Sociedad

Crónicas del caos

Viajes y gastronomía argentina: una forma distinta de “surfear” las crisis


Elisa Bearzotti / Especial para El Ciudadano

Las vacaciones invernales son la excusa perfecta para “romper el chanchito” familiar y –de la mano del renovado Previaje– proyectar una “escapada” hacia alguno de los hermosos paisajes argentinos. Según el ministro de Turismo, Matías Lammens, la temporada se muestra más que promisoria y en los principales destinos se espera un lleno casi total

“Dicen que viajando se fortalece el corazón”, postula una conocida canción de Litto Nebbia. y siempre que la escucho o la recuerdo hago votos para que el próximo destino me esté esperando, agazapado, a la vuelta de la esquina. Sí, viajar nos saca de nuestra zona de confort y nos pone en modo amable por algunos días, nos sorprende, emociona, recrea, nos hace soñar y. en ocasiones, puede ser el disparador de alguna decisión largamente postergada. En ese sentido, las vacaciones invernales son la excusa perfecta para “romper el chanchito” familiar y –de la mano del renovado Previaje– proyectar una “escapada” hacia alguno de los hermosos paisajes argentinos. Según el ministro de Turismo, Matías Lammens, la temporada se muestra más que promisoria. “Por lo que nos informan desde los distintos destinos tenemos la convicción de que vamos a vivir una temporada récord, con un intenso movimiento turístico interno y la llegada de más de un millón de turistas del extranjero. La reactivación del turismo receptivo está en marcha, encabezada por visitantes de Brasil, Uruguay y los Estados Unidos”, indicó el funcionario, y luego agregó: “Para esta temporada de invierno se calcula que se van a movilizar alrededor de 5 millones de personas”. De acuerdo a las proyecciones del Observatorio Argentino de Turismo “el nivel de reservas para los principales destinos del país será de casi lleno total”. Actualmente, San Martín de los Andes tiene el 92% de sus plazas reservadas; Bariloche, el 90%; Puerto Madryn, el 55%, y Ushuaia, el 75%; mientras que en Santa Cruz estiman que la ocupación será superior a la prepandemia. En la agencia de turismo virtual Despegar, también destacaron el interés de los argentinos por recorrer el país y señalaron que el “top 5” de los destinos nacionales está integrado por Buenos Aires, Bariloche, Salta, Mendoza y Córdoba.

Quizás lo que más nos estimula al momento de armar las valijas es la posibilidad de poner la mente en blanco y olvidarnos de todo, aferrándonos a una fantasía que se renueva en cada viaje. En ciertos lugares nos sentimos tan a gusto como en nuestra propia casa, la gente nos parece más amable, los espacios más amplios e incluso lo vulgar y ordinario se nos antoja excepcional. Y además, luego de la pandemia de coronavirus valoramos aún más los momentos de distensión, hemos descubierto que el presente es un bien inapreciable y que el disfrute no se negocia. Sobre todo cuando la cruel realidad se empeña en mordernos los talones para recordarnos sin sutilezas que las sombras aún no se han disipado. Esta semana por ejemplo los portales noticiosos informan que, a causa de la alta contagiosidad de las nuevas variantes de coronavirus, ha comenzado una nueva ola en Francia que provocó 74 decesos en un solo día, lo cual hizo que el número de muertos por covid-19 en ese país ya superara los 150.000. De manera que resultan más que adecuadas las palabras del titular de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtiendo que la pandemia de coronavirus está “lejos de haber terminado” y que sigue siendo una “emergencia de Salud Pública de alcance internacional”. Es por esto que instó a los gobiernos del planeta a retomar los cuidados básicos y las pruebas de monitoreo y decodificación de las nuevas variantes. El comité del organismo internacional, reunido en Ginebra el viernes pasado, notificó la disminución de las pruebas de detección y de la secuenciación genómica que dificultan “cada vez más” la evaluación del impacto de las variantes, y subrayó “la inadecuación de la vigilancia actual” de la pandemia. También tomó nota del reciente aumento del número de infecciones en diferentes regiones del mundo, así como de la falta de medidas de salud pública adaptadas a las regiones afectadas por un resurgimiento de los casos, por lo cual recomendó brindar especial ayuda a los países cuya tasa de vacunación contra el coronavirus sea inferior al 20%. El ascenso de víctimas fatales de la pandemia se da en el medio de un aumento de contagios en el mundo, que se incrementó un 30% en las últimas dos semanas, de acuerdo a los datos de la OMS.

Pero a pesar de que la pesadilla sanitaria tarda en correrse del centro de la escena, nuevas crisis ya se encuentran al acecho, amenazando con quitarle a la pandemia su grotesco reinado. A partir de la invasión rusa a Ucrania pareciera que el frágil equilibro mundial se ha roto y esta semana los cancilleres del G20, reunidos en Bali, Indonesia, no lograron acordar un pronunciamiento sobre la guerra ni tampoco pactaron cómo enfrentar los impactos globales del conflicto, tras varias jornadas que pusieron en evidencia la división Este-Oeste. Lo único que dejó en claro la cumbre diplomática fue la división entre China y Rusia por un lado y Estados Unidos y Europa por el otro. La convocatoria del G20, que incluye al anfitrión Indonesia y también a grandes naciones en desarrollo como India, Brasil o Sudáfrica, es muy heterogénea y entre estos países reina el escepticismo o la desconfianza respecto de las intenciones occidentales, y además tienen un vínculo comercial muy estrecho con China. Por lo tanto, no hubo foto de todos los ministros como reza la tradición, ni documento conjunto, de acuerdo a lo informado por un alto funcionario indonesio. La cita de Bali es el preludio de la cumbre de jefes de Estado que se realizará en noviembre en esa isla, programada para discutir la recuperación mundial tras la pandemia del coronavirus, pero cuya agenda se volcó a la invasión rusa a Ucrania, que sacudió los mercados mundiales, disparó los precios de alimentos y combustibles a nivel global, y generó denuncias de crímenes de guerra. A pesar de todo ello, el G20 no condenó unánimemente la invasión rusa y sólo algunos de sus miembros lo hicieron.

De manera que, ante la incertidumbre reinante, poner la cabeza y el corazón en “modo viaje” resulta necesario y casi imprescindible. Mochila y mate alcanzan para dirigirnos hacia cualquier destino que nos permita descubrir un arroyito acariciante, una majestuosa montaña o algún paraje conmovedor a fuerza de historia y tradición. Y ni hablar de las maravillosas sensaciones que proporciona la variada gastronomía de las regiones argentinas, una tentación que no vale la pena resistir. Y por qué hacerlo, si la vida no es otra cosa más que un recorrido donde vamos encontrando valles y montañas, llanuras y zonas escarpadas, tedio y emoción, simples excusas para aprender que el camino y la meta son notas de una misma sinfonía y que al final, como dice Litto, “sólo se trata de vivir”.

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