Espectáculos

Talento y trayectoria

Vuzzy, un trío que “cruje” rock con nuevas texturas

La formación que integran los músicos Rubén Busi, Andrés “El Polaco” Abramowski y Martín Ledesma lanzó su primer disco, un material que combina lo minimalista y naif con lo siniestro y oscuro


Hace más de treinta años, Rubén Busi grababa su primer cassette, se subía al tren Rosario-Buenos Aires y lo llevaba para ver si tenía suerte. Con el tiempo plantó su bandera en el underground, ese espacio que en la juventud parecía ser la primera B de la música pero que descubrió como la forma más genuina de hacer arte. Fue punta de lanza de agrupaciones y organizaciones y hoy su apellido, casi en espejo ortográfico, es el nombre de un trío que completan el Andrés “El Polaco” Abramowski y Martín Ledesma con el que acaba de editar Cruje, un primer disco, pero el séptimo de su carrera.

El CD de Vuzzy sale a la luz en un contexto diferente, en el marco de un aislamiento social que los tiene alejados de los escenarios y que golpea a los artistas independientes imposibilitando su trabajo. Para Busi está el coronavirus y “el virus macrista que fue anterior”.

“Esa visión neoliberal que vivimos, de que todo era para el establishment, eso también afectó a lo artístico. Por suerte quedaron espacios como el Inamu (Instituto Nacional de la Música) que ayudaron mucho en esta época y que nunca dejó de funcionar”, apuntó el músico en una charla con El Ciudadano.

“Son importantes las asociaciones que ayudan a los músicos en problemas. El Inamu está entregando subsidios para los que no pudieron anotarse en la IFE, la gente de Canción Urgente está repartiendo alimentos para los músicos más necesitados”, contó. Y sobre la presunción de que el arte independiente es lo último que va a retomar actividad, reflexionó: “Somos los que menos poder de lobby tenemos, porque el fútbol o los grandes empresarios se las van a rebuscar para ver cómo sacar su tajada. Dentro del entretenimiento el poder de lobby que tienen los músicos independientes es nulo. No te van a apretar para que dejes que haya fútbol así el negocio de la televisión sigue en pie”.

El surgimiento de Vuzzy

“La idea fue del Polaco”, aclaró Busi dispuesto a contar el surgimiento de este trío de esencia rockera que lanzó como carta de presentación su primer disco titulado Cruje. “Nos conocemos hace mucho tiempo, pero nunca habíamos tocado juntos. Ahora se dio y lo convocamos a Martín. El Polaco me dijo: «Porqué no hacemos tus temas y experimentamos en las texturas, con las cuerdas de nylon mas las de metal con una percusión». Y surgió este trío de percusión, guitarra criolla y guitarra eléctrica que la intenta rockear”, relató quien en los últimos años 90 y principios de este siglo supo formar parte de El Ajenjo.

Después de varios años de carrera ligados al rock estos músicos decidieron buscarle la vuelta para rockear con los mínimos recursos. “Con lo que tenemos. Seguir haciendo rock como hicimos toda la vida pero despojándonos un poco de esa visión que traemos de los 90, del rock de los shows con El Ajenjo, con El Regreso del Coelacanto (banda de Abramowski); esos shows con súper luces, súper producción. Era gastar plata en producciones que no tenían mucho sentido, pero eran otras épocas”, reconoció el vocalista. “Tratamos de rescatar la esencia de eso”, aseguró.

El disco contiene doce canciones, “y le falta el bajo”, dijo Busi. “También tendría que haber dos guitarras eléctricas, estamos preseteados con eso. Poder rockearla con percusión, con un bongó, un cajón peruano y una criolla, nos gustó. Ya estaba algo pergeñado en la cabeza del Polaco, no sabíamos dónde íbamos a arribar pero nos parecía interesante jugar con esas texturas para ver para qué lado salía y nos gustó el resultado”, dijo orgulloso sobre el disco en el que las canciones encontraron su punto justo de audio, sus texturas. “Ése fue El Negro (Jorge) Ojeda en el estudio”, apuntó Busi.

Rubén es un compositor prolífico, aunque no metódico. “Si me dan ganas, me dan ganas; por suerte me dan ganas cada tanto”, dijo entre risas sobre sus canciones de entre las que eligió algunas para este proyecto: “Son de los últimos diez años. Quedaron afuera otras cuarenta. Tengo épocas en las que hago y hago, otras en que no. No tengo una rutina”.

