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¿Resultado cantado?

Vladimir Puttin contra 7 rivales: Rusia elige presidente

Aunque enfrenta a siete rivales, los analistas dan por descontado el triunfo del actual mandatario.


Foto: Télam.

Rusia celebra este domingo unas elecciones presidenciales que se realizarán en medio de creciente tensión con Occidente –la más grave desde la Guerra Fría– y con una economía que no termina de despegar, pero con un país cohesionado en torno al actual presidente Vladimir Putin, cuyo triunfo y reelección para un cuarto mandato se da por descontado.

Alrededor de 110 millones de rusos están convocados a una votación que se extenderá durante 22 horas, con locales de votación abiertos en 11 zonas horarias que van desde la península de Kamchatka, en el extremo oriental, hasta el enclave de Kaliningrado, la parte más occidental del país.

Putin, de 65 años, va como candidato independiente contra siete rivales, entre ellos la joven presentadora televisiva Ksenia Sobchak, de 36 años y única mujer en carrera, del partido liberal Iniciativa Civil.

Sin embargo, a ninguno de sus rivales se le atribuyen opciones reales de victoria.

Una encuesta publicada por el Centro de Investigación de Opinión Pública Ruso resume lo que registran casi todos los sondeos previos: la intención de voto por Putin ronda el 69%, seguido por el candidato comunista, Pavel Grudinin, quien apenas alcanza el 7%.

Con un crecimiento insuficiente para su riqueza tanto en recursos naturales como humanos –apenas 2,2% en el pasado bienio–, el gigante eurasiático no termina de despegar.

Desde 2014, cuando la Unión Europea, Estados Unidos y otros países occidentales impusieron sanciones económicas a Rusia por la anexión de Crimea y su política hacia Ucrania, los ingresos reales de la población han disminuido año a año.

En su reciente informe sobre el estado de la nación, el jefe del Kremlin admitió que debido a la crisis económica, el 20% de la población, más de 29 millones de personas, viven actualmente por debajo del nivel de la pobreza, y planteó la tarea de reducirla a la mitad en los próximos seis años.

Este panorama económico poco promisorio, no obstante, parece no mellar la popularidad de Putin.

La oposición real, extraparlamentaria, se encuentra prácticamente marginada de la vida política del país y ve restringida su capacidad de manifestarse mediante diversos instrumentos, como las leyes draconianas que regulan la celebración de actos políticos.

Internet y redes sociales son, esencialmente, los espacios en que difunden su mensaje los opositores, sin presencia en las instituciones ni en los medios de alcance nacional.

Los comicios se realizarán además en medio de un creciente enfrentamiento de Moscú con las potencias occidentales, tras la crisis desatada entre Reino Unido y Rusia por el caso del envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia, por el que Londres -más las potencias en tándem- acusan a Moscú (ver página 32).

Putin lleva desde 1999 al frente del país, ya sea en el cargo de presidente o de primer ministro, por lo que no necesita hacer campaña como un político normal o participar en debates con sus contrincantes, opinan los analistas.

Una encuesta nacional publicada el año pasado por la mayor encuestadora independiente, Levada Centre, apuntaba una valoración positiva del trabajo de Putin en la presidencia por el 73%, casi tres cuartas partes de los encuestados.

El casi seguro próximo mandato de Putin, que durará hasta 2024, podría ser el último, ya que la Constitución sólo permite dos consecutivos en el cargo.

 

El Kremlin respondió

Rusia ordenó este sábado la expulsión de 23 diplomáticos británicos designados en el país, en respuesta a la idéntica medida tomada por Londres en represalia por el envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal y de su hija Yulia. “Se declaran personas no gratas y se expulsa en el plazo de una semana a 23 diplomáticos de la embajada del Reino Unido en Moscú”, señaló un comunicado la Cancillería rusa. Al mismo tiempo, Moscú retiró el permiso para la apertura del consulado general británico en San Petersburgo, la segunda ciudad del país.