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Arde Reconquista

Vicentin: empleados de la Algodonera Avellaneda exigen sueldos atrasados y vuelta a la producción

Empleados de la fábrica se movilizaron la semana pasada hasta domicilios de los directivos Padoan y Nardelli. La planta que ocupa a 430 trabajadores está paralizada hace un mes y medio. El gremio de los aceiteros lleva adelante el conflicto


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Algodonera Avellaneda es una de las empresas del conglomerado Vicentin, en concurso de acreedores y bajo investigación judicial y política por delitos varios. Los trabajadores de esa planta del norte santafesino se mantienen movilizados desde principio de año en reclamo de sueldos atrasados y por el mantenimiento de sus fuentes laborales. Son unos 430 empleados. En junio, cuando el cambio de fase de la cuarentena por la pandemia lo permitió, pudieron llevar el conflicto al Ministerio de Trabajo provincial, pero sin que la contraparte patronal aceptara sentarse a la mesa de negociaciones. Aún no tienen respuestas, muchos asalariados cambiaron de gremio –del textil al de los aceiteros, que la compañía no reconoce como interlocutor– y piden volver a la producción en la planta que está sin actividad desde hace más de un mes y medio.

Los trabajadores de Algodonera Avellaneda, asentada en la ciudad de Reconquista, se movilizaron hasta los domicilios de los directivos y accionistas Alberto Padoan y los hermanos Gustavo y Sergio Nardelli (en Reconquista y Avellaneda) para exigir el pago de salarios y garantía de los puestos de trabajo.

Leandro “Peki” Monzón, perteneciente a la comisión interna de Vicentin Avellaneda, Santa Fe, y parte de la comisión directiva del Sindicato Aceitero, explicó que el gremio de los textiles decidió darle punto final al conflicto y por eso numerosos trabajadores buscaron apoyo en el sindicato de aceiteros. “La fábrica cuenta con 430 empleados, 305 se afiliaron, hay otros trabajadores que pertenecen a mandos medios o están fuera de convenio”, precisó el dirigente.

Monzón recordó que consiguieron una audiencia en la cartera laboral santafesina, pero la empresa no se presentó a la misma con el argumento de que el gremio de aceiteros no tiene injerencia en este conflicto del conglomerado, centrado precisamente en el sector oleaginoso aunque diversificado a biocombustibles, miel, negocios financieros y otros rubros. Un problema de “encuadramiento”, dijeron desde la firma.  Las entidades productivas insisten en que el principio de libertad sindical establece que cada trabajador tiene el derecho de afiliarse, o no, a la asociación sindical en cuyo ámbito se encuentra comprendido.

Este miércoles se llevará a cabo otra audiencia de trabajo en la sede de la Casa del Bicentenario de la Municipalidad de Reconquista.

Como La Forestal, y el Estado como pagador

En julio, la Algodonera sólo pagó, de los salarios del mes anterior, la porción de la que se hizo cargo el Estado como asistencia en la emergencia (ATP). Por el resto, ofreció vales de mercadería de otras dos empresas del grupo: carnes del Frigorífico Friar y aceite de la marca insignia Vicentin. Los trabajadores rechazaron esta modalidad de “pago en especies” que recordó la que hasta las primeras dos décadas del siglo pasado, también en el norte santafesino, utilizaba la explotadora de tanino La Forestal. La consecuencia cantada de esa postura empresaria fue la declaración de un conflicto gremial. Más, cuando la Algodonera no está en la situación de crisis que atraviesan otras unidades de negocios de Vicentin, y no precisamente por caída de sus facturaciones del grupo.

“Ya se ven las consecuencias. Algodonera Avellaneda se está sosteniendo solamente con la asistencia del Estado y va derecho a la quiebra”, dijo este mismo miércoles el ingeniero agrónomo chaqueño Luis Basterra, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Refirió así al rechazo de la intervención estatal del grupo propuesto por la Casa Rosada con el objetivo de recuperar la producción y garantizar puestos laborales tanto como el pago al tendal de acreedores que dejó la firma, que van de pequeños productores a entidades financieras del exterior, con el Banco Nación como principal perjudicado en monto.

Comunicado de los aceiteros

Desde el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros y Desmotadores de Algodón de los Departamentos General Obligado y San Javier enviaron un comunicado a través de las redes sociales para visibilizar la problemática.

¿Y si cumplimos con la Constitución Nacional?

Ante el largo conflicto colectivo que desde el mes de febrero vienen atravesando los trabajadores y trabajadoras de la empresa Algodonera Avellaneda SA del grupo Vicentin, sus directivos -lejos de buscar una solución a los reclamos de sus dependientes-, pretenden a través de sus mandaderos esconder o disimular lo que es ni más ni menos que un reclamo obrero por mejores salarios y condiciones de trabajo.

Intentan instalar, con la complicidad de otras patronales de la zona, que el problema es que “los trabajadores elijan libremente su convenio colectivo de trabajo”. Pero no se trata de un problema de encuadramiento, porque eso no es lo que los inquieta. Muy por el contrario, su queja evidencia su preocupación y su temor ante la decisión de los trabajadores y trabajadoras de avanzar en sus reclamos por un salario digno.

Desconociendo el artículo 14 Bis de la Constitución Nacional, acostumbrados a obrar fuera de la ley, este sector político que se juntó en la Sociedad Rural de Reconquista, identificado con el macrismo y por sobre todas las cosas con el sector más pudiente de la sociedad, lo que reclama es que se les prohíba a los obreros el derecho a la libre organización, que se organicen para cobrar un salario que les permita cubrir las necesidades básicas de sus familias y que reclamen por condiciones de seguridad dentro de las fábricas.

Como en las épocas más oscuras de este país, son los mismos que vuelven a exigir que se callen las voces obreras que reclaman que no alcanza para comer, ni para enviar a sus hijos a estudiar, ni ninguno de los otros derechos, como vivienda digna, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión, que deben estar garantizados por el salario tal cual lo plantean el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo.

El problema no es qué convenio colectivo se aplica. Los trabajadores de la Algodonera Avellaneda del Grupo Vicentin fueron abandonados por la empresa, que pretende manejar los sindicatos como una oficina más de recursos humanos. Pero se han encontrado con el Sindicato Aceitero y Desmotador de Reconquista, que pelea por sus derechos.

La solución a este conflicto es sencilla: la empresa no puede seguir pagando salarios que rondan entre 20 y 25 mil pesos mensuales, y que hunden a los trabajadores en una situación de pobreza. A diferencia del resto del grupo Vicentin, los obreros y obreras de Algodonera Avellaneda son pobres, aún trabajando sábados, domingos y feriados, rotando mañana, tarde y noche; pero se han decidido a dejar de serlo y para ello se han organizado.

Claramente, para el poder económico de la región esos trabajadores son un mal ejemplo, y temen que este despertar siembre un ejemplo que sea imitado por otros y otras. Esperamos que sea así, que nadie acepte nunca más vender su fuerza de trabajo por salarios de hambre, que sepan que pueden exigir el cumplimiento del 14 bis de la Constitución Nacional, que garantiza a todas las personas que trabajan un salario digno, y el derecho a organizarse sindicalmente de manera libre y democrática, en el sindicato que elijan ellos y no las patronales.

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