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Y las vacas volaron nomás

El precio de la carne después de los aumentos de las fiestas de fin de año, lejos de una tendencia a la baja, siguió arriba durante enero e incluso registró nuevos incrementos, según dicen los carniceros.

El aumento estacional del precio de la carne vacuna por las fiestas de fin de año, lejos de bajar en lo que va de enero, quedó arriba. E incluso registró algunos incrementos en las últimas semanas, según lo reconoció el propio titular de la Asociación de Carniceros Rosario, José García, quien estimó que desde diciembre a la actualidad la suba rondó entre un 43 y un 45 por ciento. Además, planteó –en coincidencia con los pronósticos de los productores– un escenario complicado para todo el 2010 por la falta de oferta de ganado en pie, por lo que estimó que la tendencia es que la carne siga cara. Aunque admitió que entre los comerciantes existe el temor de una baja  en el consumo, sostuvo que “todavía la carne sigue siendo el alimento que más rinde en los hogares, por lo que es prácticamente irremplazable en comparación con otros alimentos”.

“Lamentablemente, lejos de bajar, como sucede con algunos productos alimenticios y otras carnes –sin ir más lejos el pollo que estaba arriba de 8 pesos hoy esta en 6,90–, pasaron las fiestas y la carne vacuna ha seguido aumentando. En las últimas semanas hubo incrementos de a centavos pero que suman”, dijo el dirigente carnicero local.

“No hay ingreso de hacienda  buena  y se sigue pagando muy caro la hacienda en pie, que desde diciembre ya aumentó un 65 por ciento”, detalló.

“El consumo de la gente en las carnicerías ha bajado como siempre para esta época del año. Enero siempre es el mes de más bajo consumo porque es cuando la mayor parte de la gente sale de vacaciones, por lo que habrá que esperar hasta marzo para ver el impacto que tienen estos aumentos”, estimó García.

Sin embargo, el carnicero destacó que la carne aún es el alimento por  excelencia de las familias y que es casi imposible reemplazar.

“De por sí, para el bolsillo de un obrero pagar hoy un kilo de carne a 20 o 25 pesos según el corte es penoso, pero aún así la carne vacuna sigue siendo la mejor opción y en comparación no es cara si se toma en cuenta lo que rinde para una familia con respecto a, por ejemplo, el pollo o el pescado. Por eso, es obvio que este incremento repercute de lleno en los bolsillos de los trabajadores porque en la Argentina seguimos con un consumo anual de 70 kilogramos de carne por habitante”, recalcó.

Sobre las características de los compradores rosarinos dijo que no notó ningún cambio sustancial. “Hay diferencias de los cortes que se consumen en el centro y en los barrios y por ahí se pueden encontrar algunas diferencias de precios, pero la gente, si bien ante los aumentos puede que elija variar de vez en cuando con algún corte más barato, sabe que con un kilo de milanesa come toda una familia y eso rinde siempre más que cualquier otra cosa”, sentenció.

 Vacas flacas y caras

 Las perspectivas para el titular de la Asociación de Carniceros de Rosario, en cuanto al futuro del precio de la carne durante 2010, “no son buenas”, en coincidencia con los pronósticos que vienen divulgando la mayoría de los principales representantes del campo, sobre la falta de oferta que advierten repercutirá en un importante aumento de precios.

“Si bien nunca se puede predecir, y no sé si estos valores actuales quedarán fijos, sí se puede ver un panorama complicado. Venimos diciendo desde hace tiempo que esto va mal y que vemos que no hay solución concreta a la vista con respecto a la baja oferta de ganado. Falta una política de Estado clara para que vuelva a ser rentable el sector y evitar que los productores abandonen la actividad o se vuelquen a la soja”, definió García.

Entre los factores que el comerciante del sector cárnico destacó como principales problemas puntualizó a “la faena más allá del 50 por ciento de los vientres, con tres millones y medio de terneros menos, la sequía y  la inundaciones que hicieron  liquidar la hacienda”.

“Muchos animales se pudieron sacar de las islas pero otros no porque no había lugar donde ponerlos, lo que los obligó a malvenderlos”, comentó. “Y esto, además, trajo como consecuencia carne de menor calidad”, agregó.

“Si no se incentiva la producción desde el Estado esto se complica, si bien no coincido con la políticas de  subsidios, si hay que hacerlo hay que dárselos a los criadores. Si la soja sigue en alza, con un negocio diferente y con valores distintos, y la producción de ganado no es rentable, no hay solución para evitar una menor oferta de animales”, estimó García.

“Esto lo sufrirá la gente que consume, las familias de los trabajadores y nosotros que somos el último eslabón de la cadena cárnica. Nosotros somos los que vamos prendidos de la cola de la vaca y somos los que venimos soportando estos vaivenes con una menor renta por impuestos más caros, alquileres por las nubes, aumentos de servicios como la electricidad, en fin una suma de costos que nos impiden a la vez mejorar los precios que siguen para arriba”, describió el dirigente de los carniceros rosarinos.

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