Como había sucedido durante la fecha pasada, en cancha de Atlanta, Nahuel Valentini tuvo este domingo ante Instituto un desempeño correcto. Sobrio, seguro, muy lejos de aquel defensor que entregaba la sensación de estar siempre más cerca del error que del acierto, Valentini recuperó imagen ante el hincha de Central. Y, lo más importante, también respondió a la expectativa del técnico, que apostó por él para cumplir con la difícil tarea de reemplazar al lesionado Leonardo Talamonti.
—¿Por qué se le ganó a Instituto?
—Creo que presionamos bien a un equipo que es muy vertical. Ellos habitualmente atacan con mucha gente. Y pienso que la presión nuestra fue importante para ganar el partido porque no les dejamos manejar la pelota, que es una de las virtudes de Instituto.
—¿Cómo estás?
—Bien, tranquilo. Contento por estar en el equipo titular, por volver a jugar.
—En estos dos partidos en los que jugaste, la gente reconoció tu buen trabajo. ¿Qué significa esto para vos?
—Estoy agradecido porque ese reconocimiento no es solo para mí sino también para todo el equipo. La gente ve que el equipo que se brinda por completo. Estoy muy contento porque nos están saliendo bien las cosas y éste es un grupo muy unido, tanto fuera como dentro de la cancha.
—Te tocó entrar en una situación difícil, reemplazando a Talamonti, uno de los refuerzos más importantes que llegó. Lo cierto es que no te pesó.
—Por suerte pude entrar bien. Cuando me tocó estar afuera, estuve muy atento a cómo jugaban tanto Talamonti como Lequi, porque los dos juegan en puestos que puedo cubrir y es importante aprender de ellos. Que un jugador como el Oveja, que hoy no juega por una lesión, me esté apoyando desde afuera, habla muy bien de él y del grupo.
—¿A qué se debe la solidez defensiva que está mostrando Central?
—Me parece que estamos trabajando muy bien en la presión sobre el rival. Estamos recuperando la pelota muchas veces en campo contrario, y a esto le sumamos un orden defensivo que es clave. Además, estamos muy bien físicamente, y eso permite que podamos sostener la presión durante buena parte de un partido. El equipo está corto y compacto.
—¿Qué diferencia ves entre el grupo que jugó el torneo pasado, y este?
—La verdad, no me gusta comparar. Son diferentes grupos y distintos momentos. Si uno se pone a pensar, si en el torneo pasado se nos hubieran dado algunos resultados podríamos haber remontado en la tabla. Pero hubo momentos en que lo buscamos y no se dio. Ahora hay otros jugadores y se conformó un grupo diferente. Pero esto no quiere decir que uno era bueno y el otro no sirve. Lo que está claro es que, gracias a Dios, las cosas están saliendo bien, y esto sirve para que Central vaya saliendo adelante.
—Se viene hablando del compromiso y de la paciencia del equipo. ¿Te parece que esas son las mayores virtudes que mostraron hasta el momento?
—Sí, creo que sí. El compromiso se ve dentro de la cancha en todos los jugadores. Y la paciencia se notó mucho en los dos partidos en los que nos tocó empezar perdiendo. No nos desesperamos nunca y terminamos dando vuelta el resultado.
—A la hora de jugar, flota la sensación de que se redujo esa ansiedad que había antes tanto en ustedes, los jugadores, como en el hincha de Central.
—Me parece que eso se está manejando mucho mejor. Estamos siendo inteligentes, sabiendo lo que tenemos para dar como equipo. Reconocemos nuestras limitaciones, pero tratamos de que salga a la luz lo mejor nuestro en cada partido.
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