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Xeneize en llamas

La gran figura fue Carlos Luna, autor de los tres tantos del conjunto de Victoria.

Tigre le dio un durísimo golpe a Boca y lo hundió aún más de cara al superclásico, tras golearlo por 3 a 0, en Victoria.

El elenco local ratificó lo hecho en el partido anterior, donde le ganó como visitante a Huracán, mientras que Boca sigue pasando un momento negro y ya suma siete partidos sin ganar.

Tigre fue ordenado, compacto y letal en el ataque, con un Chino Luna implacable; Boca fue la contracara: frágil en defensa e inofensivo en ataque.  

Cuando todavía no había pasado nada en el partido y los equipos se estudiaban, Martín Morel leyó con inteligencia a la frágil defensa boquense, puso un preciso pase para que Luna marque el primero con un zurdazo.

Con la ventaja a favor, Tigre se recostó unos metros más atrás, cediendo a Boca el terreno y el balón y dejando crecer la figura de Juan Román Riquelme. 

El enganche estuvo muy cerca del empate, pero entre Daniel Islas y Damián Leyes taparon lo que hubiese sido una genial definición del volante.

Boca llegaba con facilidad hasta tres cuartos de cancha, pero a partir de allí carecía de sorpresa, cambio de ritmo y juego asociado para generar peligro efectivo.   

Cuando el primer tiempo expiraba, el brasileño Luiz Alberto salió muy lejos de su posición, perdió con Blanco, este aprovechó para mandar un muy buen centro para Luna y el delantero se tiró en palomita para marcar el segundo.

Boca salió a jugar el complemento visiblemente golpeado desde lo anímico y ni siquiera mostraba los pocos atributos desplegados en el primer tiempo.

Tigre cerró filas, aguantó sin pasar mayores sobresaltos y a partir de los 20 empezó a explotar el contragolpe, ante un rival que cada vez regresaba con más lentitud.

En una de esas jugadas, Blanco envió el balón al área, Diego Castaño tocó de primera para Luna y el Chino coronó su noche soñada marcando el tercero.

Boca no solo atacaba mal y defendía peor, sino que además ni siquiera contaba con una mínima cuota de suerte, ya que Lucas Viatri remató dos veces al palo en la misma jugada.

De allí al final, el partido siguió siendo un padecimiento para Boca y una alegría desbordante para Tigre, que pudo marcar aún más goles.

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