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Ya se aprestan para sacar a los mineros

Dos horas antes del operativo se decidirá en qué orden serán izados.

Un equipo de rescate llegó ayer al campamento Esperanza ubicado en las inmediaciones de la mina San José, en la localidad chilena de Copiapó, donde están atrapados bajo tierra 33 mineros desde el pasado 5 de agosto, y ayer mismo desarrolló un simulacro de las tareas a realizar, con un despliegue de helicópteros y ambulancias en la zona.

La segunda de las tres máquinas que efectúan sendas perforaciones para sacar a los mineros de su encierro de más de dos meses se hallaba ayer a menos de cien metros de finalizar su cometido, pero aún no se había decidido si será necesario o no encamisar el pozo para evitar desprendimientos que pueden entorpecer y hasta frustrar el rescate, lo que obligaría a postergar el operativo hasta que llegue al lugar donde están los trabajadores atrapados alguno de los otros dos pozos que se construyen.

El ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, estimó que el operativo de rescate “podría durar 48 horas” e indicó que “cuando salgan los mineros serán trasladados a un hospital de campaña ubicado en el yacimiento, para realizarles los primeros controles”.

Indicó que “ahí recibirán el saludo de sus familiares más cercanos, para luego ser trasladados hasta el hospital de Copiapó, donde estarán no menos de dos días para su estabilización”.

Los familiares de los mineros que permanecen en las inmediaciones del yacimiento San José rompieron en aplausos y cantaron “vamos mineros, que está cerca, los vamos a sacar”, cuando arribó al lugar una flota de camiones con los rescatistas.

El académico de la Universidad de Santiago Omar Gallardo opinó en la prensa chilena que la perforadora T 130 podría llegar hasta los mineros mañana, pero que después se deberá realizar un cuidadoso sondeo con cámaras antes de decidir si el rescate se inicia de inmediato o se deben recubrir las paredes del pozo, lo que demoraría aproximadamente cerca de una semana.

La máquina del Plan A alcanzó el miércoles los 587 metros de profundidad y debe ensanchar el pozo cuando lo complete y la del Plan C sobrepasó los 314 metros con un ducto de unos 60 centímetros de diámetro que no necesitará ser ampliado.

Un buzo de la Armada y un experto de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) serán los primeros en bajar hasta la galería para examinar a los atrapados e instruirlos sobre cómo realizar el viaje en las cápsulas Fénix que los subirán a la superficie.

Para el ascenso los operarios atrapados usarán unos lentes especiales para protegerse de la luz solar al llegar a la superficie, debido a que hace sesenta días que no tienen iluminación natural.

El equipo de rescatistas se dividirá en dos grupos para trabajar en turnos de doce horas y sólo dos horas antes del rescate se conocerá el orden en que los trabajadores irán saliendo de la mina de acuerdo con su estado de salud.

También hay en la zona un equipo de psicólogos que asistirá a los mineros y a los familiares, durante el rescate.

Los camiones con los contenedores ya armados para instalarlos en el lugar donde se realizará el primer encuentro de los mineros con tres de sus familiares llegaron también ayer al campamento Esperanza.

Según previeron las autoridades, en el momento del rescate, un familiar –en su mayoría la esposa– recibirá al minero que saldrá de la cápsula y luego se dirigirán al contenedor donde los aguardarán dos familiares más. El resto deberá aguardar hasta que los mineros salgan del hospital de Copiapó, a donde serán trasladados para su recuperación.

Una vez que la perforación más avanzada llegue hasta donde están los trabajadores atrapados transcurrirán al menos tres o cuatros días para comenzar el rescate final, afirmó ayer en Santiago el ministro Mañalich.

“Hay que sacar la perforadora, instalar las grúas, instalar todos los dispositivos finales para el rescate. Lo mínimo que se requiere son tres o cuatro días más, sin contar la probable necesidad de encamisado del total o parte del túnel”, agregó.

El ministro dijo que por eso era importante manejar la ansiedad, sobre todo la de los trabajadores sepultados desde hace dos meses a más de 700 metros en el interior del yacimiento de cobre y oro San José, explicándoles claramente los pasos del proceso.

“Ellos están más tranquilos y en control de la situación de lo que nosotros estamos en la superficie con lo que está ocurriendo. Nuestra posición es de absoluta confianza con ellos de que esta situación que se acerca la van a manejar bien y que esto va a terminar exitosamente”, agregó Mañalich.

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