, el material tuvo su gran debut en el Cosquín Rock y llega a Rosario para ser proyectado el viernes 21 y el sábado 22 de marzo, a partir de las 21, en Willie Dixon (Suipacha y Güemes).
Una de las características del grupo de jóvenes que concibieron el proyecto es que tomaron para sí muchas de las rúbricas defendidas por Los Redondos a lo largo de estos años. Lo primero es que conforman un proyecto autogestivo. Después, a partir de una frase de la banda en una entrevista en la revista El Expreso imaginario que cita: “La identidad no agrega nada, es fundamental combatir los egos”, ellos decidieron no revelar sus verdaderos nombres y adoptar diversas identidades. Así el equipo se conforma por Miguel Funes, el Capitán Balurdo, Hidroman y Walter Blanco; quienes forman el “Comando Luddista”.
“Lo importante es el documental, no nosotros”, dice Miguel Funes en una charla con El Ciudadano en la que se dispuso a desandar el camino que dio origen al documental.
Ricotitis
“La primera vez que escuché a Los Redondos era muy chico, quizá por algún viejo cassete de algún primo mayor”, recuerda quien desde hace ocho años está trabajando en el material que este año está viendo la luz con éxito. “Venimos todos del palo de la comunicación y el cine, además de sufrir de «ricotitis» aguda. Somos todos bastante fanáticos. No había ninguna película de Los Redondos en el momento que empezamos con el proyecto y queríamos ver una, así que decidimos hacerla. Para nosotros es una de las más grandes bandas que hubo en el país”, contó.
Y fue así que el fanatismo y la admiración dio paso a un sueño, el de filmar una película para la que, aseguran, no tenían nada más que sus propias vivencias como público. “Empezamos a recabar información, a hacer las primeras entrevistas. De ellas surgieron nuevos entrevistados y fuimos descubriendo muchas cosas nuevas; la película fue tomando forma lentamente”.
Concebido como un relato coral en el que los entrevistados van llevando el hilo de la narración, el documental cuenta con un importante material de archivo, piezas únicas que sirven como soporte de aquellas anécdotas que se van desarrollando: “A medida que fuimos entrevistando a los distintos personajes fueron apareciendo los distintos materiales: fotos y videos. Fue todo un proceso de rescate, las películas estaban en celuloide, hubo que escanear las fotos y los negativos”, una tarea a la que Funes asegura que se abocaron con dedicación y responsabilidad, ya que muchas de esas cosas eran “únicas e inéditas”.
La génesis
“Había muchísimos ejes abordables”, dice el realizador, pero para El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota eligieron la génesis: “Fuimos descubriendo cosas muy ricas de una parte no tan conocida de la historia. Empieza con un viaje que hicieron Skay y su hermano a Europa (…) a su retorno, en La Plata, se conectan con gente que estaba viviendo experiencias similares a las que se vivían allá, como La Cofradía de la Flor Solar. Había una conexión de otro plano. Guillermo Beilinson era amigo del Indio Solari y lo presenta con Skay; ellos escriben un libro que fue una película (Ciclo del cielo sobre el viento) y se empezó a gestar lo que después fueron Los Redondos”.
Según adelantó Funes, el documental llega hasta la edición de Glup, un emblemático disco que tuvo su presentación en Cemento y marcó el inicio de una era de popularidad para la banda cuya fundamental característica, según Funes, fue “el haber llevado una búsqueda auténtica, la experimentación con cosas nuevas, jugársela y ser fiel a lo uno es realmente”, características que “conservaron hasta el final. En los últimos disco exploran con nuevos sonidos, nuevas tecnologías. Se mantuvieron en un estado de atención y de búsqueda permanente”.
Una fiesta en rebeldía
“Fue una agrupación con todo a flor de piel”, dijo mientras que respecto de la mística que los envuelve aseguró: “Sus orígenes están vinculados con el fenómeno de la fiesta. Los recitales de Los Redondos, los del Indio y los de Skay son una fiesta, la gente va y vive una fiesta”.
“En los inicios de Patricio Rey, lo que se ve en el documental es que buscaban hacer una fiesta. Sus shows no eran una banda dando un recital sino que eran un evento multiartístico en el que había actores, gente ligada a las artes plásticas, bailarinas. Lo importante era que hubiese una fiesta. Eso es lo que era originalmente Patricio Rey”, dice sin olvidarse de aclarar: “Es importante decir que toda esa gente se reunía en un marco tan oscuro y de represión extrema como fue la época de la última dictadura militar. Que un grupo de 50 personas alquilaran un teatro, hicieran una fiesta y vivieran experiencias psicodélicas era ir contra lo establecido y correr un riesgo enorme. Poner fiesta a un clima tan oscuro era rebeldía y eso fue fundamentalmente lo que movería toda la dinámica de esta banda que, ya se sab e, marcó un antes y un después”.
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