Ciudad

Nuevo acceso al río

Zona franca de Bolivia vuelve a ser de Rosario y proyectan nuevo espacio público

Las Cancillerías de argentina y la República Plurinacional llegaron a un acuerdo. Los 500 metros de ribera sobre el Paraná volverán a estar a disposición de la ciudad en un plazo de 60 días. Buscarán otros terrenos para garantizar la salida al mar del país vecino


Vuelven a la jurisdicción de Rosario los más de 500 metros de ribera sobre el Paraná que están inactivos e inaccesibles desde hace tres décadas sobre el área central de la ciudad, con sus poco más de dos hectáreas de superficie. Se trata de la conocida como Zona Franca cedida por la Argentina a la república de Bolivia que, por un acuerdo firmado este martes entre los dos países, pasarán en 60 días al ámbito rosarino. La idea de la actual gestión local es instalar allí un nuevo espacio público de cara al río, dijo la intendenta Mónica Fein, quien habló de la continuidad del Parque de la Bandera. El concejal de Cambiemos Carlos Cardozo, por su parte, rescató la colaboración de todos los niveles de la administración pública para llegar a una solución, por encima de las diferencias políticas e, incluso, en medio de una campaña electoral.

La Zona Franca fue cedida en 1969 por el gobierno argentino al país latinoamericano que perdió su salida al mar al cabo de un conflicto armado con Chile. La concreción de la entrega, a perpetuidad, ocurrió durante la última dictadura, a inicios de 1977 y mediante un decreto ley que lleva la firma de los fallecidos Jorge Rafael Videla y Alfredo Martínez de Hoz, presidente de facto y ministro de Economía del régimen genocida. Nunca funcionó para lo que estaba previsto. El último barco que amarró allí, en los muelles linderos a la avenida Belgrano, lo hizo en 1988. Hace 30 años.

Hubo varias negociaciones para recuperar la jurisdicción sobre esos terrenos. Son 20.800 metros cuadrados dentro de los cuales hay sólo una construcción recuperable, sobre tierra firme. Es un galpón. El resto son edificaciones montadas en pilotes de madera de un siglo de antigüedad sobre el Paraná. Finalmente, los intentos dieron frutos positivos.

La Cancillería argentina y su par de Bolivia rubricaron este martes un “Acuerdo por Canje de Notas” en el que las partes se comprometieron a la devolución del predio en un plazo de 60 días. Como contrapartida, está la promesa argentina de relocalizar la Zona Franca en otro lugar. Hubo varias alternativas con el correr de los años en los que se sucedieron las tratativas. Ahora, en el lapso de un mes, el gobierno nacional, junto con el de Santa Fe, negociará con el Ejecutivo boliviano el traslado a una geografía que permita cumplir con “las modernas necesidades del transporte fluvial”. La idea, argumentaron autoridades nacionales, es “integrar plenamente al hermano Estado Plurinacional de Bolivia al sistema logístico y productivo de la Hidrovía Paraguay-Paraná”.

La intendenta Fein esbozó como una alternativa trasladar la Zona Franca a parte de los terrenos del Puerto de Rosario, que en rigor –aclaró– es jurisdicción de la provincia. La jefa del Palacio de los Leones repasó las instalaciones que están en el predio, y adelantó que apenas se puede recuperar un gran galpón sobre el extremo más cercano al Monumento a la Bandera. Adelantó, incluso, que hay conversaciones con el Enapro (ente administrador del puerto) para sumar unos 400 metros de ribera que le pertenecen a los 500 que se recuperan. Y allí, entonces, extender el llamado Parque del Monumento. Fein descartó, por las dudas, que esos codiciados terrenos sean utilizados para negocios inmobiliarios privados.

En marzo de 2016, la Municipalidad de Rosario había adelantado propuestas: le presentó entonces al gobierno nacional la idea de integrar todas las áreas del frente costero central, desde Pellegrini hacia al norte y con el Anfiteatro Municipal y el Parque Urquiza, hacia el oeste. El presupuesto era, y ahora está concretado, contar con la Zona Franca de Bolivia.

La intendenta destacó, este miércoles y sobre el feliz desenlace del traspaso, la predisposición de la Cancillería argentina tanto como la del Consulado y la Embajada de Bolivia.

Trabajo conjunto

El concejal Cardozo agregó la satisfacción de haberle puesto punto final a tratativas iniciadas en 1983, ya con la recuperación de la democracia en la Argentina. Enfatizó que fue posible por la colaboración de todas las instancias involucradas, al margen de las diferencias políticas partidarias. Enfatizó en particular, además, el trabajo de la anterior jefa de la Cancillería, Susana Malcorra, quien –dijo– “se puso el tema al hombro” y comprendió la importancia estratégica para la región de un acuerdo que permitiera recuperar el dominio sobre esos terrenos.

Cardozo volvió, ante la consulta de El Ciudadano, a celebrar el trabajo conjunto entre autoridades del Frente Progresista –en municipio y provincia– y las nacionales de Cambiemos. Son más significativas, dijo, en el marco de una campaña proselitista donde suelen predominar los cruces políticos. Como ejemplos similares, apuntó la voluntad cooperativa que permitió concretar la doble traza de la Avenida de la Costa y la construcción del llamado “barrio Cotar” en el norte de la ciudad. Y la aún pendiente resolución del conflicto en los terrenos de Puerto Norte.

La desafectación legal del predio, al cabo de un largo y complicado proceso de negociaciones, era cantada: la zona, ofrecida a finales de la década de los 60 del siglo pasado y sellada una década y media después, quedó en medio de la mancha urbana de Rosario, y la actividad portuaria para la que estaba destinada se tornó imposible.

El año pasado, un acuerdo parecía inminente pero volvió a caer por las tensiones políticas y diplomáticas entre los jefes de los Ejecutivos de los dos países protagonistas, Mauricio Macri y Evo Morales. Finalmente, hubo fumata y Rosario recupera una superficie altamente cotizada en su zona central. Cardozo destacó la buena disposición del gobierno boliviano, teniendo en cuenta que la cesión de los terrenos era a perpetuidad.

 

 

 

Comentarios