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WikiLeaks, ahora el libro

Julian Assange alcanzó un acuerdo por 1,5 millones de dólares para escribir su autobiografía, según informó el diario británico The Times. “No quiero escribirlo, pero tengo que hacerlo”, dijo el australiano.

¿Sorpresa? El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, alcanzó un acuerdo por un valor de unos 1,5 millones de dólares para escribir su autobiografía, según informó ayer el diario británico The Times en su edición dominical.

Assange indicó que el dinero que obtenga de la venta de su libro  servirá para cubrir los costos legales del proceso judicial que afronta por el presunto abuso sexual de dos mujeres en Suecia.

“No quiero escribir este libro, pero tengo que hacerlo”, declaró Assange, quien niega las acusaciones vertidas en su contra.

“Ya me he gastado más de 300.000 dólares en costos legales y tengo que defenderme y mantener WikiLeaks a flote”, admitió el editor australiano en declaraciones a The Sunday Times.

Por sus memorias, el fundador de WikiLeaks recibirá 800.000 dólares de la editorial estadounidense Alfred Knopf y otro medio millón de la británica Canongate.

Pero sumando estas cifras a otros acuerdos adicionales, percibirá un millón y medio de dólares por la publicación de su libro en todo el mundo, según información citada por la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti, y reproducida por Europapress.

Assange reside actualmente en Inglaterra bajo estrictas condiciones, tras pagar la fianza que le permitió salir de la prisión adonde había sido alojado a raíz de la acusación de la fiscalía sueca por el supuesto abuso de dos mujeres.

En efecto, este periodista y antiguo hacker australiano, de 39 años, vive en libertad condicional en Ellingham Hall (Norfolk), la imponente residencia en la que desde hace 225 años ha vivido la familia de Vaughan Smith. Amigo personal de Assange y en tiempos cámara de televisión, Smith es conocido sobre todo por haber fundado en Londres en 2003 el Frontline Club, una institución dedicada a defender el periodismo independiente.

En relación a las acusaciones de abuso, Assange argumenta que las relaciones que tuvo con ambas denunciantes fueron consentidas y que se trata de una campaña organizada para encarcelarlo por haber revelado cientos de miles de documentos secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán y de delegaciones diplomáticas estadounidenses en el mundo.

En la entrevista, Assange aseguró que “Suecia es la Arabia Saudita del feminismo”. Y agregó: “He caído en uno de los avisperos del feminismo revolucionario”. Como sea, según su versión de los hechos, Assange insiste que las acusaciones son falsas y que en realidad “se trata de un problema de celos entre ellas”, amplificada por la dureza de la ley sueca.

En efecto, en Suecia se equipara a violación las relaciones sexuales completas sin preservativo si no se tiene el consentimiento pleno de la mujer.

En este marco, el periodista lamentó de que el debate suscitado por la historia sexual se haya utilizado para disminuir la trascendencia del impacto de la publicación de los papeles secretos del Departamento de Estado estadounidense, filtrados por WikiLeaks a varios medios internacionales, incluido el diario español El País.

Por su parte, Claes Borgstrom, abogado de las dos mujeres suecas que acusan a Julian Assange, insistió en que éstas no son un instrumento de la CIA, que son también

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