Ciudad

Maltrato y abuso

Violencia laboral y de género: sindicalista gastronómica denunció a compañeros de comisión directiva

Norma Mores tiene 44 años, la mitad de ellos vinculada con el sector gastronómico. Es secretaria de Actas de Uthgra y relata que desde hace tiempo debe soportar agresiones. Acusa al secretario General Sergio Ricupero, quien alega "persecución", y otros 3 compañeros. La Justicia dictó perimetrales


La Intersindical de Mujeres de Rosario repudió las agresiones.

Esta semana desde la Intersindical de Mujeres de Rosario enviaron un comunicado repudiando los hechos contra Norma Mores, secretaria de Actas de la Comisión Directiva de Uthgra (La Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina) en Rosario. En dicho escrito se acusa al secretario General, Sergio Ricupero, de haber tenido un accionar violento (verbal y físico) contra la compañera. La denuncia, que se judicializó, es por abuso de poder y en contra de la violencia laboral y de género. Norma tiene 44 años, cuatro hijos y hace unos 24 que está vinculada con el sector gastronómico. En diálogo con El Ciudadano explicó que lo que le hicieron y le hacen no sólo afecta a su persona sino a los demás compañeros, ya que no puede desenvolverse con libertad en su trabajo.

 

“No es de ahora, es de larga data”, empieza a contar la mujer e intenta resumir parte de su historia: “Yo entré (al sindicato) como delegada representando a los 450 trabajadores de la empresa Catering Gourmet; eso fue en mayo de 2015 y hasta el período de mayo de 2017. Logramos en aquel entonces que el 80% de los trabajadores fueran recategorizados, la regularización del pago de aguinaldos, etcétera; eran 27 establecimientos en aquel entonces, y éramos tres compañeros trabajando. Nos perseguían, estábamos muy limitados, yo no tenía ni días libres de lo mucho que trabajaba. En 2017 me ofrecen postularme ya que dos compañeras iban a jubilarse y en las elecciones de ese año, con el apoyo de mis avales, me votaron. Había diferencias con mis compañeros de la Comisión Directiva, veía muchos casos de violencia de género y laboral”.

A la par, Norma tiene un merendero en zona sur que nació a puro pulmón y en parte de sus bolsillos. Es por ello que, según relata, nunca dejó de militar, se interiorizó en la ley Micaela para aplicarla dentro del sindicato, entre otras cosas. “Desde que empiezo a militar y traigo a compañeros y compañeras al gremio comenzaron los insultos como negra de m…, o huérfana (perdí a mis padres cuando era chica) y yo no soy nueva en esto, llevo 24 años en la gastronomía, soy técnica en alta cocina, estudié leyes laborales y de seguridad e higiene para tener herramientas y defender a mis compañeros”, señaló.

Actitudes violentas

Norma relata que un ejemplo, entre tantos, para demostrar el maltrato hacia su persona y no sólo eso: sino con sus hijos. Ella tiene cuatro hijos, uno con discapacidad. “A todos mis hijos les enseñé a jugar al ajedrez; en el sindicato hay una escuela federada y uno de mis hijos en 2017 ganó y quedó en tercer puesto. Este año quise anotar a mi hijo que tiene una discapacidad y lo inscribí junto a la hija de otra compañera. El secretario de Cultura anotó a la hija de mi compañera y no a mi hijo. Tratan por todos los medios de aislarme, es constante la violencia que recibo, no sólo me quieren fuera del grupo de delegados sino también del de ajedrez”, ejemplificó.

Trabajo gremial en pandemia

Durante los meses de cuarentena obligatoria, debido a la pandemia por coronavirus, Norma concurrió a su puesto de trabajo en el sindicato junto con otros compañeros. En el inicio de la cuarentena, eran cuatro resolviendo y atendiendo las diferentes problemáticas de los más de 10 mil afiliados que tiene el gremio, describió, y de inmediato agregó: “En julio (de 2020) volvieron a instalarse en el segundo piso a tomar mate, a mí me discriminaban ya en la puerta, apenas ingresaba. Me decían: «Ya van a caer»”.

Elecciones

No hay fecha para las futuras elecciones, pero hay una prórroga hasta agosto de este 2021; Mores señaló que posiblemente sean en 2022. Según la gremialista, no informan desde la conducción y desde su lugar quiere estar preparada para tener una campaña que compita en los comicios y muestre su labor dentro del gremio.

Denuncias formales

Ya el 13 de enero Mores presentó una denuncia por violencia laboral. Describió que fue tras un llamado en que la insultaron de arriba a abajo por haber tomado la decisión de hacer una comunicación a los afiliados, tal como había pactado anteriormente. “Se trataba de los útiles escolares. La puerta de ingreso es muy chica y al sindicato vienen personas embarazadas, pacientes de riesgo, con HIV, con diferentes patologías y yo propuse que la inscripción para la obtención de los útiles este año sea por mail, a lo que me dieron el OK. Cuando vi el flyer, en papel le pegué arriba el correo electrónico donde anotarse. Cosa que molestó, sin entender, al secretario General. “«Negra de m…, te voy a sacar a patadas de acá…». Yo me fui al baño a llorar, decidí que debía hacer la denuncia; no quería, para no exponer al gremio, pero ya era sobre mi persona y si yo lucho por los derechos era yo la primera que tenía que poner en práctica el poder frenar todo esto”, resumió.

El viernes 26 de febrero el secretario General le pidió a Norma que se tomara una licencia y le indicó que a partir del lunes siguiente no podía ingresar a su puesto de trabajo. Me maltrató y golpeó físicamente. Hay un audio, quedó grabado, y eso es solo una parte: dura mucho más. Quedé en estado de shock”, se la escucha ya con voz quebrada.

“Comencé contando en un grupo de compañeras que se solidarizaron con mi historia. Me cambiaron la cerradura, me quitaron el acceso a las claves para poder afiliar, pero yo sigo yendo al trabajo de 10 a 16 e intento hacer mi labor como pueda”, explicó.

Norma sostiene que no sólo la perjudican a ella sino a sus compañeros, ya que no puede desempeñar su tarea como antes, y a la propia institución.

Un juez en lo Civil dictó una resolución que se conoció esta semana: es una perimetral para el secretario General y otros tres compañeros.

La palabra del secretario General

Sergio Ricupero explicó a este diario que él no quiere ni puede hablar de lo sucedido, porque lo hará la misma institución en el momento indicado, pero dejó en claro que para él no es más que una “persecución” hacia su persona. “Desde el 5 de febrero que yo no veo a esa persona, es un ataque abierto y armado. Hay situaciones internas del sindicato que organizaciones que me atacaron desconocen”, dijo.

Ricupero se encuentra asilado por haberse contagiado de coronavirus, por lo cual no está concurriendo a su puesto de trabajo.

“Es un armado político y mediático; esto lo resolverá la Justicia y la cautelar (por la perimetral) es absurda”, sentenció.

“Es un ataque inventado, no entiendo por qué algunas instituciones quieren martirizar a una persona que de hecho tiene varias denuncias por malos tratos”, soltó.

Explicó, además, que ya mandó cartas documento porque se vio atacado por redes sociales y que lo seguirá haciendo: “Esto en la Justicia no va a prosperar, pero la condena social que yo tengo es muy grande, es una persecución hacia mi persona”.

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