El ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur superó esta semana uno de sus principales escollos, al obtener luz verde del Congreso de Brasil, y ahora sólo falta la aprobación del Parlamento paraguayo para que el bloque regional pase de 238 a 265 millones de habitantes, e incremente su producto bruto de 1,6 a 1,84 billón de dólares.
Los presidentes de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay decidieron la ampliación del Mercosur junto al mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, durante una reunión celebrada en Caracas el 4 de julio de 2006.
Pero hasta la noche del martes pasado sólo se contaba con la ratificación de los legisladores argentinos y uruguayos, dada la resistencia de los representantes de la oposición en el Congreso brasileño.
Ese día el pleno del Senado de Brasil, después de meses de debates, audiencias públicas y una serie de tentativas frustradas, se votó por 35 votos a 27 el protocolo de adhesión de Venezuela, impulsado por el gobierno de Luis Inacio Lula da Silva.
Los líderes oficialistas sostuvieron durante el debate que el ingreso de Venezuela al bloque representaba un paso importante tanto en el terreno económico, como en el sentido de la ampliación de la democracia y los derechos humanos en la región.
Sin embargo, la oposición consideró que la sociedad con la República Bolivariana podría generar “más problemas que ventajas”, además de poner en cuestión la cláusula democrática del bloque y hasta la libertad de prensa.
Los seguidores y aliados de Lula afirmaron, con todo, que las diferencias de procesos políticos regionales deben ser respetadas, y destacaron que no se trata de evaluar al gobierno de Chávez, porque “los gobiernos pasan, pero la integración económica, política y cultural va a quedar”.
El texto del protocolo aprobado establecía originalmente, entre otras medidas, que los bienes producidos en la Argentina y Brasil, socios más desarrollados del Mercosur, entrarán sin restricciones y aranceles al mercado de Venezuela en enero de 2012.
Sólo quedarán exceptuados productos considerados sensibles, que disfrutan de mayor protección de los gobiernos en las negociaciones comerciales, para los cuales el plazo se extiende hasta enero de 2014.
Mientras, los bienes producidos por Venezuela deberían -según el texto original- entrar sin restricciones en el mercado brasileño y el argentino en enero de 2010, con la misma salvedad para los productos sensibles, cuya liberación se estableció para 2014.
Se determinó, además, un plazo de cuatro años, contados desde la entrada en vigor del protocolo de adhesión, para que Venezuela adopta el conjunto de normas vigentes en el Mercosur, la nomenclatura del bloque y el arancel externo común (AEC).
La gradual liberalización del comercio permitiría a las empresas argentinas mantener el ritmo de crecimiento de las exportaciones a Venezuela, que pasaron de un piso de 139 millones de dólares en 2003 a 1.417 millones el año pasado.
Para este año fuentes privadas estiman ventas al país caribeño, en gran medida de productos industriales, por 1.600 millones de dólares, lo cual representa, de todos modos, menos de 3% del total de las importaciones venezolanas.
Las principales exportaciones de la Argentina a Venezuela el año pasado fueron de: vehículos automóviles y sus partes (222,8 millones de dólares); grasas y aceites animales o vegetales (154,3 millones); leche y productos lácteos (150,3 millones); maquinaria no eléctrica (131,8 millones); y preparaciones a base de cereales (130,1 millones).
Las importaciones de productos venezolanos, en tanto, sumaron menos de 23 millones de dólares el año pasado y nunca superaron los 28 millones (en 2004 y 2005).
Llegan desde el país caribeño principalmente combustibles y aceites minerales; productos químicos inorgánicos; aluminio y sus manufacturas; herramientas, útiles y artículos de cuchillería; y autopartes.
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