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Ya el 20% del gas que se usa es importado

Preocupa que Argentina tenga que importar gas cuando las temperaturas todavía son bastante templadas.

Con temperaturas todavía bastante templadas en la mayor parte del país, ya hubo días en que se usaron entre 25 y 28,8 millones de metros cúbicos de gas importado, sobre un total que provendrá del exterior en pleno invierno estimado entre 30 y 33 millones.

Como la demanda total se encuentra todavía por debajo de 130 millones de metros cúbicos diarios, alrededor del 20 por ciento ya se está cubriendo con gas importado. En tanto, en los días de frío más intenso los requerimientos pueden superar 160 millones si no se practicaran cortes a industrias.

Durante la semana anterior comenzó a operar el buque regasificador que se ubicó en el puerto de Escobar, aunque recién se inaugurará oficialmente en los próximos días. El lunes 23, el GNL regasificado que ingresó a los gasoductos desde Escobar fue de 10,7 millones, mientras en los días posteriores el volumen llegó a 11,9 millones.

El lunes 23 fue el día de la semana en que más gas importado se utilizó: además de los 10,7 millones provenientes de Escobar, ingresaron 10,9 millones desde el buque regasificador ubicado en Bahía Blanca y 7,2 millones desde Bolivia. Sobre los planes oficiales, lo que estaría fallando no es el pronóstico sobre la demanda sino el volumen de la producción local que se está ubicando ligeramente por debajo de los 100 millones diarios, mientras el gobierno esperaba un piso de 110 millones.

Para pasar el invierno sin cortes totales a la industria que afecten el nivel de actividad y empleo el gobierno decidió instalar un nuevo buque regasificador en Escobar con capacidad para producir 12 millones para cada día hábil y 8 millones durante los fines de semana. También se aumentó de 8 a 12 millones la capacidad del ducto que une el muelle de Ingeniero White en Bahía Blanca con el gasoducto. Por la vía del GNL regasificado la oferta aumenta así unos 16 millones de metros cúbicos diarios en relación con 2010.

La expectativa oficial es que Bolivia entregue 7,7 millones por las cañerías preexistentes y otros 2 millones por el nuevo gasoducto Juana Azurduy que debería inaugurarse también en los próximos días. Pero el suministro desde ese país tiene fluctuaciones, ya sea por problemas de producción o porque parte de lo extraído debe destinarse al mercado interno. Por ejemplo: entraron 7,7 millones los días 20, 21 y 22 de este mes, pero ya el 26 el volumen había bajado a 6,1 millones.

El gobierno y las empresas distribuidoras esperan un invierno con menos cortes que el año pasado, sobre todo por la seguridad que otorgan los barcos metaneros ya contratados. Pero desde la producción interna y los envíos de Bolivia hay dudas de que se lleguen a las cantidades esperadas.

Si todo fuera como está previsto, la oferta diaria en el invierno ascenderá a 140 millones de metros cúbicos diarios, cifra que en los días de frío más intenso y aumento del consumo residencial puede significar cortes de hasta el 50 por ciento sobre las necesidades de las industrias. Sería un alivio con respecto a 2010, cuando las interrupciones a grandes empresas llegaron a casi el 100 por ciento entre junio y julio. Con temperaturas todavía bastante templadas en la mayor parte del país, ya hubo días en que se usaron entre 25 y 28,8 millones de metros cúbicos de gas importado, sobre un total que provendrá del exterior en pleno invierno estimado entre 30 y 33 millones.

Como la demanda total se encuentra todavía por debajo de 130 millones de metros cúbicos diarios, alrededor del 20 por ciento ya se está cubriendo con gas importado. En tanto, en los días de frío más intenso los requerimientos pueden superar 160 millones si no se practicaran cortes a industrias.

Durante la semana anterior comenzó a operar el buque regasificador que se ubicó en el puerto de Escobar, aunque recién se inaugurará oficialmente en los próximos días. El lunes 23, el GNL regasificado que ingresó a los gasoductos desde Escobar fue de 10,7 millones, mientras en los días posteriores el volumen llegó a 11,9 millones.

El lunes 23 fue el día de la semana en que más gas importado se utilizó: además de los 10,7 millones provenientes de Escobar, ingresaron 10,9 millones desde el buque regasificador ubicado en Bahía Blanca y 7,2 millones desde Bolivia. Sobre los planes oficiales, lo que estaría fallando no es el pronóstico sobre la demanda sino el volumen de la producción local que se está ubicando ligeramente por debajo de los 100 millones diarios, mientras el gobierno esperaba un piso de 110 millones.

Para pasar el invierno sin cortes totales a la industria que afecten el nivel de actividad y empleo el gobierno decidió instalar un nuevo buque regasificador en Escobar con capacidad para producir 12 millones para cada día hábil y 8 millones durante los fines de semana. También se aumentó de 8 a 12 millones la capacidad del ducto que une el muelle de Ingeniero White en Bahía Blanca con el gasoducto. Por la vía del GNL regasificado la oferta aumenta así unos 16 millones de metros cúbicos diarios en relación con 2010.

La expectativa oficial es que Bolivia entregue 7,7 millones por las cañerías preexistentes y otros 2 millones por el nuevo gasoducto Juana Azurduy que debería inaugurarse también en los próximos días. Pero el suministro desde ese país tiene fluctuaciones, ya sea por problemas de producción o porque parte de lo extraído debe destinarse al mercado interno. Por ejemplo: entraron 7,7 millones los días 20, 21 y 22 de este mes, pero ya el 26 el volumen había bajado a 6,1 millones.

El gobierno y las empresas distribuidoras esperan un invierno con menos cortes que el año pasado, sobre todo por la seguridad que otorgan los barcos metaneros ya contratados. Pero desde la producción interna y los envíos de Bolivia hay dudas de que se lleguen a las cantidades esperadas.

Si todo fuera como está previsto, la oferta diaria en el invierno ascenderá a 140 millones de metros cúbicos diarios, cifra que en los días de frío más intenso y aumento del consumo residencial puede significar cortes de hasta el 50 por ciento sobre las necesidades de las industrias. Sería un alivio con respecto a 2010, cuando las interrupciones a grandes empresas llegaron a casi el 100 por ciento entre junio y julio.

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