Zamora quiere armar una ley para ayudar a los ex jugadores “desprotegidos”

A partir de la muerte de Julio César Toresani que fue víctima de una fuerte depresión, el ex delantero de Newell’s Julio Zamora, quien hace algo más de un año sufrió dos infartos cerebrales y tuvo que vender su casa para costear los gastos, promueve un proyecto de ley para ayudar a los futbolistas retirados que atraviesan problemas económicos.

Por eso se reunió con su amigo y abogado Juan Alcaraz con la idea de ayudar a los jugadores que la están pasando mal. “Julio me llamó para que busquemos armar un proyecto de ley para este tipo de situaciones”, confirmó el letrado en diálogo con El Ciudadano. “Nuestro primer paso es gestar reuniones con ex futbolistas de la ciudad que estén atravesando estas situaciones y después extenderlo a nivel provincial y nacional”.

La idea es, primero, es tener un panorama de la situación y luego hablar con los clubes y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). “Tenemos que evitar las resoluciones trágicas. Hoy los ex jugadores están desamparados”, concluyó.

Caso Zamora

El Negro sufrió en noviembre de 2017 dos infartos cerebrales en Bolivia. Estuvo internado un par de meses. A partir de ese momento, se quedó sin dinero y empezó a recorrer un difícil camino.

Zamora es una gloria de Newell’s y además jugó en varios equipos grandes, pero la única persona que lo ayudó en el difícil momento que le tocó atravesar fue el presidente del equipo mexicano Cruz Azul, donde el Negro jugó entre 1993 y 1996.

El ex jugador vive hoy de la ayuda de sus amigos. Por eso sintió muy de cerca la muerte de Toresani. No solo revivió sus propios momentos dramáticos y la situación económica difícil en la que quedó: decidió hacer algo. Así, se puso en contacto con Alcaraz para intentar darle forma a un proyecto de ley que garantice asistencia a ex jugadores “desprotegidos”.

El detalle fino de la iniciativa se verá a medida que el ex jugador y el abogado acumulen datos de los deportistas afectados y las circunstancias, y dependerá también de la receptividad que tengan los clubes y la propia AFA cuando, en una segunda etapa, los contacten.