Espectáculos

Volvió GH, con gran audiencia y varias historias particulares

Jorge Rial volvió a presentar a los participantes del reality, entre ellos está Alejandro, quien es biológicamente una mujer. Hijos abandonados y  de padres golpeadores, obreros, reinas de belleza, madre soltera, una chica lesbiana, entre otros perfiles. Gran Hermano hizo  picos de rating de 26.7.

La séptima edición local del “reality” show “Gran Hermano” (GH) desembarcó anoche en Telefé obteniendo un alto rating que Ibope estimó en 23.9 y exhibiendo en la selección de participantes un muy marcado patrón estético.

El casting del “reality” eligió todas chicas ligadas de alguna manera al modelaje y un elenco de muchachos que también descuella por el lado del físico.

El caso emblemático de esta edición es el de Alejandro Iglesias, que padece disforia de género o Síndrome de Benjamín, que es la disconformidad con el sexo que biológicamente le ha correspondido a una persona, similar a la transexualidad.

Alejandro es biológicamente una mujer, que se dejó crecer la barba, actúa y piensa como un hombre y que quiere ganar los 400 mil pesos del premio máximo para poder realizarse una operación y colocarse una prótesis peneana.

Otro detalle fue la inclusión entre los participantes de Juan Pablo Migliavacca, de la localidad bonaerense de Las Flores, que ya participó en los juegos de “Hombre el agua” que emitió El Trece y se alzó con los 10 mil  pesos de reconocimiento por haber sobrevivido a todas las pruebas del ciclo producido por Endemol, coproductor de “GH” junto con Telefé.

También fueron ingresando a la casa una chica que pasó por el Ejército, una lesbiana, una madre soltera, un Anchorena, el hijo de un padre golpeador, obreros, reinas de belleza, hijos abandonados y participantes de otros “realitys”, además de varias historias que Jorge Rial supo presentar, siempre bien acompañado por Mariano Peluffo.

Entre los participantes se cuentan jóvenes porteños, bonaerenses, cordobeses, tucumanos, jujeños y santafesinos.

Para transformar en más atractivo el programa, la producción decidió varios cambios de regla como que las camas dejaron de ser individuales y ahora admiten dos, tres y hasta cuatro personas.

Además, en el confesionario habrá una computadora donde los participantes podrán subir a la web de  “GH” (www.granhermano2011.telefe.com) lo que se les ocurra y luego esos mensajes serán enviados a Twitter para que los vean los seguidores de cada uno, aunque no podrán chatear con el público y habrá cambios también en la forma de las nominaciones y un permiso para conspirar como antes no ocurría.

Los números del lanzamiento (con picos de rating de 26.7) redondearon una cifra más que necesaria para que Telefé procure retomar posiciones en la pelea por el liderazgo de audiencia que actualmente favorece a El Trece.

Sin embargo, este apuro por lanzar “GH” generó una polémica interna ya que su regreso a la TV se alumbró tras empujar la abrupta salida de una ficción como “Caín & Abel”.

La decisión de Telefé de levantar “Caín & Abel” para darle desde el jueves las noches semanales al “reality” volvió a poner en el centro de la discusión, la búsqueda del rating a cualquier costo, aún resignando la calidad que entrega una tira y gestando un enfrentamiento con los ex directivos de la emisora, Claudio Villarruel y Bernarda Llorente, impulsores del ciclo desde su productora On TV.

Lo cierto es que un “reality” es un programa mucho más económico de producir que una ficción y “GH” le ha entregado siempre a Telefé réditos en materia de rating a lo largo de sus diferentes ediciones.

La gerencia de programación de la señal de las “pelotitas” decidió que el programa tenga dos emisiones diarias, una que irá a las 19.30 y otra al finalizar “Justo a tiempo” después de las 22, justo en el horario que dejará vacante “Caín & Abel” que termina repentinamente el próximo miércoles.

Estos horarios se acomodarán en las primeras semanas de enero, cuando Telefé comience a emitir su primer tanque del 2011, “El elegido”, la ficción generada y encabezada por Pablo Echarri.

(Télam).

Comentarios