Amazon acaba de desarrollar un nuevo robot de almacén que utiliza el tacto para rebuscar en las estanterías y encontrar el producto adecuado para enviarlo a los clientes.
El robot, llamado Vulcan, es un paso importante para que los robots tengan menos dedos de salchicha que los seres humanos. Perfeccionar aún más las capacidades táctiles de los robots puede permitirles asumir más tareas de distribución y fabricación en los próximos años.
Aaron Parness, director de Inteligencia Artificial robótica de Amazon que dirigió el desarrollo de Vulcan, explica que la detección táctil ayuda al robot a empujar los artículos de una estantería e identificar lo que busca. «Cuando intentas guardar o recoger artículos en una de estas cápsulas, no puedes hacerlo sin entrar en contacto con los demás artículos», explica.
¿Cómo funciona Vulcan?
El sistema Vulcan consta de un brazo robótico convencional con un apéndice en forma de espátula para hurgar en una estantería y una ventosa para agarrar los artículos y sacarlos.
Vulcan tiene sensores en varias de sus articulaciones que permiten al robot detectar los bordes y contornos de los artículos. Parness afirma que el aprendizaje automático es clave para dar sentido a las señales de los sensores y también forma parte del bucle algorítmico que controla cómo actúa un robot. «La salsa especial que tenemos es la interpretación de software de la fuerza de torsión, y la forma en que los envolvemos en nuestro bucle de control y en nuestros planes de movimiento», dice.
Amazon ha presentado hoy Vulcan en un centro de distribución de Hamburgo, Alemania. La empresa asegura que el robot ya está trabajando en este centro y en otro de Spokane, Washington.
«Amazon almacena muchos productos diferentes en contenedores, por lo que es necesario rebuscar para sacar un objeto concreto con el que hacer un pedido», explica Ken Goldberg, robotista de la Universidad de California en Berkeley. «Hasta ahora esto ha sido muy difícil, así que tengo curiosidad por ver el nuevo sistema».
Goldberg afirma que la investigación sobre la detección táctil robótica ha avanzado en los últimos años, con numerosos grupos trabajando en la detección de articulaciones y superficies. Pero añade que a los robots aún les queda camino por recorrer antes de poder igualar las capacidades táctiles de los trabajadores de carne y hueso. «El sentido del tacto humano es extremadamente sensible y complejo, con un enorme rango dinámico», manifiesta Goldberg. «Los robots progresan rápidamente, pero me sorprendería ver sensores [cutáneos] equivalentes a los humanos en los próximos cinco o diez años».
Compañeros de trabajo robots
Aun así, Vulcan debería ayudar a automatizar más del trabajo que actualmente realizan los humanos dentro del vasto imperio de centros de distribución de Amazon. La empresa ha incrementado la automatización en los últimos años con robots dotados de inteligencia artificial capaces de agarrar y transportar paquetes y cajas empaquetadas. Guardar y recuperar artículos de las estanterías es una de las tareas más difíciles para los robots, y depende en gran medida de la mano de obra humana.
Parness señala que no prevé que los robots asuman todo el trabajo que se realiza en los centros de distribución de Amazon. «Realmente no creemos en la automatización al 100%, ni en la automatización total», afirma. «Podemos llegar al 75% y tener robots trabajando junto a nuestros empleados, y la suma sería mayor [que cualquiera de los dos trabajando solo]».
El aumento del uso de robots puede suscitar inquietudes en torno a la automatización que elimina puestos de trabajo humanos. Algunos estudios económicos demuestran que los robots pueden eliminar puestos de trabajo, mientras que otros apuntan a un panorama más complejo, en el que la automatización sustituye a los trabajadores y crea nuevas funciones a medida que aumenta la productividad. El despliegue de robots de Amazon ha dado lugar a la creación de algunos puestos de trabajo nuevos, como los que consisten en ayudar a los robots cuando se confunden o se atascan.
Parness indica que Amazon planea dotar a otros robots de capacidades sensoriales similares a las de Vulcan, lo que debería mejorar sus habilidades. La empresa también podría estar preparando nuevos algoritmos de inteligencia artificial que hagan más inteligentes a sus robots, tras haber adquirido el equipo de una startup llamada Covariant que desarrollaba modelos básicos de inteligencia artificial para máquinas industriales. Como reveló WIRED el año pasado, otras empresas como Physical Intelligence están tratando de crear modelos de IA que hagan a los robots mucho más inteligentes. Añadir los datos de los sensores táctiles al entrenamiento podría ayudar a acelerar las cosas.
El regreso de la industria manufacturera a Estados Unidos, incluido el ensamblaje del iPhone que tanto interesa a Trump, requeriría sin duda un mayor uso de robots, especialmente sistemas con las habilidades táctiles necesarias para manipular componentes pequeños y complejos.