Ciudad

este sábado hay asamblea abierta

Vecinos de la zona sur reactivan denuncias por contaminación de silos del puerto


Vecinos de los barrios que rodean el acceso sur de Rosario convocan a una asamblea abierta este sábado para denunciar la contaminación ambiental que provoca la operación de los silos actividad de la Unidad VI y VII del puerto. Acusan “una lluvia impresionante de polvillo y cascarilla de cereal” en las zonas de calles Echeverría y Grandoli y en los barrios Universitario y Municipal. El viento, sin embargo, extiende el problema mucho más allá si el viento ayuda: la semana pasada, recogieron cascarillas que se habían depositado en Juan Manuel de Rosas y Pasco.

La cita es a las 16 en el Parque del Mercado para denunciar lo que denominan un “desastre ecológico”.

Luis Cuello integra Vecinos Autoconvocados contra la Contaminación Agrotóxica (Vacca). Afirmó que el problema “comenzó hace años” pero lo retoman ahora debido a que la cosecha gruesa y el consiguiente traslado de los granos a los silos agrava la polución en la zona.

Cuello se remitió a los datos que publica la empresa concesionaria Servicios Portuarios SA  en su sitio web. “Hay 180 silos de una altura promedio de 10 pisos que pueden cargar hasta 210 mil toneladas de cereal por día”, precisó. Para él, carecen de las medidas mínimas de higiene y seguridad y no son inspeccionados. Hubo pocos contactos con las autoridades al respecto, reconoce, para que tomen cartas en el asunto. En el puerto y sus concesionarios confluyen todas las jurisdicciones estatales, porque si bien la actividad la desarrollan privados, ello es por la concesión de un servicio público sobre terrenos provinciales y nacionales y vías navegables federales.

“Cuando cargan los silos generan un polvillo impresionante que al liberarse al aire se expande por las zonas aledañas dependiendo de hacia dónde sopla el viento”, agregó el vecino.

Los vecinos están en tratativas para llevar a analizar el material que se deposita. Pretenden llevarlo a la Universidad Nacional de La Plata porque es la única en el país –afirman– que tiene el instrumental necesario para rastrear los agroquímicos que, sospechan por tratarse de producción agraria sometida a los mismos, contiene el polvillo que sobrevuela sus casas.

Refieren también que no hay respuestas oficiales ni voluntad política de resguardar ambiente y salud. Mencionan al respecto las denuncias formales que hace varios años cursó un empleado del Senasa –hoy jubilado– sobre probable contaminación. Aluden también al testimonio del médico Carlos Badías, que trabaja en el barrio desde hace varias décadas y atiende en el Centro Médico Grandoli. El profesional les comunicó sobre aumentos de alergias y afecciones respiratorias en general, tanto en niños como en adultos. Cuello aclara que no puede afirmar que el polvillo que denuncian sea la única causa, pero añade que la relación entre afecciones de salud y producción agroindustrial está asentada incluso desde los ámbitos académicos. En Rosario, a partir de la Cátedra de Salud Socioambiental que dirige el médico Damián Verzeñazzi.

Cuello explicó que si bien el conflicto con la actividad de los silos es similar al entablado hace década y media por vecinos del barrio Refinería –hoy los negocios inmobiliarios reemplazan al de los granos y los silos fueron derrumbados o reciclados–, la gravedad es mayor por el incremento exponencial en el uso de agroquímicos que dejan residuos en los granos. Desde el conocido herbicida glifosato entre siembra y cosecha, hasta las fosfinas que se utilizan durante la etapa de transporte a puerto.