Argentina cayó 3-1 con Serbia (15-25, 25-21, 22-25 y 18-25) por Grupo P del Mundial. De antemano se sabía que el transito por esta tercera fase del Mundial de Italia sería bien pesado para la albiceleste.
El ir al frente siempre en las etapas previas, lo depositó en el grupo de la muerte con el número dos y el tres del mundo. Así, el sueño de las semifinales o el objetivo del 5º al 8º puesto deberían medirse nada más y nada menos que con Serbia y Rusia.
Y el comienzo de hoy ante Serbia, terminó con un resultado previsible. El 3-1 del equipo europeo estaba en los planes si se tienen en cuenta la realidad y categoría de un conjunto consolidado contra la frescura e ilusión de uno joven que está naciendo.
Pese al traspié, Argentina demostró que va por muy buen camino como para codearse con los mejores del planeta a muy corto plazo.
Después de la paliza sufrida en el primer set donde Serbia barrió del parquet al equipo nacional, los de Weber demostraron personalidad y se recuperaron para quedarse con el segundo parcial por 25-21 gracias a los muy buenos aportes del punta Facundo Conte, máximo anotador argentino con 16, y el rosarino Sebastián Solé, terminó con 9 puntos.
Con el partido igualado, el tercero sería el parcial clave y definitorio. Serbia logró sacar pequeñas ventajas que Argentina recuperó para llegar a una definición cerrada. El equipo de Weber estuvo arriba 21-19 y parecía llevarse el set. Pero ahí apareció toda la categoría europea para cerrar mejor y ganarlo 25-22.
En el cuarto set, si bien Argentina lo peleó, fueron los serbios quienes siempre tuvieron el comando para cerrar el partido con un claro 25-18.
Además de Conte, el opuesto Pereryra (sumó 13) y el capitán Quiroga (10) fueron los máximos anotares nacionales. El que tuvo un buen partido también, fue el otro rosarino del plantel Pablo Crer que ingresó promediando el segundo set y aportó 6 puntos.
Ahora habrá que esperar hasta el miércoles para medirse con los gigantes rusos. Otra dura prueba para un equipo que termine como termine, entre los ocho o luchando desde el noveno al duodécimo, habrá realizado un excelente Mundial y sembrado las semillas de una gran generación que, sin dudas, cosechará en grande durante los próximos años.
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