Canciones que hablan de cosas que suceden: Ésta sería una posible definición para Agua, Sal y Fiebre, el segundo disco de los bonaerenses Viva Elástico que el sábado, desde las 22, se presentarán en McNamara (Tucumán 1016), en una velada donde compartirán escenario con los rosarinos de Degradé.
En su tercer desembarco local, la banda que integran Mateo Zabala (guitarras), Santiago Pacek (bajo), Juan García del Val (baterías), Juan Condorí (teclados) y Alejandro Schuster (voz y guitarras), aprovechará la oportunidad para hacer un repaso de sus canciones más enérgicas incluidas tanto en <Agua, Sal y Fiebre<, su segundo material, como en el anterior disco, homónimo (2009). “Haremos una lista contundente, con los temas más importantes tratando de lograr un show enérgico con las canciones más rápidas”, anticipó el líder de la banda en diálogo con El Ciudadano.
Desde su origen en 2007 en la localidad de Longchamps, la banda se fue inventando a sí misma, forjando un camino, y transitándolo a su ritmo hasta ser hoy una de las revelaciones del rock nacional que la llevó, entre otras cosas, a ser elegida por la revista Rolling Stone Argentina como lo mejor del nuevo rock argentino en 2013.
“Para mí Viva Elástico no es Indie”, respondió contundente Schuster frente a una consulta de este cronista y, sobre el norte que busca seguir la banda en sus composiciones, se despachó: “Intenta ser música que va más allá; trato que vayamos para otro lado y que no se exprese el indie como sonido”.
Hay un dicho que dicta que, las canciones, una vez que fueron compuestas, se emancipan de sus creadores y toman vuelo propio para que cada nuevo escucha las resignifique según su forma de sentir. Es así como, al menos para este cronista, el último disco de la banda se compone de once temas con mucho contenido, que forja un concepto y logra sintetizar varios mensajes contundentes que se expresan con naturalidad, como quien narra (o canta) sus propias vivencias cotidianas a través del tiempo.
Para Schuster, líder creativo de la banda, las cosas no son tan así: “Yo creo que el disco es mucho más directo y habla de muy poco tema”, señaló. Y luego resumió: “Contiene canciones simples”.
Para este cronista, <Agua, Sal y Fiebre< goza del sentimiento y, sin llegar a caer en temas filosóficos, abre puertas a preguntas sobre la vida. A través de tótems reflexiona sobre los opuestos (por ejemplo la tristeza y la felicidad; el bien y el mal; el amor y el desamor) pero también pone en valor la amistad, escudriñado en el álbum como uno de los últimos bastiones de resistencia en un mundo híper capitalizado.
Adentrándose en las fondos de su obra, Alejandro Schuster reflexionó: “El disco es una representación de cuando una persona va creciendo: habla de cuando las personas se tienen que hacer fuertes ante las cosas cotidianas y tratar de hacerlas por sí solo. Entonces, ¿Cómo no vas a hablar de amigos o del bien y del mal que son cosas que están en uno mismo cotidianamente, coexistiendo?”, enunció al tiempo que trato de ahondar: “Los opuestos son, justamente, el portal de la vida. Porque se trata de una cosa u otra, sin ser blancos o negros. Uno siempre se debate entre una y otra cosa para fabricarse a si mismo”.
Y amplió: “También habla del amor, es un disco muy romántico: «Yo te quiero más« (tema 6 del disco) es una canción que le escribí a mi mamá y que habla del amor pero bastardeándolo, jugando un poco con el odio que corresponde también. Claramente en el disco aparecen opuestos porque las cosas son porque no son”.
Agua, Sal y Fiebre, se nutre de interrogantes y parece querer tratar de encontrar una meta irresistible: Algo que sea real en el mundo. La estrofa de una canción lo expresa con total contundencia: “Quiero sentir que algo me atraviese de verdad”.
“Dejame desarrollar la idea”, dice el músico frente al comentario antes de expresar: “Me parece que son canciones que hablan de cosas que suceden”. Y más tarde, sobre la frase de su canción profundizó: “Creo que es a lo que toda persona intenta avanzar para que, así, las cosas, no lo dejen nunca de sorprender y poder sentirse lleno de vida, de sensaciones. Son las que al menos a mí me mantienen vivo. Yo necesito estar activo en cuanto a mis deseos; como cualquier persona que hace arte deseo estar atravesado por millones de cosas que no entiendo. Yo digo «Algo que me atraviese de verdad«, pero no digo qué, muchas veces tampoco se qué es o será”.
Citando a Luca Prodan Alejandro Schuster, concluyó: “«No se lo que quiero pero lo quiero ya«. Es una idea general del rock, de que necesitamos cosas que nos atraviesen, que existan sorpresas en la vida para que pase eso: que nada nos deje quietos, que se apoderen de nosotros”.
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