“Entre las sombras agazapado, que alguien se cruce, espero”, reza “Tres lagañas” el primer tema de Cruje. La canción resuena en medio del aislamiento social y preventivo que está atravesando el mundo a partir de la pandemia de coronavirus. Pero fue escrita antes. “Las letras de este disco están pensadas desde dos lugares: desde lo naif y desde lo siniestro, lo oscuro. Por ahí navegan. Son naif, porque hablan de las infancias, pero también tienen una cuestión oscura, mitológica, epopéyica. Están paradas en esos dos pilares”, explicó el compositor. Y respecto a la resignificación posible en el contexto actual, explicó: “Pasa constantemente eso; cualquier cosa que fue hecha, fue hecha por una persona en un tiempo. En este caso, yo ya soy otro del que escribió eso. Fue arribar a un lugar en el que al menos parecería que hubiera un mensaje, tratando de que tenga los bordes cerca de la belleza porque estamos hablando de arte. Lo bueno es que si yo no cuento de qué se trata, el que lo escucha pone mucho de sí mismo. Me han preguntado mucho si tenía que ver con la cuarentena”.

Sucede que el tema que abre el disco habla de la soledad y la espera. “Los toma como conceptos; es inevitable que uno lo asocie con los tiempos contextuales”, aseguró el músico.

Cruje es una palabra que se nombra varias veces en los temas. “Tiene que ver con todo lo que cruje porque está viejo y a punto de romperse; también porque está en movimiento o porque está rico y es crocante. Jugamos con eso”.

Tres caretas de cotillón colgadas en una pared. El arte de tapa de Lucho Ominetti, Maxi Conforti y El Búfalo, “son unas caretas, de esas berretas que valen un peso con cincuenta en el cotillón”, apuntó Busi. Y detalló: “Tiene que ver con la berretada; lo que hace ruido, de alguna forma, por ser tan berreta y simula no serlo. Es un tributo a esas casas de ricachones con las cabezas de sus conquistas colgadas en las paredes con hidalguía. Esos que aprendieron la simulación. Acá se vive el arte de la simulación. Todo es simulación explicita”, agregó.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

🔊 SEIS LAGAÑAS🎶 ⚠Si todavía no la escuchaste, acá te dejamos el link: 👉 https://youtu.be/jDUzAXgB51E 📣Disponible en Youtube y en todas las plataformas✔✔

Una publicación compartida por Vuzzy (@vuzzyoficial) el

El under

Rubén Busi inició su camino con la música a mediados de los 80. “Íbamos en el tren a Buenos Aires a llevar los cassette con una esperanza. Después de conocer de a poco lo que es el negocio de la música, me dio asco. Me hice un ferviente militante de lo independiente, de la autogestión, de darle valor a eso, de no pensar el underground como la primera B de la industria, sino como el lugar en el que las bandas y los músicos tienen que desarrollarse y hacer su carrera, lejos de las cuestiones que establece el mercado y la industria del disco que es realmente anti arte”, reflexionó. Y consultado sobre los cambios que ve en la escena y la importancia de asociaciones y colectivos que cada día generan más movimiento y tejen redes de cooperación, apuntó: “Somos fundadores del Qubil con El Polaco, con Dani Pérez desde hace quince años o más. A mediados de los 90, con El Ajenjo íbamos con los primeros Cds que sacábamos a FM La Tribu en Buenos Aires a intercambiar con lo que después fue la UMI, la Unión de Músicos Independientes, y que derivo en el Inamu (Instituto Nacional de la Música), la Ley Nacional y un montón de cosas. Uno tiene también una trayectoria con el palo de las organizaciones; están las de mujeres, las de Rosario, las de alrededores, es buenísimo que pase, aunque en realidad, como uno siempre dice, lo bueno sería que no hubiera necesidad de hacer estas cosas, pero la hay”.

Es que la idea base de las organizaciones es que juntos se puede hacer más fuerza. “Eso es así”, dijo Busi. Y concluyo: “El nacimiento de la Unión de Músicos Independientes fue por una cuestión, al principio, meramente comercial. Uno iba a hacer réplicas de discos y le cobraban 120 y al otro 90; entonces una vez todos los que íbamos pensamos en juntarnos e ir todos a pedir presupuesto y se consiguió un convenio de dinero. Juntos es más fácil. La mentalidad burguesa se dio cuenta que podía trabajar de otra forma”.

Comentarios