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Ya es un horror

Pese a ir ganando con el gol de Caraglio, Arsenal se dio vuelta. Figueroa descontó al final. “Tengo fuerzas para seguir”

Por: Guillermo Ferretti

¿Y ahora qué? Central perdió el partido que no se podía perder. Arsenal no parecía ser un rival de riesgo si este tipo de sentencias todavía tienen crédito en el fútbol argentino. Pero Central lo hizo otra vez, dilapidó todo lo bueno que generó en Santa Fe, al empatarle a Colón y mostrar signos de pronta recuperación. Además ya no le quedan jugadores por poner, todo está en la cancha. Y los resultados no aparecen. Tristeza, y una luz de alarma iluminan un camino demasiado oscuro en el que está inmerso.
Para que se entienda lo incómodo de la situación en que está el Canalla el partido arrancó muy favorable, ya que con el gol de Caraglio abrió el marcador. Consiguiendo así lo que en la previa era lo más complicado, hacer el primer gol.
Ni siquiera así tuvo la capacidad para manejar el trámite del juego, y todo fue confuso. Se dejó llevar por delante y en un rato estaba 2-1 abajo. Increíble pero real. Y lo que es peor, sin solución.
Para empezar a entender los problemas de forma que tiene Central el sector derecho quedó absolutamente libre. El pibe Zárate nunca fue un escollo para Yacuzzi, quien se manejó con una libertad inapropiada para estos tiempos. El tema le cayó encima a Chitzoff, y le llegaban armados con superioridad numérica. El ex Tiro Federal fue decisivo, en el primero y en el de Obolo.
Con el resultado adverso Central fue una canción desesperada. Los tres delanteros, ésta vez, no hicieron otra cosa que desarticular las acciones normales del equipo. Quedó expuesto en defensa, y Arsenal es tan débil que con todo a favor no tuvo argumentos para golearlo.
El descuento de Figueroa, cuando quedaban diez, fue un impulso casi reflejo por ir, pero nunca se acercó al empate con solvencia. Todo fue pelota a cargar, como en el rugby. A Faraoni se le podrá discutir una acción en la que pareció penal a Zelaya, pero no hay excusas. Jugando así el futuro de Central es temerario.
Además jugar de local empieza a ser una tortura: perdió con Tigre, empató con Chacarita y cayó ante Arsenal. Datos más que precisos para darse cuenta que si no cambia rápido su destino es de absoluto sufrimiento.
¿El ciclo de Cuffaro está cumplido? Solo él y los directivos lo saben, por lo visto en la cancha, las respuestas siguen ausentes. Todo lo bueno que hizo ante Colón, ayer lo destruyó. Y así, hay poco que esperar.

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