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Icónico compositor

Vangelis: un prolífico creador de composiciones poderosas y evocadoras

Difícilmente haya alguien que no vibró con la banda sonora de algún film compuesta por Vangelis, el músico griego que murió hace unos días, entre los que destacan los de “Carrozas de fuego” y “Blade Runner”. Su uso de sintetizadores fue prodigioso, al igual que su dúo con el cantante Jon Anderson


Difícilmente haya alguien que no vibró al compás de la banda sonora de algún film compuesta por Vangelis, el músico griego que acaba de fallecer. Basta pensar en tres títulos: Carrozas de fuego, del inglés Hugh Hudson; Missing, de su coterráneo Constantin Costa-Gavras y el inolvidable thriller fantástico-futurista Blade Runner, de Ridley Scott, o 1492, donde el mismo Scott cuenta la odisea conquistadora y colonizadora española, para entender por qué la música de Vangelis quedará definitivamente asociada al cine. Fue durante los setenta, en un estudio montado en Londres para experimentar sobre algunas ideas musicales que tenía cuando la producción del film Carrozas de fuego, que tuvo varias idas y vueltas y su rodaje duró casi tres años, le pidió que se encargase de la banda sonora.

Vangelis se tentaba con investigar acerca del tema del film y para ello, vio una serie de documentales sobre corredores británicos en olimpíadas y en otras competencias para intuir un poco todo lo que ese deporte generaba entre sus participantes y entre la gente que en las primeras décadas del siglo XX era muy aficionada a las carreras pedestres. Como se sabe, Carrozas de fuego aborda la historia de dos corredores británicos en los Juegos Olímpicos de 1924,  haciendo hincapié en sus diferentes motivaciones para correr, donde tallaban sus creencias y la idea que tenían sobre lo que significaba el triunfo. Este soundtrack le permitió ganar un Oscar y sigue siendo utilizado para musicalizar todo tipo de competencias deportivas. Vangelis tejió una trama sonora que imprime a los climas del film una especial coloratura y ensaya variaciones que en los pasajes de la carrera adquieren una estatura emotiva impresionante.

Uno de los compositores que más aportaron a la cultura musical del siglo XX

El compositor griego ya era reconocido en varios países de Europa occidental luego de haber tenido un relativo éxito con la formación Aphrodite’s Child, creada a mediados de los años 60 en la que cantaba el luego también aclamado Demis Roussos. Antes había integrado formaciones de pop y de pop-rock como The Forminx , pero fue con Aphrodite’s Child y con la complicidad de Roussos como vocalista, que dio el batacazo y comenzó a ser conocido internacionalmente

De esa época, su disco 666, editado en 1972, fue celebrado como un clásico del rock psicodélico progresivo. Pero la formación de Vangelis es más vasta. Su carácter curioso lo llevó a investigar y luego apropiarse con recursos propios de canciones populares griegas y de la llamada música coral cristiana ortodoxa, influencias que permearían buena parte de sus composiciones pero que a la vez le permitirían trabajar sobre una identidad musical definida. También incursionó en la electrónica y en el jazz, rítmicas que ensamblaba muy bien para las bandas sonoras de películas.

Vangelis ocupa un lugar entre los compositores considerados como quienes más aportaron a la cultura musical del siglo XX, sobre todo por su capacidad para amalgamar géneros y transformarlos en una unidad sonora de una elaboración y profundidad brillantes. Y al mismo tiempo, esa música exquisita se hizo asequible para públicos muy diferentes, que iban desde lo culto a lo popular sin términos medios.

El particular uso del sintetizador, que en sus manos pasó a ser un instrumento fundamental en las formaciones, generó climas inéditos y pronto se admitió como un elemento esencial de su música. De su amplia producción, muchos coinciden en señalar que su mejor disco es Antarctica (1983), pero no pocos también nombran a Opera Sauvage (1979), See you Later (1980), Direct (1988), The City (1990), Voices (1995), Oceanic (1996) o la selección de Reprise (1999), con  algunos de los considerados sus mejores temas.

Una evolución imparable y fascinante

A principios de la década de 1980, formó un singular dúo con Jon Anderson, el vocalista y líder de la banda inglesa de rock progresivo Yes, y juntos lanzaron varios álbumes con el nombre de Jon & Vangelis, entre los que se encuentran Short Stories, The Friends of Mr. Cairo, Private Collection y Page of Life. Esos discos recorrieron el mundo y esencialmente siempre se recostaron en la sensibilidad de Vangelis, es decir, se reconoce en ellos la estructura compleja de las composiciones del griego, a las que Anderson contribuye con sus majestuosos registros vocales. Se suele decir, que Anderson terminó influido por el propio Vangelis cuando arrancó su carrera solista y si se escucha atentamente Olias of Sunhillow, su disco debut, la preeminencia de pasajes electrónicos tienen mucho que ver con los planteos sonoros de su ex compañero.

De la evolución de Vangelis puede afirmarse que era imparable y por momentos su búsqueda tenía resultados fascinantes. Se trataba de esas músicas en las que nadie puede no sentirse conmovido, aunque más no sea alertado de que allí está sonando algo diferente a todo. Esta característica seguramente fue la que hizo que a los realizadores cinematográficos no se les escapara su nombre a la hora de pensar en los soundtracks de sus films. Lo increíble es como esas bandas sonoras o temas se impregnan en las imágenes. La película de Peter Weir El año que vivimos peligrosamente es un buen ejemplo a partir de esas secuencias ambientadas en las calles de Yakarta, donde un reportero australiano sabe que su vida depende apenas de que un dictador indonesio se despierte de mal humor.

Otro de su formidables logros sería la banda sonora de Blade Runner, que quedaría grabada a fuego en la memoria de millones de espectadores junto a las portentosas imágenes de uno de los mejores films de la historia cinematográfica. Unas de las escenas finales donde el replicante Roy Batty salva de la muerte al detective Rick Deckard mientras le cuenta lo asombroso de sus visiones a través de su larga vida no sería la misma sin el soporte sonoro que calza perfectamente para el el clima nostálgico y desencantado desplegado. Tantas fronteras cruzarían los acordes de esa música que en Argentina fue la cortina musical del programa Fútbol de primera, un verdadero suceso televisivo durante los 80 y 90 y de corte masivo.

Hasta su reciente muerte, a los 79 años, Vangelis Papathanassiou no se quedó quieto y siguió componiendo esas partituras de estilo inconfundible. La publicidad y los documentales fueron en las últimas décadas el destino de sus composiciones. Pero aquellas inoxidables sinfonías que acompañaron imágenes fílmicas imperecederas, lo sitúan como un creador de composiciones poderosas y evocadoras. Nada menos.

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