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Venado Tuerto: piden enjuiciar a 19 personas acusadas de tráfico de drogas y de enfrentarse a tiros

El requerimiento lo hizo el fiscal Javier Arzubi Calvo. Se trata de los integrantes de al menos tres organizaciones que se dividían el territorio venadense para la comercialización de droga. Uno de los jefes estaba detenido en la ex alcaidía de Francia al 4800


Parte del secuestro de diciembre de 2018.

El fiscal federal de Venado Tuerto, Javier Arzubi Calvo, pidió la elevación a juicio de una causa que incluye a 19 personas acusadas de tráfico y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y la tenencia de armas de fuego. La investigación incluyó una veintena de allanamientos, incluida la Unidad Penitenciaria Nº 6 de Rosario (ex Alcaidía, de avenida Francia al 4800) y dependencias policiales de la ciudad de Venado Tuerto. Los procedimientos, ocurridos el 11 de diciembre de 2018, permitieron el secuestro de un kilo de cocaína y otro de marihuana, además de diez armas de fuego, municiones, nueve vehículos, teléfonos celulares, balanzas, dinero en efectivo y otros elementos de acondicionamiento y corte de droga.

Según publicó el portal Fiscales, en el transcurso de la investigación se determinó la existencia de tres organizaciones que –según escuchas telefónicas– habían dividido Venado Tuerto en distintos territorios donde cada una de ellas comercializaba droga. Ese acuerdo no estaba siendo respetado al menos por una de ellas, determinó la pesquisa.

El primer grupo estaría compuesto por seis personas que deberán responder por la tenencia del material secuestrado en cuatro domicilios de Venado Tuerto. En concreto, allí se produjo el secuestro de marihuana, una pistola Bersa con cargador y seis municiones intactas, un Volkswagen Up, dinero, una notebook, un celular y un cuadernillo con anotaciones, entre otros objetos de interés para la pesquisa.

Un segundo grupo está conformado por otros tres imputados. En su caso, se requirió el juzgamiento por la droga hallada en dos viviendas de Venado Tuerto.

El tercero estaría integrado por diez personas más. Uno de ellos es Matías Ernesto “El Bicho” Álvarez, que se encontraba detenido en la ex alcaidía por causas en trámite ante la Justicia provincial. En su caso, los estupefacientes fueron encontrados en nueve viviendas.

En varios domicilios fueron secuestrados los cuadernos donde los integrantes llevaban una minuciosa contabilidad y el registro de las ventas, compras y deudas que se generaban, de las que diariamente ponían en conocimiento Álvarez.

El Bicho Álvarez, a su vez, sería quien se ocupaba a través de llamados telefónicos de impartir las directivas para la adquisición, el reparto y la logística del material, y en otras ocasiones se comunicaba en forma directa con los deudores para exigirles de manera violenta el pago o enviaba a los restantes integrantes con el fin de amedrentarlos y obtener el dinero, dice Fiscales.

El inicio de la causa

La causa comenzó con la denuncia de una persona bajo reserva de identidad. Allí se aportaron datos de dos hombres como autores de conductas vinculadas con la comercialización de drogas. Paralelamente, la persona denunciante mencionó a un grupo de jóvenes y a esta denuncia se sumaron más de 10 depositadas por distintos vecinos en el llamado Buzón de la Vida del edificio municipal de Venado Tuerto.

En el marco de las tareas encubiertas efectuadas por personal de Gendarmería durante un período de casi dos meses –entre julio y agosto de 2018– se logró determinar sólo los domicilios de los denunciados. Tras ello el fiscal Arzubi Calvo designó a la Brigada Operativa Antinarcóticos de la ex Policía de Investigaciones (PDI) para llevar adelante la pesquisa. Tras identificar a más imputados, fue obtenido un video publicado donde uno de ellos refería que se encontraba en Temperley, Buenos Aires, y que según su relato había ido a la Villa 1-11-14 en la ciudad de Buenos Aires a “hacer unos mandados”. Además, exhibía un plato con varios envoltorios de, presuntamente, cocaína, y a su lado un fajo con dinero en efectivo.

El Traidor subió videos a su cuenta de Instagram. “Mirá, no me agarran más”, decía, mientras se filmaba con su teléfono y mostraba su camiseta de Temperley y su gorra marca Gucci, agitado y respirando fuerte. Había una mesa junto a él, con un fajo de dinero y un plato: “Nos fuimos a hacer unos mandados”, aseguró, “a la 1-11-14”. En el plato había seis bolsas de cocaína atadas con cinta aisladora roja.

En septiembre de ese año se acumuló otra causa, en la que Ponce era sindicado como quien “le arruina la vida a los pibes”, según la denuncia que llegó al escritorio de Arzubi Calvo.

A la presentación fueron agregadas fotografías de El Traidor realizando maniobras compatibles con la venta de drogas; coincidiendo con aquél que aparecía en el video.

Luego fueron obtenidas conversaciones telefónicas, de las que surgían que estaba en deuda con otra persona, el bicho Álvarez, por 40 mil pesos a raíz de maniobras delictivas. Esta persona sería el líder de la banda, y con nuevas intervenciones telefónicas se determinaron nuevos integrantes y roles. Una de las escuchas versaba sobre un hecho violento, en la que se reconocía la orden para que un hombre reciba dos tiros en las piernas.

Ante el tenor de las conversaciones se ordenaron los allanamientos reseñados anteriormente. Las organizaciones se encontraban enfrentadas entre sí, ante la supuesta invasión de las zonas que cada una se había asignado para la venta. Ello determinó un atentado con una ametralladora por parte de dos personas que no fueron identificadas y que fugaron en una moto, que tirotearon la casa de una integrante de la banda contraria, situada en el centro de Venado Tuero, quien se encontraba en prisión domiciliaria por una condena impuesta por la Justicia federal rosarina. Ese ataque fue ordenado por otra persona, detenida en la Unidad N°6 de Rosario: se cree que fue el Bicho Álvarez.

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