Fue durante cinco horas y media. El ministro de Economía, Amado Boudou, sostuvo ayer un ríspido debate con los senadores opositores de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta sobre el pago de deuda pública con reservas del Banco Central, una estrategia que defendió replicando los argumentos oficiales referidos al ahorro en intereses, la posibilidad de hacerlo gracias al alto superávit comercial y su trascendencia como alternativa al “ajuste” presupuestario que –dijo– le proponen al gobierno los sectores neoliberales. El duelo verbal ocurrió casi al mismo tiempo que la Justicia liberaba el llamado Fondo de Desendeudamiento (ver página 11). Y ya en pleno ida y vuelta con los legisladores, el titular de la cartera de Hacienda se enfrascó en una fuerte discusión con el radical Gerardo Morales, quien lo amenazó con denunciarlo judicialmente por haber firmado el decreto de necesidad y urgencia 298, a lo que el funcionario respondió recordando que su retador formó parte de una administración nacional que dejó “un desastre” en las cuentas públicas y “se fue en helicóptero”, en alusión a la gestión presidencial de Fernando De la Rúa.
En la sala Eva Perón del Palacio Legislativo, Boudou aseveró que con la decisión oficial de afrontar el pago de vencimientos de la deuda mediante el Fondo de Desendeudamiento, “no se manotean las reservas” del Banco Central. Se trata en cambio –volvió a aclarar– de un préstamo de la entidad monetaria al Tesoro que tiene como contraparte “la emisión de una letra a diez años, tal como se hizo en 2006”.
Y en ese sentido, recordó que hace cuatro años se dispuso el uso del 30 por ciento de las reservas totales del Central, equivalente al total de las reservas excedentes de libre disponibilidad, para cancelar “en un sólo pago” la deuda con el Fondo Monetario Internacional, y que ello fue avalado por el Congreso.
En cambio, resaltó, la propuesta actual a la que se oponen los bloques no kirchneristas dispone el uso de sólo el 18 por ciento de las reservas totales o, lo que es lo mismo, el 30 de las de libre disponibilidad, que suman 18.000 millones de dólares. La oposición, en este sentido, señaló varias veces la diferencia entre el pago a acreedores institucionales, como el FMI, y lo que se pretende ahora, que es a los bonistas que no habían aceptado el canje con quita de 2005.
Ante los integrantes de la comisión de Presupuesto, el ministro agregó que la gestión de la presidenta Cristina Fernández “no va tomar medidas de ajuste como las de otras épocas” para encarar los compromisos externos, con lo que devolvió la pelota, sobre todo, a los radicales. A su vez, insistió en que la utilización de reservas para cancelar deuda pública le permitirá al país ahorrar unos 800 millones de dólares anuales en concepto de intereses –diferencia que estimó entre lo que insumiría tomar nueva deuda para canjear la existente a tasas altas, o pagar con reservas prestadas por el Central a bajo costo financiero.
También, el ministro confirmó que el Ejecutivo analiza la posibilidad de eliminar el impuesto al cheque en el Presupuesto del año próximo, con lo que volvió sobre la iniciativa adelantada el lunes por la presidenta ante gobernadores políticamente cercanos a la Casa Rosada que, además, desactiva la embestida opositora para coparticipar en pleno ese tributo (ver aparte).
Con todo, fueron críticas opositoras y argumentos oficiales que repitieron las discusiones de los últimos tiempos.
La nota de la reunión de comisión de Presupuesto –que preside el kirchnerista Eric Calcagno pero tiene mayoría opositora– la dio el cruce entre el ministro y el jujeño Morales. El radical le advirtió al titular de Economía que puede ser denunciado penalmente por “desobediencia” e “incumplimiento de deberes de funcionario público” por haber rubricado el DNU 298 del Fondo.
Boudou recogió el guante.
Respondió que “lo volvería a firmar porque tiene que ver con la correcta administración”, y agregó que “quien profiere amenazas sabrá por qué lo hace y tiene que ver también con la judicialización de las decisiones políticas”. Pero el ministro fue por más y acudió al archivo para refrescar la historia de la gestión nacional de De la Rúa, de la que Morales fue funcionario: “Hubo una administración que fue un desastre y dejó esa administración yéndose en helicóptero”, dijo el jefe de Hacienda.
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