El Ciudadano
La prueba de lanzacohetes de largo alcance y armas teledirigidas que realizó Corea del Norte agitó este domingo la relación con Seúl, que acusó al gobierno comunista de “violar” el acuerdo que firmaron el año pasado cuando se comprometieron a abrir un diálogo, junto con Estados Unidos, para pacificar la península.
A primera hora de este domingo, la agencia de noticias estatal KNCA, vocera oficial del gobierno comunista del Norte, dio detalles sobre los ejercicios bélicos que incluyeron el lanzamiento de proyectiles “de grueso calibre y largo alcance y armas tácticas teledirigidas”
La información estuvo acompañada por fotos del líder norcoreano, Kim Jong-un, supervisando con largavistas el lanzamiento de las piezas de artillería que “tras determinar el orden y el procedimiento de ataque artillero, él (Kim) dio la orden de fuego”, precisó KCNA.
Las autoridades militares surcoreanas fueron las primeras que informaron de este lanzamiento desde Seúl.
Primero dijeron que se trataba de un misil de corto alcance, luego de varios misiles y, finalmente, aclararon que fueron “proyectiles”.
Expertos citados por la agencia de noticias EFE evaluaron que estos proyectiles, calificados por KCNA como “armas tácticas guiadas”, son misiles balísticos tácticos de corto alcance.
Confirmado oficialmente el ensayo, Seúl emitió un duro comunicado en el que afirmó que la prueba atenta contra los acuerdos pactados en la declaración firmada en la cumbre intercoreana de Pyonyang del año pasado entre el líder norcoreano, Kim, y el presidente sureño, Moon.
En esa ocasión, los jefes de Estado acordaron varias medidas para rebajar la tensión transfronteriza.
“El gobierno fortalecerá su vigilancia manteniendo una estrecha cooperación entre la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y Estados Unidos”, sentenció este sábado el comunicado surcoreano y se convirtió en el mensaje más duro de Seúl desde que Pyonyang optó por iniciar un acercamiento diplomático a principio de año.
“Esperamos que Corea del Norte participe activamente cuanto antes en el reinicio del diálogo, teniendo en mente que las conversaciones relacionadas con la desnuclearización permanecen dormidas”, concluyó el texto emitido al término de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional surcoreano a raíz de la prueba norcoreana.
Esta prueba de armas se produce en un momento de estancamiento en el diálogo sobre desnuclearización con Estados Unidos, escenificada por el fracaso de la cumbre de Hanoi, donde confluyeron el presidente Donald Trump y Kim en febrero pasado.
En ese encuentro, se esperaban avancen en la negociación para la continuidad del plan de desarme nuclear norcoreano, pero la cumbre terminó sin acuerdo y sin una comunicación conjunta.
Posteriormente se supo que la Casa Blanca consideró inaceptable la propuesta de Kim de realizar un desarme más flexible, acompañado de un levantamiento gradual de sanciones.
“La situación en la península de Corea y la región está ahora estancada y ha llegado a un punto crítico donde podría volver a su estado original debido a que Estados Unidos adoptó una actitud unilateral de mala fe durante la segunda cumbre”, dijo días después Kim, en relación al fracaso de la reunión.
Las críticas norcoreanas fueron acompañadas por un cambio en sus relaciones diplomáticas en las que amplió su abanico de relaciones con una visita al presidente ruso Vladimir Putin.
En rigor, la reunión realizada en la ciudad rusa de Vladivostok a fines de abril pasado, fue la primera entre Putin y Kim, y sirvió para escenificar la posibilidad de avanzar en la desnuclearización del país asiático, más allá de la presencia de Estados Unidos, algo que ya había esbozado con su buena relación con China.
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