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Verduleros sospechados de al menos siete hechos

Los tres hermanos detenidos prestarán declaración en la mañana de hoy frente al juez Juan José Pazos.

La Justicia rosarina investiga a los tres hermanos que desde el sábado permanecen detenidos por otros cinco casos de homicidios a ancianos ocurridos entre enero de 2009 y la semana pasada, que según las fuentes consultadas, siguen un mismo patrón. Sin embargo, en bases las pruebas que hasta el momento fueron colectadas, los tres jóvenes, hijos de un verdulero de barrio Parque, estarían más comprometidos en dos de los episodios por los cuales están privados de la libertad. De acuerdo con voceros judiciales, el más complicado sería el mayor de los hermanos. Hoy a la mañana el trío prestará declaración ante el juez de Instrucción de la 8ª Nominación, Juan José Pazos.

“Se está investigando la participación de los tres hermanos en una serie de hechos que sigue un mismo patrón”, explicó a El Ciudadano la fiscal Viviana Cingolani, a cargo de la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados (NN). “Se trata de hechos perpetrados con una misma modalidad, con víctimas ancianas y donde las entradas a las viviendas no fueron forzadas”, explicó Cingolani.

Y si bien en el último homicidio registrado que integraría esta secuencia –el de Olga Osello, la mujer de 88 años asesinada el miércoles pasado en su casa de Viamonte 1520–, uno de los ingresos fue violentado, desde un primer momento los investigadores deslizaron que esto había sido hecho “para despistar”.

De acuerdo con el juez de Instrucción de la 7ª Nominación, Juan Andrés Donnola (que estaba investigando un crimen anterior), en base a las pruebas recolectadas, los tres detenidos –identificados como Martín S., de 33 años; Federico S., de 25; y Cristian S., de 22– estarían implicados, en principio, en dos causas diferentes: el homicidio de Susana García de Giménez, de 75 años, ocurrido el jueves 27 de mayo último en su casa de Riobamba 3036; y el de José Ramón Savini, de 74 años, asesinado el 13 de mayo en su vivienda de la localidad de Zavalla.

A esta conclusión se arribó después de que en la casa de Savini se encontrara la huella de una zapatilla que pertenecería al mayor de los hermanos, de quien además se halló una huella parcial del dedo en la casa de calle Riobamba, informaron fuentes cercanas a la investigación, quienes además detallaron que en base a estos indicios el juez Donnola ordenó intervenir los teléfonos de los sospechosos.

De acuerdo con la misma fuente, las escuchas revelaron que al menos dos de los hermanos estaban planeando un nuevo golpe, por lo que se resolvió realizar el sábado pasado el allanamiento que culminó en las detenciones, para evitar más muertes.

Como resultado del procedimiento se secuestraron numerosos elementos, varios de los cuales pertenecían a Savini y a García de Giménez, que fueron reconocidos por sus familiares. Pero además de estos dos casos, los jóvenes están siendo ahora investigados al menos por otros cinco, entre ellos el crimen de Osello.

El hecho que habría dado origen a la saga de homicidios de ancianos fue el asesinato de María Inés Gómez, de 78 años, que fue encontrada muerta en su casa de pasaje Coffin 3033 (Francia al 2300) con tres cortes en la cabeza, el 20 de enero de 2009. Su vivienda había sido revuelta, por lo que la principal hipótesis era la del robo, aunque ninguno de los ingresos habían sido forzados. Lo llamativo es que al menos uno de los detenidos vive a 20 metros de la casa de Gómez.

En orden cronológico, el siguiente hecho que responde al mismo patrón ocurrió casi un año después, el 8 de enero, y la víctima fue Alfredo Ciro Nasurdi, de 78 años, quien fue encontrado muerto en la puerta de su casa de Moreno 2100, con una docena de puñaladas que le habían sido propinadas momentos antes dentro de la vivienda. Una vez más, no había signos de violencia en las entradas. Otro dato llamativo es que la víctima era asiduo al Mercado de Frutas y Hortalizas, ya que planeaba invertir en el rubro y, según deslizaron algunas fuentes, habría sido conocido de Roberto S., padre de los detenidos.

Diez días después, Concepción Lavore fue hallada muerta en su casa de Suipacha 2124, donde vivía sola, al igual que el resto de las víctimas. Fue encontrada más de una semana después del crimen, con una bolsa en la cabeza, tirada en el suelo del baño y en avanzado estado de descomposición.

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