El auto del embajador británico en Yemen fue literalmente volado hoy con una granada antitanque, cuya explosión hirió a un diplomático y a tres personas que pasaban por el lugar, informaron fuentes de seguridad yemeníes.
El diplomático herido es el vice jefe de la misión británica en Yemen, quien viajaba en el vehículo atacado, informó la agencia de noticias Ansa.
Testigos dijeron que dos personas disfrazadas de barrenderos dispararon en una calle de Saná con un lanzagranadas contra la parte trasera del auto. El arma la habían escondido en una bolsa de basura, informó por su parte la agencia de noticias DPA.
Debido a la fuerte explosión, un hombre fue herido por fragmentos de la granada mientras que una madre y su hijo resultaron heridos al chocar con el automóvil, cuyo conductor había perdido el control tras el impacto.
El ministro de Exterior de Gran Bretaña, William Hague, declaró a la radio 5 de la cadena BBC que todos los diplomáticos británicos se encontraban en sus viviendas o en la Embajada en el momento de los ataques, por lo que resultaron ilesos.
“Es un lugar difícil y peligroso para trabajar”, declaró el jefe de la Cancillería desde Londres.
Hague sostuvo además que los atentados “hacen recordar que aún hay tareas por hacer” para transformar a Yemen en un país más seguro.
La embajada del Reino Unido en Saná fue cerrada varias veces en el pasado por motivos de seguridad. En abril de este año, un convoy de la embajada británica en Saná fue blanco de un atentado suicida, del que también salió ileso el embajador.
Paralelamente y en otro incidente ocurrido también hoy en la capital yemení, un guardia abrió fuego contra varios extranjeros en la oficina de la compañía energética austriaca OMV y mató a un experto francés, según informó la página web de noticias News Yemen.
Los ataques se produjeron dos días después que las autoridades yemeníes reforzaron la seguridad en las embajadas occidentales de la capital, tras información acerca de atentados planeados por el grupo Al-Qaeda.
Yemen es considerado como un feudo de la red fundamentalista Al Qaeda y los servicios secretos occidentales dudan de que el gobierno yemení esté en condiciones de librar por sí solo una lucha exitosa contra los extremistas.
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