Por quinto año consecutivo Las Veladas de Marzo agruparon buenas propuestas intimistas en el Teatro Municipal La Comedia. Gustavo Bulgach y Alfredo Casero, Dolores Solá, Verónica Díaz Benavente, Rita Cortese, Bésame en la Boca y Liliana Herrero pasaron por el ciclo, en conciertos que se desarrollaron en un ambiente especialmente instalado para la ocasión, con mesas y sillas compartieron espacio con butacas y palcos, velas encendidas y hasta un bar fueron pensados para crear un clima distinto.
El sábado fuel cierre con la actuación de Liliana Herrero, el pretexto de la entrerriana fue la edición de un Box con los seis discos solistas que se editaron desde 1987 hasta la fecha, y para la presentación contó con una formación destacada de piano y vientos. Nora Sarmoria (piano y voz) y Martín Pantyrer (clarinete y clarón) crearon el colchón sonoro para el viaje por la música popular del interior de la Argentina profunda.
Herrero da clases de música popular, rescata autores que vale la pena conocer, busca fraseos nuevos y reversiona los temas haciéndolos actuales y valiosos.
‘Cosechero’, ‘Zamba del arribeño’ (de Juan Falú), ‘Canción de las cantinas’, ‘El tiempo está después’ del uruguayo Fernando Cabrera, tema que el trío interpretó en la plaza de Mayo en el acto por el aniversario del golpe militar, ‘arbolito de querer’ del chaqueño Coqui Ortiz, y el excelente tema de Ramón Ayala “Juan del agua”, aquel que dice ‘la vida es un río bravo’. La dulzura de Cabrera nuevamente con “te abracé en la noche” sirven como ejemplo para rescatar algunas de las músicas interpretadas por Liliana, donde puso la voz, la interpretación y el cuerpo en las canciones.
Dentro de los hallazgos del repertorio, se lució al hacer una tema desconocido del Cuchi Leguizamón, que es una especie de blues, con letra de Jacobo Regen que se llama “Y me debes creer”, donde sorprende la ductilidad del salteño para otros géneros, y la impecable interpretación de Herrero. La compañía musical fue óptima, un piano elegante a cargo de Nora Sarmoria, quiens e ocupó también de hacer segundas voces. La pianista fue altenando los temas con Martín Pantyrer, quién se encargó de clarinete y clarón, una formación distinta a las habituales que ofrece Herrero, y con una amplia gama de arreglos que dió buenos resultados.
El cielo se mezcló en el teatro, porque tuvo durante la función el techo abierto para mitigar las condiciones climáticas, pero a pesar de los intentos, el calor y los murciélagos se hicieron sentir en las dos horas de concierto.
Terminaron de esta manera las Veladas de Marzo, un intento interesante por parte del teatro municipal de la ciudad, aunque quizás no tuvo la cantidad de público de años anteriores, a pesar de la buena oferta de artistas que se dieron cita. Quizás habrá que pensar en la edición del 2011 y buscar un mes no tan concurrido en la agenda rosarina, como fue la largada de la temporada de este año, con un mes de marzo concurrido en programaciones.
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