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“Yo soy Artigas”, la vida del prócer de la actual Uruguay a partir de una ficción

Entre trama narrativa y devenir histórico, el texto de Lisi Rodenas presenta una oportuna puerta para ingresar a la vida de Artigas, además de la historia del siglo XIX de nuestro país y de esta parte de Sudamérica


Existe un debate entre historiadoras e historiadores sobre si la disciplina a la que ellos se dedican es una ciencia social o si debería permanecer “relegada” a la literatura, como otra forma de narrativa. Sin embargo, de manera casi disimulada algunos desde el campo de la historia investigan y escriben sus libros utilizando el método de las ciencias sociales y ofrecen textos que están a la altura de la mejor literatura. Al mismo tiempo, otros escritores o escritoras ofrecen desde la pura narrativa, textos que permiten una muy buena reflexión sobre el pasado poniendo en práctica la recopilación y análisis de pruebas históricas. Éste es el caso de Lisi Rodenas y su libro “Yo soy Artigas”, una obra que da cuenta de la vida del prócer de la actual Uruguay a partir de una ficción desde sus últimos años en Paraguay hasta sus memorias sobre el advenimiento de la Revolución de Mayo.

Junto a Ansina

Es posible hallar en el texto de Rodenas esquemas narrativos de otros tantos escritores. Un ejemplo es “El general en su laberinto”, de Gabriel García Márquez que noveló los últimos años de Simón Bolívar. En “Yo soy Artigas”, el lector se encontrará con una situación similar porque inicia el relato sobre el líder oriental a partir de 1820, cuando éste debió emigrar hacia Paraguay por sentirse traicionado. Allí junto a su ayudante “El Negro Ansina”, quien es más que nada un compañero y confidente muy presente en la memoria histórica de los uruguayos, busca reordenar su vida en un lugar donde no es del todo bien recibido. Primero, sospechado por el doctor José Gaspar Rodríguez Francia, y luego, a la muerte de éste, “El Supremo”, también recelado por Francisco Solano López.

En esos momentos, junto a Ansina peripecias e intrigas que lo hicieron cambiar de residencias a la vez de sentirse constantemente observado. Aquí, Lisi presenta las sensaciones que vive Artigas en un ambiente nuevo, el selvático, alejado de su litoral pampeano.

Junto a sus visitas

Otro texto al que remite el libro de Rodenas es “Yo, el supremo”, de Augusto Roa Bastos en donde el director supremo de la joven República del Paraguay es presentado también a partir de elementos históricos y ficcionales. En el caso de la obra de Lisi, la vida de Artigas es presentada a partir de las visitas que recibe en sus residencias, las que algunas veces son o parecen cárceles. De esta manera, el líder de los orientales recuerda su vida desde sus funciones al mando de los Blandengues en la frontera con los portugueses, su rol en la Revolución de Mayo y sus desencuentros con los porteños y litoraleños. A partir de esos encuentros con Aimé Bonpland y José María Paz, entre otros, la autora logra reflejar los estados de ánimo, los sentimientos y las opiniones de Artigas observando de lejos el escenario político del Río de la Plata y del Litoral argentino.

Junto a Eduviges Gutiérrez, por ejemplo, rememoró haber sido el creador de la Liga Federal y la de Reforma agraria que la acompañó. “Así es. La buena distribución de los campos iba a evitar que la gente huyera hacia las ciudades, y en ese reparto incluí a los indios, a los zambos y a los mestizos”, afirmó Artigas en letras de Rodenas.

Entre trama narrativa y devenir histórico, el texto de Lisi presenta una oportuna puerta para ingresar a la vida de Artigas, además de la historia del siglo XIX de nuestro país y de esta parte de Sudamérica.

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