El programa Intrusos lo puso en evidencia este martes con un video en el que se ve al conocido pastor Giménez cuando ofrece a sus seguidores alcohol en gel “para vencer a la crisis del coronavirus y a la misma muerte” a cambio de mil pesos. El costo, aclara, incluye su propia bendición del producto.
En la filmación se ve a uno de los referentes de la congregación evangélica de Giménez en plena acción de marketing: “El pastor me va a ungir con alcohol en gel, con nardo puro, que voy a poner en tu mano y vas a estar listo para vencer la crisis, vencer al coronavirus y vamos a vencer a la misma muerte”, exagera la publicidad.
“Me gustaría en poder conseguir alcohol en gel para todos ustedes. Tengo para poner alcohol en gel para todas las manos de ustedes, pero tengo solo 12. Tengo solo de estos, que quiero que representen a tu familia, representes a los que puedan hacer un pacto”, prosigue el hombre tentando a los fieles-compradores.
El vendedor de ilusiones mágicas, termina de redondear la oferta, con explícita mención pecuniaria: “Esperen un segundo, porque si vienes hasta acá es porque vas a dar mil pesos, así que no te apures”.
“No puedo creer que alguien haga eso… Bah, sí, lo puedo creer porque venden de todo. ¿Qué te sana? ¡El alcohol en gel no te sana!”, se indignó Jorge Rial, el conductor del programa de espectáculos del canal América que difundió el video.
“Pastor, ¿de verdad? Además, promete terminar con el coronavirus, y el alcohol en gel no es nada más que una limpieza, no hay cura contra el coronavirus. Y si no tenés alcohol en gel para limpiarte, lo podés hacer con agua y jabón”, reaccionó, didáctico, Rial.
En el mismo programa, minutos después, salió al aire la pastora Irma López, ex pareja de Héctor Aníbal Giménez, nombre completo del pastor. “Es tétrico y morboso esto, no lo puedo compartir… Este virus (el coronavirus) está atacando a miles en el mundo. Lo miro y no lo puedo creer, es tétrico”, repitió la mujer, quien se apartó de su compañero de culto y vida con un escandaloso divorcio mediático, a mediados de los ’90.
Antes, lo había denunciado por daños y amenazas. Y ante las cámaras, en un show paralelo al religioso, había dicho que lo encontró con otra mujer mientras iba en su auto por la Costanera. Pastor y pastora iban en sendos vehículos que terminaron chocados en un confuso episodio.
A la exposición de miserias íntimas, le siguió un juicio por divorcio con la consiguiente pelea por los bienes, la división conyugal y, claro, la rentable pastoral.
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