Espectáculos

Woody Allen, los artistas, la bohemia y Paris

El director vuelve con una historia fantástica ambientada en la capital francesa, con Owen Wilson y Marion Cotillard. "Medianoche en Paris" se verá el jueves en las salas de todo el país.

El actor y cineasta estadounidense Woody Allen volverá a las pantallas argentinas el jueves próximo con Medianoche en París, un bello homenaje a la Ciudad de la Luz, a la bohemia y a los artistas que brillaron en ella, a través de una historia fantástica sobre un escritor estadounidense enamorado de sus calles y su pasado.
Protagonizada por Owen Wilson, Marion Cotillard, Rachel McAdams y Adrien Brody, la nueva película de Allen, que en mayo último inauguró la 64ª edición del Festival de Cine de Cannes, es una comedia romántica que transcurre en París tanto en la actualidad como en el ambiente vanguardista de los años 20 y en la “belle époque” de principios del siglo XX. “En esta película no me interesaba para nada la realidad. Me alejé por completo de ella porque quería dejarme llevar por la fantasía y la imaginación. Y en ese sentido, París era el escenario ideal para dejar volar mi subjetividad”, afirmó Allen en Cannes, en una conferencia de prensa previa a la proyección.
Medianoche en París narra la historia de Gil (Owen Wilson), un escritor y guionista estadounidense que sueña con terminar su primera novela en París, donde cree que podrá encontrar la inspiración que no halla en su California natal ni con su futura esposa, una joven frívola y conservadora.
Mientras que de día acompaña a su novia y a sus padres a aburridas reuniones sociales o a recorrer locales de decoración, por las noches Gil se deja llevar y deambula solo y sin rumbo por las calles de París, hasta que una medianoche, cuando las campanadas de una iglesia marcan la hora, aparece un automóvil antiguo que se detiene a su paso.
Desde su interior, unos personajes llegados de otra época lo invitan a subir, le ofrecen champaña y lo llevan hasta una fiesta donde, sin poder dar crédito a lo que ve y creyendo que le están tomando el pelo, observa cómo charlan, cantan, beben y se divierten artistas muertos hace muchísimos años como Scott Fitzgerald, Cole Porter y Jean Cocteau.
En su nuevo film, el autor de Manhattan, La rosa púrpura del Cairo, Match point y tantos otros títulos, apela a la imaginación y a la fantasía para transportarnos con facilidad de una época a la otra, donde este escritor amante del arte se codea con personajes como Ernest Hemingway, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Scott Fitzgerald y Tolouse Lautrec.
Con un estilo narrativo clásico, en el que brilla un trabajo de recreación de época en el que participó como asistente de arte la argentina Solange Sabán, el cineasta estadounidense nos transporta a una París bohemia, plagada de fiestas, bares y artistas, donde Gil –un eterno soñador– descubre su pasión por el arte, se enamora de la amante de Pablo Picasso e incluso le da consejos a Buñuel para una próxima película.
Finalmente, si bien no queda claro si todo se trata de un hermoso sueño o simplemente de su inquieta imaginación, Gil dejará a su novia –que de paso lo engaña todas las noches con un amigo sabelotodo y pedante–, abandonará su vida gris y aburrida y descubrirá a su verdadero amor, una joven francesa,  en una noche de lluvia parisina.
La película cuenta con la participación de Carla Bruni, esposa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, cantante y ahora actriz, quien en su debut cinematográfico asume un pequeño papel como guía de arte experta en el escultor Auguste Rodin, que en un momento del film ayuda al protagonista a traducir al francés un pasaje de un libro en el que se habla de él.
En este film “muy subjetivo y para nada realista”, Allen muestra las vivencias fantásticas de “un hombre enamorado de una mujer de otra época” y deleita al público con una comedia sutil y aparentemente naif en la que no deja de abordar temas muy propios como el azar, el amor, las complicaciones que surgen en ciertas parejas disparejas y la soberbia de algunos pretendidos intelectuales.

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