Rusia 2018

El espía ruso

Y sí, el mundo es redondo


Arrancó Rusia 2018 y el mundo es redondo como nunca, tal como lo supo Colón antes de emprender su aventura al otro lado del Atlántico. La metáfora viene absolutamente a cuento de una las grandes revelaciones que ofrecerá esta columna y que tal vez sirva para distraer a los odiosos que por estos días renieguen de que no haya otro asunto de conversación ni atracción que el fútbol, salvo en la Argentina, por supuesto, donde la agenda pública sorprendió ayer con tamaño impacto y diversidad temática que hasta pareció opacar la discreta ceremonia de apertura en Moscú.

Pero volviendo al navegante genovés, siendo archiconocida la anécdota que lo recuerda (literalmente) rompiendo huevos, no trascendió jamás un detalle que acaba de salir a luz de su oportuno encuentro con la reina española y que siembra más interrogantes acerca de los verdaderos orígenes del deporte más popular, cosa que se atribuyen los ingleses, obvio, aunque hay pistas más que valederas de que a algo bastante parecido ya jugaban culturas precolombinas para matar el tiempo antes de que el marino llegara a estas costas para arruinar todo.

Al grano: un ignoto pero prometedor historiador rosarino, de nombre Paulo y apellido más que futbolero, buceando recientemente en los Archivos de Indias para una investigación de maestría dio con algunos documentos nunca difundidos ni escudriñados que recrean el momento en que Don Cristóbal intenta seducir a la monarca con sus teorías, con el consabido propósito de aflojarle la billetera para financiar la patriada.

Y de allí surge que no fue otra cosa que una pelota de fútbol lo que el experimentado aventurero exhibió ante Isabel de Castilla para hacer más gráfica su exposición sobre las distancias, tiempos de viaje y dimensión real de su cruzada. Aún más, ya convencido nuestro personaje de las características de la esfera terráquea, incluso pisó el balón ante los incrédulos ojos de la reina para graficar el efecto “achatada en los polos y ensanchada en el Ecuador”.

Por respeto a mi fuente, no puedo adelantar más detalles, pero en no mucho tiempo la investigación que aquí adelantamos será revelada en destacados ámbitos del rubro historiográfico.

Con todo, el dato no hace más que reforzar la idea de que, desde que el mundo es mundo, es redondo, tan redondo como una pelota de fútbol.

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