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¿Y cuánto cuesta poner una pileta?

Por Arlén Buchara.- En medio de calores agobiantes, la sola idea de tener una pileta en el patio, en la terraza o aún en el balcón ya refresca. De lona, de fibra de vidrio o de cemento, vienen de todos los tamaños y formas. Algunas cuestan hasta de 300.000 pesos.


pileta

Hacerse una pileta se perfila para muchos como una alternativa de inversión a la hora de pensar qué hacer en el verano. Para los que prefieren quedarse en casa en lugar de salir de vacaciones, las refrescantes aguas de una piscina son una opción. Los precios y tipos varían para todos los gustos y bolsillos y se calcula que, por la extensión de la temporada estival debido las altas temperaturas, tienen un uso de 4 a 6 meses. El surgimiento de los barrios cerrados incrementó la demanda en el sector del hormigón armado, pero hay ofertas inflables, armables y más.

La alternativa más económica es, como siempre, la conocida Pelopincho. Desde la empresa de artículos para el hogar Montecchiarini dicen que los precios van desde los 250 a los 1.500 pesos. La medida más pequeña es de 1,55 por 1,07 metro y 30 centímetros de profundidad y cuesta 250 pesos. Una Pelopincho considerada de tamaño mediano –2,70 por 1,60 metros, con una altura de 65 centímetros– tiene un costo de 700 pesos. Y para los que prefieren la opción aún mayor existe una pileta de 4,45 por 2,25 metros, con 80 centímetros de profundidad al precio de 1.500 pesos.

Las Pelopincho se venden en un bolso donde vienen la lona,  los caños y las punteras. Desde la empresa dicen que este verano las ventas “vienen mejor que el año pasado” y que este tipo de pileta es “la” alternativa para los que quieren gastar poco y tienen espacios reducidos, como terrazas, patios pequeños e incluso balcones. Por este motivo este tipo de estanques son comprados por vecinos de todas las latitudes de la ciudad.

Las piletas de plástico reforzado o de fibra de vidrio son cada vez más elegidas, según fuentes del rubro, porque plantean una serie de ventajas ante otras opciones. Primero que todo porque no son propensas a grietas, roturas o filtraciones. Si se rompe su reparación “es de bajo costo”. Su instalación se puede hacer en un día y no requiere de mantenimiento con pintura. Además, no son propensas a la adherencia de moho, por lo que se considera que tienen menor costo de productos químicos.

La empresa América Fiberglass, que se dedica a la fabricación y colocación de esta variante, destacó que en los últimos meses hubo un incremento en las ventas “porque muchas personas en vez de irse de vacaciones invierten en una pileta”. En relación a los costos de estos estanques, la más barata vale 3.400 pesos y la colocación oscila en los 1.500. Las medidas más pequeñas son de 3,10 por 1,80 metro. Una medida mediana es de 6 por 3 metros y con colocación cuesta unos 20 mil pesos. La mayor mide 9,35 por 3,35 metros y tiene un valor de 28 mil pesos. A esto hay que sumarle el IVA. Además, hay que tener en cuenta que estos precios no incluyen el sistema de filtrado y bombeo, que encarece a la pileta 5 mil pesos más aproximadamente.

Finalmente se perfilan las piscinas de hormigón. El ingeniero Adalberto Poiré, de Piscinas Poiré, destacó la versatilidad de opciones que plantean las piletas de este material, tanto en costos, medidas, formas y accesorios. La opción más económica de 6 por 3 metros vale 50 mil pesos, incluyendo mano de obra, materiales, el sistema de bombeo y filtrado, y demás. La medida “tradicional” de 4 por 8 metros tiene un valor de 80 mil. Y de ahí los precios van subiendo dependiendo de los lujos o “chiches” del solicitante. Agregar un jacuzzi, por ejemplo, cuesta 20 mil pesos más. Una pileta de lujo, que podría ser un “espejo de agua” por ejemplo, puede oscilar entre los 160 mil y 300 mil pesos con medidas de 12 o 14 metros por 5. La construcción en hormigón tarda entre dos y tres semanas y de mantenimiento en productos químicos el gasto se calcula en unos 150 pesos por mes en verano y alrededor de 50 en invierno.

A la fecha, la mayor demanda de piletas de este tipo es de las zonas residenciales de la ciudad y alrededores como Alberdi, Fisherton, Funes y Roldán. Además, dice Poiré, hay un notable incremento en el sector a partir de la instalación de barrios cerrados.

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