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Básquet

Volver a jugar, volver a disfrutar: el básquet rosarino cierra el año con una sonrisa

Tras la habilitación del gobierno santafesino y de la Rosarina, los equipos de mayores y menores disputan amistosos. Algo de optimismo para pensar en un verano con Copas si todo marcha bien


Para muchos fue terminar el año con una sonrisa, significó retornar a la actividad que aman, aunque sea con las características propias de la tan mentada “nueva normalidad” y sin la presencia de un condimento especial del básquet rosarino: el público.

Tras las habilitaciones gubernamentales de unos días atrás y la autorización de la Asociación Rosarina, los clubes, entrenadores y jugadores se fueron animando y de las prácticas con contacto pasaron a los amistosos de entrenamiento.

Hubo cuidados, la inmensa mayoría se ocupó de respetar los protocolos a rajatabla, pero lo que prevaleció fue poder volver a disfrutar en un rectángulo, poder aplicar en el juego los cientos de horas de entrenamientos en fundamentos y dejar de lado el Zoom para picarla y tirar al aro.

Foto: Fran Reggiardo

Si bien algunos elencos de primera jugaron, fueron los más chicos los primeros en animarse y en programar la actividad para probarse en amistosos. Y para todos fue una alegría en los últimos días de un 2020 horrendo, con la esperanza de un futuro inmediato con mayor tranquilidad y un regreso a la actividad.

Claro que dependerá de la baja de casos, de que no aumenten las restricciones y de las ganas de los clubes, tan golpeados en esta temporada. La idea de la Rosarina es que una vez que se permita organizar torneos las instituciones puedan realizar sus Copas por invitación, algo que redundaría en trabajo para árbitros, para jugadores, entrenadores y en más movimiento para la vida interna de los clubes. El salto inicial ya lo dieron.

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